La Educacion En El Socialismo.

Una de las corrientes en la nueva educación fue la “metodológica” sin hacer énfasis en doctrinas y filosofías. A finales del siglo XIX salio otra corriente llamada “doctrinaria” las dos son totalmente diferentes; la corriente metodológica se basa en el criterio de las técnicas, mientras que la corriente doctrinaria se basa en el seno de la cultura y de orientación filosófica y maneja un lenguaje más doctrinal.

Basado en lo anterior la escuela deja de ser una suma de unidades para convertirse en una comunidad escolar, (una unidad de orden superior) la corriente metodológica no se preocupa en teorías sino en realidades que constituyen en el fondo de la racionalización de la enseñanza.

La corriente doctrinaria se encarga de desenvolver a los niños “conforme a la idea de la humanidad y de su completo destino” pero toma como urgente en transformar la escuela y modificar la sociedad.

Básicamente la educación no ha pasado una revolución sino unas reformas o modificaciones en el equilibrio entre las clases, la sociedad esta dividida en dos clases hostiles con intereses irreconciliables de un lado, una minoría exigua de explotadores burgueses; del otro una masa enorme de explotados proletarios. La burguesía rompió en su hora las trabas feudales que la afrontaban.

En el año de 1917 la revolucion proletaria dividio nuestra epoca en dos edades: la nuestra burguesa y la socialista en Rusia. El proletariado libertara al hombre a liberarse de si mismo “solo podra liberarse encontrando de nuevo al hombre perdido”.

La educación es el proceso mediante el cual las clases dominantes preparan la mentalidad y la conducta de los niños, las condiciones fundamentales de su existencia. Es claro el pensamiento de la burguesía sobre la “nueva educación” convencida de su propio fracaso, acorrala por el proletariado. El proletariado ha aspirado siempre hacer de sus escuelas de trabajo, en una sociedad sin clase fraternal de productores que trabajan de acuerdo a un plan.

Los escolares prestan también su concurso en los trabajos de documentación en la organización de clubes en la redacción diaria mural, en la lucha contra el alcoholismo. La pequeña burguesía constituye una clase turbia, indecisa y vacilante aplastada por la burguesía pequeña, no desaparece de acuerdo a una línea gradualmente descendiente.

La escuela laica no fue, sin embargo, una victoria; apenas si llegó a ser una transacción. Tan feroz que provocó a su vez, de parte de la burguesía liberal, un odio contra la Iglesia casi tan ardiente como en las horas primeras de la revolución después de la revolución francesa, la restauración monárquica se acompañó en todas partes de una reacción feroz en las escuelas. Los técnicos de la nueva didáctica recogieron esa sugestión sin que ellos mismos tal vez lo sospecharan, y en vez de los niños que estudiaban cada cual su lección y realizaban por separado sus deberes.

Pero si ese es el postulado fundamental elevado a la categoría de un principio, ya hemos visto que el respeto a la personalidad del niño no debía ser entendido en el sentido individualista, porque la nota dominante en la nueva “didáctica” consistía, precisamente, en sustituir el trabajo escolar individual por el trabajo colectivo “Cuanto más claramente se ve que el sentido de la

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