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La Independencia


Enviado por   •  23 de Abril de 2014  •  1.526 Palabras (7 Páginas)  •  199 Visitas

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La independencia

Tiene partes muy ciertas aunque al mismo tiempo difiero con algunas de ellas. Pues está claramente establecido que la abogacía se ejerce con libertad pero este a su vez puede ser influenciado por lo que un asesor o algún allegado le sugieran. Y es que cuando el autor menciona que es difícil resistirse al llanto de una mujer, o la involucración de un miembro de la familia, estoy en total desacuerdo. Porque sí, es verdad que la familia es primordial en nuestras vidas, y lo digo yo que amo mi familia con locura, pero cuando ejercemos la abogacía debemos trasladarnos. Cuando defendemos a alguien más ya no somos solo nosotros, en nuestro mundo ego centrista, sino que está en nosotros velar por los mejores intereses de nuestro cliente; claro está sin que esto vaya a opacar nuestra moral y nuestro sentido de la justicia.

Es un dilema bastante grande el aceptar un caso que aunque no nos parezca de lo más justo, pero que será muy bien remunerado "económicamente" hablando, mas debemos poner nuestras prioridades en orden. Porque no es lo mismo decirle a un abogado que tiene 8 hijos, cuya esposa no trabaja y no atiende un caso de hace más de 5 meses que no acepte el caso, pues tiene un deber con su familia de alimentarlos a decirle a uno que atiende 4 casos al mes y no tiene hijos ni está casado; aunque a fin de cuentas queda en la conciencia de cada uno lo que debe hacer.

La palabra

La palabra es un don, que muchos aun no hemos aprendido a utilizar; al mismo tiempo puede ser un arma, ya que si no la utilizamos correctamente tanto otras personas como nosotros podemos salir heridos. Es cuestión de darle el uso correcto y también del mérito respectivo, pues de no ser por ella muchos de nosotros seriamos salvajes, ateos sin motivo de existencia alguna, ya que gracias a la palabra es que al pasar de los años se fueron difundiendo todas nuestras creencias, explicaciones de existencia, se concretan negociaciones, etc.

Ha como el autor se expresa sobre el uso de la palabra en la abogacía, me da a entender, por muy tosco que suene, que sobre todo debemos utilizarla correctamente para la comodidad del juez. Puesto que nos dice que debemos ser breves, para que no se aburra porque ya ha escuchado tantos argumentos a lo largo de subida que si es corto hay más posibilidades que falle a t favor; que hay que ser claros para que hasta el portero nos entienda, además de que el juez esta fatigado y no quiere oír tantos adornos en las historias; y así pues, no es que no esté de acuerdo con esto que acabo de mencionar, solo que me parece que no era necesario decir que es para facilitarle la vida al juez, aunque así sea.

Y de igual forma me parece que Ángel Osorio acierta mucho a la hora de explicarnos por decirlo de algún modo la clave para el buen uso de la palabra. Porque si bien es cierto que tanto la cordialidad hacia las otras personas, ya sea el otro abogado, o el juez; el uso correcto del léxico, mas no tan rebuscado pues lo que se intenta es que se entienda lo que queremos transmitir; y la amenidad, pues es muchísimo más agradable escuchar a es apersona que nos habla con calidez y sencillez a la que nos habla de manera tosca.

Abogados aprenden a manejar la oratoria para captar la atención de los jueces

Los jueces, como el resto de los trabajadores, acumulan cansancio durante el día y a lo largo de la semana, por lo que la capacidad oratoria de los letrados es fundamental para captar su atención, algo en lo que se están formando estudiantes de quinto de Derecho de Granada.

En un curso pionero, impulsado por la Delegación de Justicia de la Junta y la Facultad de Derecho, los futuros abogados aprenden técnicas para enfatizar sus voces y darles la entonación adecuada, para ser convincentes con la comunicación no verbal y para aprovechar todos los beneficios de una buena oratoria.

El profesor de Oratoria, Julio García Ramírez, explicó hoy que el buen abogado debe saber entender, para lograr una comunicación eficaz "el estado de ánimo del cliente y de su interlocutor", por lo que debe tener en cuenta "el día y la hora del juicio, porque la actitud de un juez sufre el cansancio igual que la de los demás". "Es cierto que los lunes estamos distraídos, los martes más activos y los viernes cansados, y que sobre mediodía sufrimos una bajada de azúcar que afecta a nuestra atención y nervios", añadió el experto.

Los

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