La Labor Incorruptible De Acabar Con La Corrupción

LA LABOR INCORRUPTIBLE DE ACABAR CON LA CORRUPCIÓN.

Sumergirnos a profundidad en el tema de la corrupción, así como en los elementos que gravitan a su alrededor, implica una visión de considerada amplitud, y una estructura de estudio compleja, pues no se trata de un conflicto menor, reciente, ni de limitadas consecuencias; por el contrario, representa un grave problema que no es exclusivo de nuestra entidad o de México, sino que se vive -y percibe- a escala mundial, con nacimiento prácticamente desde el surgimiento de Estado moderno, y sin duda, de consecuencias que van más allá del correcto funcionamiento del aparato gubernamental.

La corrupción es un delito cuya investigación, persecución y sanción, resultan de alta complejidad, puesto que quienes conocen del acto de corrupción comúnmente son solamente quienes intervienen de forma pasiva o activa en él, o las personas que les son cercanas, lo que implica que no se cuenta con una base de conocimiento sólida.

Así, el adentrarnos al estudio de la corrupción en nuestro país y en Jalisco desde una perspectiva de análisis institucional, esto es, desde la documentación periodística existente, la cantidad de investigaciones de averiguaciones previas, los procesos judiciales, las sentencias emitidas o los informes oficiales presentados, implicaría tener una visión limitada e incompleta de la verdadera dimensión del problema, máxime cuando en México de cada 100 delitos cometidos, en promedio solo 8 son denunciados. Lo anterior según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública, llevada a cabo por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, que nos indica que en 2011 del total de los delitos cometidos el 91.6% no fueron denunciados. En 2010 no se denunciaron el 92%.

Otra metodología a seguir para conocer desde el interior, y dimensionar en su real magnitud, el problema de la corrupción y sus repercusiones -e incluso su arraigo- en la sociedad, es el conocer la opinión de la población a través de encuestas. Lo cual, si bien es cierto, no representa una ninguna certeza, respecto de la medición de la corrupción, es, de todos los mecanismos, el más fiable para conocer los niveles de corrupción presentes. Partiendo entonces, de la lógica en que la mejor forma de conocer los niveles de corrupción de los gobiernos (en todas sus escalas), es la de conocer la opinión de las y los gobernados, el mecanismo de medición de la corrupción más utilizado a nivel mundial, tanto en la arena publica como en el plano de la investigación, es el contenido en el Índice de Percepción de la Corrupción, el cual es elaborado por la reconocida organización internacional de combate a la corrupción Transparency International.

Las Herramientas de Medición de Corrupción de Transparency International, colocan a nuestro país en la posición número 105, de 176 países evaluados, donde a menor número es también menor la corrupción. Tales herramientas, nos otorgan como nación una calificación de 34 puntos sobre 100, donde 0 es muy corrupto y 100 es muy limpio.

Transparency International cuenta con un capítulo en nuestro país denominado Transparencia Mexicana, el cual desde 2001 ha emitido un total de cinco informes (años 2001, 2003, 2005, 2007 y 2010) que contienen la medición de la corrupción que afecta a los hogares de nuestro país, de cada entidad federativa y del Distrito Federal. Este informe, denominado Índice Nacional de Corrupción y Buen Gobierno, evalúa la corrupción en la que se ven inmersos 35 servicios públicos ofrecidos por los tres niveles de gobierno. Para ello realiza una muestra probabilística a 15,326 hogares en todo México, permitiéndole obtener resultados con un margen de error de apenas el 1%.

El Índice Nacional de Corrupción y Buen Gobierno, nos indica que tan solo en 2010, en nuestro país, para acceder o simplificar algunos de los 35 trámites medidos, se destinaron más de 32 mil millones de pesos en “dádivas” y “obsequios”. En el mismo año se realizaron un aproximado de 200 millones de actos de corrupción, y en promedio, los hogares mexicanos destinaron el 14% del total de sus ingresos a este rubro. Sin embargo, aquellos hogares que cuentan con ingresos iguales o inferiores a un salario mínimo por día, destinaron al concepto de “mordidas” el 33% de su ingreso total. En síntesis, la corrupción es un mal que afecta en mayor medida a los más desprotegidos.

Por su parte, tal informe, coloca a Jalisco en el número 25, del listado de entidades con mayores índices de corrupción, donde la entidad 1 es la menos corrupta y la 32 es la más corrupta. Así mismo, nuestro estado, forma parte del compacto grupo de tres entidades (Jalisco, Sonora y Sinaloa), que en las últimas cuatro mediciones del Índice Nacional de Corrupción y Buen Gobierno, han incrementado de forma

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