La Colonialidad Del Poder

América Latina desde el supuesto descubrimiento realizado por Cristóbal Colon en 1492, creo un conflicto entre tendencias, una España donde Fernando de Aragón e Isabel de Castilla, habían superado con su matrimonio el desgarramiento de sus dominios y abatieron el último reducto de la religión musulmana en el suelo español; y una cultura originaria que distaba mucho del cristianismo, una religión politeísta, con sus propias costumbres y su peculiar distribución de clases sociales.

Los conquistadores desde su llegada fueron imponiendo sus creencias, y a la fuerza se impusieron como un poder dominante, lo cual reorganizó la cultura, este conflicto impregna nuestra historia, no solo porque es la raíz de nuestros problemas de identidad sino que también atraviesa nuestra historia creando, una tensión subjetiva.

“Globalización” y reorganización de la experiencia cultural

La globalización es un proceso económico, tecnológico, social y cultural, originado en la occidente y que se ha expandido alrededor del mundo en las últimas décadas de la edad contemporánea (segunda mitad del siglo XX), el cual consiste en la creciente comunicación e interdependencia entre los países del mundo unificando sus mercados, sociedades y culturas, a través de una serie de transformaciones sociales, económicas y políticas.

Este proceso fue acelerado con la caída del comunismo y el fin de la guerra fría, caracterizándose por la integración de las economías locales en economías de mercado mundial donde los modos de producción y los movimientos de capital se configuran a escala planetaria, cobrando gran importancia la empresas multinacionales y la libre circulación de capitales junto con la implantación definitiva de la sociedad de consumo. Culturalmente la globalización se caracteriza por la interrelación de las sociedades y culturas locales en una cultura global, creando un fenómeno de fusión multicultural. Tecnológicamente la globalización depende de los avances en la masificación de las tecnologías de la comunicación e información (TIC´s) y la Internet.

A partir de esta definición en América Latina el proceso de globalización permite un proceso de reoriginalización de las culturas, que desde los tiempos de la colonia se han desmarcado del desarrollo cultural de Europa y nuestros vecinos los Estados Unidos de América y el Canadá.

La reoriginalización cultural entonces puede relacionarse con la época de la Conquista, período en que se obligó a los pobladores nativos de América a que imitaran tradiciones, creencias y lenguaje ajenos, en detrimento de su propia cultura e identidad. Los vencidos debían sentir vergüenza de todo lo que habían conocido hasta entonces y aceptar, sin ningún cuestionamiento, la extinción de su civilización. Sin embargo, intentaron buscar una forma de expresarse mediante la subversión de los patrones artísticos, temas e imágenes de origen europeo. Si bien ya no podrían tener una forma de expresión original y autónoma como en el pasado, podían sí adaptar los modelos europeos como una forma de resistencia. Sin embargo en un proceso de globalización nuevamente la sociedad en América Latina se ve obligada a una reoriginalización de su cultura, adoptando patrones impuestos por las grandes potencias económicas mundiales.

Los cambios de esta tendencia globalizadora no afectan de modo orgánico, sistemático, coherente, a todos los países por igual, de esta manera podemos afirmar que es totalmente diferente como se desarrolla la globalización en El Salvador, al proceso que se ha desarrollado en Honduras, Nicaragua, Venezuela, Bolivia, o Brasil; no solo porque cada país tiene diferencias en sus riquezas naturales, sino también a su proceso de desarrollo cultural, social y político.

Debemos recordar que el desarrollo del capitalismo en América Latina es muy diferente y complejo; esto es consecuencia del tipo de destrucción de las sociedades y de las culturas aborígenes, que también han implicado un patrón de poder configurado por los siguientes rasgos:

1. El patrón de dominación. La idea de la “raza”, es un factor de clasificación e identificación social que se configura como patrón entre las relaciones históricamente necesarias y permanentes en la explotación del trabajo.

2. La nueva identidad de los pobladores aborígenes colonizados: “INDIOS”. Este tipo de identidad implica el despojo y la represión de las identidades originales y en el largo plazo en algunos lugares de nuestra América la pérdida de esta identidad, tal como ocurrió con la población de origen africano la cual fue sometida a una situación equivalente siendo su identidad igualmente negativa “NEGROS”. La clase dominante se identifico en un comienzo como “europeos”, mas tarde solo se identificarían como “Blancos”, manteniendo el poder por sobre su descendencia nacida en tierras americanas, y aun más sobre los nacidos de relaciones con los nativos a quienes se conocieron como “mestizos”.

3. La clasificación social de la población en América. Estas clases sociales se distribuyeron en base a las identidades sociales, así pues el poder está ligada a la idea de la “raza”.

4. Imposición de un patrón de poder basados en la identidad histórica, una relación jerarquizada y de desigualdad, preservando el fundamento histórico de la clasificación social. Durante la colonia el poder es principalmente ejercido por los europeos, mientras que los “no europeos” se relegan a cargo secundarios, bajo el

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