La Exclusión Social de las personas con discapacidad en situaciones de pobreza
Enviado por Picon Angel • 16 de Mayo de 2021 • Ensayo • 714 Palabras (3 Páginas) • 248 Visitas
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la discapacidad se define como “un término general que abarca las deficiencias, limitaciones de actividades y restricciones de la participación en la actividad diaria. […] Por consiguiente la discapacidad es un fenómeno complejo que refleja una interacción entre las características del organismo humano y las características de la sociedad en la que se vive”
Estadísticas recabadas por la OMS estiman que aproximadamente el 10% de la población mundial sufre de algún tipo de discapacidad. Cifra que va en aumento año con año y que no sólo abarca aquellos individuos que nacieron con condiciones físicas desfavorables, sino también el envejecimiento per sé, como proceso fisiológico natural. Ahora bien, algo que es de relevancia tomar en consideración cuando pensemos en personas con discapacidad, es el hecho de que se trata meramente de barreras biopsicociales las que se encargan de desacreditar los alcances que una persona con limitaciones puede lograr. Groso modo, lo que en verdad ha limitado el desarrollo pleno económico, social, laboral, familiar, etc, no son meramente las características físicas de las personas, al contrario, son las perspectivas sociales las que por “respeto”, ignorancia, miedo o falsas creencias, imponen una barrera que desacredita las potencialidades de la persona.
Las personas en condiciones “vulnerables” (eufemismo que se suma a la gran lista de referencia de pacientes con discapacidad) son sujetos a exclusión social demarcadas. Para lograr una sociedad que sea inclusiva para cada unos de los representantes de este grupo social, primero que nada, se debe de cambiar el lenguaje eufemista con el que se refiere a este gremio. De acuerdo con la Ley General par la Inclusión de las Personas con Discapacidad (LGIPD) define la discriminación a este grupo como “cualquier distinción, exclusión o restricción que por motivos de discapacidad pretenda o logre obstaculizar, o dejar sin efecto el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos humanos y las libertades fundamentales en cualquier ámbito” (artículo 2º., fracción IX, LGIPD). Siguiendo por está línea de pensamiento, la discriminación que sufren este grupo de personas engloba un origen multidimensional o multicausal, aunado a, esta situación de exclusión se ve agravada por los diversos contextos personales que abarcan el analfabetismo y carencia de recursos. Datos extraídos de la OMS exponen que las tasas de desempleo, en México, de personas con discapacidad alcanzan cifras del 52.8% en hombres y un 19.6% en mujeres; Elwan et al. mencionan que “las personas con discapacidad tienden a tener ingresos por debajo del umbral de la pobreza, menos ahorros y propiedad que el resto de los ciudadanos”.
A manera de conclusión, los grupos a los que denominamos como “vulnerables”, no son más que corrientes de pensamiento miope de la sociedad; somos nosotros mismos quienes imponemos barreras en el desarrollo de la persona como ser integral. Cierto es, que este gremio vulnerable persistirá y más cuando se trata de personas con discapacidad. No podemos controlar el progreso fisiológico de la naturaleza, por ende, no se pueden reducir los grupos vulnerables. Por el contrario, lo que sí podemos hacer es cambiar nuestra concepción de las personas con realidades diferentes (homosexuales, discapacitados, etc). A mi parecer, todo empieza con una educación basada en cimientos sólidos, dónde se mencione los niños en formación escolar sobre la existencia de este grupo de personas y la forma en que debemos de tratarlos; son personas equiparables con nosotros y que por ende no se deben de tratar de diferente forma. Me gustaría agregar también, que los gobiernos son conscientes de los contextos desafortunados de las personas “vulnerables”, no obstante, y hablando intencionadamente de México, queda mucho que desear sobre el apoyo que brinda a este sector poblacional. Los representantes de nuestro país ven de soslayo la situación, más no toman cartas en el asunto que ayuden a marcar diferencia; el gobierno debería brindar más apoyo económico para financiar proyectos que incluyan laboralmente a personas con realidades distintas en comparación con personas de desarrollo estándar.
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