La Vida Cotidiana

La vida cotidiana

Les Murs (Entre Muros) es una película basada en una novela de François Béga del mismo nombre, dirigida por Laurent Contet (2008), esta se desarrolla en un colegio y se centra en un curso de tercer año, con alumnos de diferentes culturas, algunos proceden de colonias francesas en África, pero también de diferentes clases sociales; un profesor, François, quien viene siendo su profesor guía, quien con ellos ocupan la mayor parte de la trama de la cinta. Por otro lado tenemos la obra de Peter Berger y Thomas Luckmann “La construcción social de la realidad” (1968), los autores tratan en esta obra sobre la sociología del conocimiento y afirman que esta se ocupa del análisis de la construcción social de la realidad.

Estas dos fuentes son el sustento de este texto, que busca analizar el film de François Bega a través de la teoría del conocimiento de Berger y Luckman, específicamente será basado en el capítulo 1.1 del libro “La realidad de la vida cotidiana”.

Para Berger y Luckmann “la vida cotidiana se presenta como una realidad interpretada por los hombres [hombre y mujeres] y que para ellos tiene el significado subjetivo de un mundo coherente” esta realidad según los autores se les muestra dispuestos de antemano, es decir se le presentan objetivados, han sido designados como objetos antes que este aparezca en escena. El lenguaje le da sentido al mundo donde se mueve el hombre, por ejemplo: el espacio donde se recrea la película entre muros, se encuentra construido por el lenguaje, en otras palabras antes que llegara el personal docente, alumnos, personal administrativo, etc., ya todo ha sido objetivado: escuela, pupitre, el recreo, la entrada, la salida, la forma de vestir, los libros, los temas, las vacaciones etc. Es decir, ya todo tiene nombre, estos deben utilizarse y ser reconocidos por todos los que interactúan en el espacio, el lenguaje marca las coordenadas donde se mueven. Existe también una intersubjetividad que se comparte con los otros, ya que ellos también viven o aceptan las mismas objetivaciones del medio y estas los ordenan a todos.

Cada uno de estos muchachos tiene una vida personal distinta a la de los otros y aunque cada uno capta la realidad desde su aquí y ahora el mundo objetivado donde se mueven termina imponiéndose sobre ellos, son los docentes los encargados de asegurar que esto sea así. Ejemplo de esto se presenta cuando uno de los alumnos expresa al profesor su inquietud referente al idioma, expresiones y reglas que pretenden enseñarles y que no tienen ningún sentido en la calle, es decir en la cotidianidad social no son usadas, esta estudiante le pregunta al profesor François para que pretenden que aprenda estas reglas gramaticales si no las va a usar. El docente acepta de alguna manera la crítica, pero termina afirmándole que es un requisito que se debe cumplir, consiste entonces en mantener el mundo que ya esta objetivado y asumir una actitud natural ente la sociedad o ámbito donde se desenvuelve.

Plantean Berger y Luckman que la vida cotidiana se divide en sectores, unos que se aprenden por rutina y otros porque presentan problemas y producen conocimientos. En el caso de la rutina: el ir a la escuela todos los días y cumplir las obligaciones y normas, por ejemplo: al memorizar un tema y comprobarlo a través de un examen, repetida y permanentemente durante todo el lapso académico, produce aprendizajes, pero si esa rutina se rompe, se crea un problema, veamos un ejemplo: si hacer o responder preguntas es la forma de dirigirse en la clase y esto se rompe por otro tipo de actividad muy distinta, como cuando el profesor François le pide a los alumnos que realicen una biografía de sus vidas y la presenten en clase, surge en el grupo de estudiantes desacuerdos con el profesor, porque esto rompe la rutina, sin embargo al superar el alumno ese conflicto, adquiere aprendizajes, actitudes y valores y alcanza entonces conocimientos.

Otro ejemplo se presenta cuando se decide expulsar a uno de los alumnos de la escuela

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