La Reforma Fiscal

En 1977 con la llegada de la democracia, España realizó una significativa reforma fiscal que supuso un gran cambio ya que dejaba de lado un sistema fiscal que había durado 132 años (desde la reforma de 1845).

Esta reforma se entendía como una parte de la transición política y aunque de forma muy general estaba en los programas de todos los partidos políticos existiendo un consenso sobre la urgente necesidad de la misma.

La reforma estuvo presidida por tres impuestos básicos: el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), el Impuesto sobre Sociedades y el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) pudiendo distinguirse tres etapas. Se llevaron a cabo numerosos cambios relacionados con principios como personalidad, equidad progresiva, neutralidad, sinceridad tributaria en un clima de transparencia, una nueva estructura territorial del Estado etc. que supusieron un gran cambio en comparación con los principios de la anterior reforma como la realidad de los tributos y la equidad proporcional.

La primera fase entre los años 1977 y 1988 se llevo a cabo la reforma tributaria más importante del siglo XX. Esta reforma introdujo en el país aunque con mucho retraso el modelo tributario socialdemócrata, característico del Estado del Bienestar que se había instalado en la Europa democrática, tras la segunda guerra mundial. Este periodo reformador estuvo marcado por tres actos importantes: los Pactos de la Moncloa, la llegada del Partido Socialista al Gobierno y la integración de España en la Comunidad Económica Europea.

Los inicios de esta reforma fueron muy difíciles y fue posible gracias al consenso político conseguido con los Pactos de la Moncloa que rompió con el sistema tributario anterior. Esta reforma se inició con la Ley de Medidas Urgentes de Reforma fiscal en noviembre de 1977.

En 1978 se produjeron dos hechos también muy importantes con la introducción del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y el Impuesto sobre los Beneficios de las Sociedades.

En la segunda fase de esta reforma durante los años 1979 y 1982 la reforma de la tributación indirecta se quedo bloqueada debido a las elecciones en marzo del 79. Los impuestos previstos anteriormente en los Pactos de Moncloa no se aprobaron y el sistema tributario se desequilibró y dio lugar a una postura de debilidad que se reflejo también en la política económica y fiscal. Sin embargo, aumentaron las ventajas fiscales a los grupos de rentas más altas aunque se paralizó la modernización de la administración tributaria.

En 1979 el nuevo gobierno pide la ratificación de todos los proyectos de impuestos que habían quedado pendientes con la convocación a las elecciones.

Entre los años 1983 y 1988 se produjo la culminación de la reforma socialdemócrata por el PSOE. El sistema se completó con la entrada en vigor del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) el 1 de enero de 1983.

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