La energía es una de las partes esenciales de nuestras vidas. Sin la energía, básicamente no sería posible nuestra existencia. En la actualidad, casi todo depende de esta

IMPACTO DE LOS REACTORES NUCLEARES.

ENSAYO

Stephanny Alejandra González Agudelo

Universidad de Antioquia

Lecto-Escritura

Medellín - Antioquia

31 de Mayo de 2016

IMPACTO DE LOS REACTORES NUCLEARES.

La energía es una de las partes esenciales de nuestras vidas. Sin la energía, básicamente no sería posible nuestra existencia. En la actualidad, casi todo depende de esta, desde la luz, para las noches de oscuridad; el funcionamiento de fábricas, y el funcionamiento de los transportes. Para la producción de esta existen diversos métodos, pero el que más impacto biológico genera, es el que usa reactores nucleares.

Los reactores nucleares, son sistemas de producción de energía, que constan de una reacción en cadena, por medio de fisión nuclear, que, en pocas palabras, es cuando un átomo es fisionado, gracias a un flujo de neutrones que hacen que dicho átomo se divida en dos; liberando así, tres nuevos neutrones, que salen disparados, a dividir otros átomos que se encuentran en el camino. Esto produce gran cantidad de radiación (Gamma, Beta y Alfa) e isotopos, altamente contaminantes como el Tritio (Isotopo del Hidrogeno). Este sistema de producción de energía es bastante eficiente, y no maneja combustibles fósiles, por lo que no libera gases de efecto invernadero, como el CO2  que causa grandes daños a la atmosfera.

Por el año 1986, Antoine Bacquerel, probo que algunas sustancias, generaban radiaciones que lograban penetrar componentes biológicos, pero aun no sabía cuál era su origen. Marie Curie y su esposo Pierre, en esa época, descubrieron dos elementos de los que se desprendían radiaciones como las que describía Bacquerel; se trataba del polonio y el radio. Hoy en día, el combustible nuclear más utilizado es el uranio, que como se había dicho anteriormente, produce radiaciones alfa, beta y gamma.

El origen del reactor nuclear en sí, tiene un inicio más bien de ámbito militar, con la creación de la bomba atómica. Más o menos en 1940, en los inicios de la Segunda Guerra Mundial, Einstein habla con el presidente de Estados Unidos, Roosevelt, acerca del desarrollo de la bomba atómica. Einstein dice que “Gracias a los trabajos de investigación llevados a cabo por Enrico Fermi y Leo Szilard, en los Estados Unidos, y por Frédéric Joliot y su esposa Irene Joliot-Curie, en Francia, era casi seguro que muy pronto fuera posible desencadenar una reacción nuclear en cadena que permitiera liberar unas grandes cantidades de energía”, que es exactamente el proceso utilizado en los reactores nucleares, solo que también, este procedimiento permitiría la construcción de una nueva clase de bombas.

Después de que se puso fin a la segunda guerra mundial, se fomentó el uso de la energía nuclear para fines pacíficos, lo cual fue todo un éxito, se aprovechó todo esto, para la producción de altas cantidades de energía.

La aplicación de la energía nuclear es muy importante desde el punto de vista económico, ya que es más económica la producción de energía eléctrica. Las centrales nucleares pueden considerarse un tipo especial de centrales térmicas, que tradicionalmente son de combustibles fósiles. La relación entre la potencia y el tiempo en una central nuclear se ve poco favorecida ya que requieren un tiempo considerables para efectuar el inicio y el arranque ya que debido a la estructura del Kw/h producido, las centrales han funcionan de forma continua.

En la explotación comercial de la energía nuclear, los tipos de contaminación que producen las centrales son dos: radiactividad y contaminación térmica. La contaminación térmica es común a las centrales térmicas convencionales, pero en el caso de las centrales nucleares es más importante, ya que al ser menor la temperatura y la presión del vapor producido también es menor el rendimiento térmico. La contaminación radiactiva es el principal problema de los reactores nucleares, pero las seguridades del diseño, construcción y explotación, impiden que las radiaciones de estas plantas tengan consecuencias “apreciables” en el medio ambiente.

Un reactor de fisión produce tres tipos de sustancias o material radiactivo: productos de fisión, de activación y actínidos. La emisión de este tipo de materiales lleva a riesgos de irradiación; y la seguridad de la industria nuclear depende de que estas emisiones se controlen cierto nivel, de forma que no produzca una gran acción en el medio ambiente. En resumen, el mayor problema que presenta la utilización de la energía nuclear es el del tratamiento, manejo, almacenamiento de los residuos radiactivos, especialmente el de los de alta radiactividad.

La industria nuclear ha intentado y ha puesto en marcha, mecanismos adecuados para garantizar que sus posibles riesgos medioambientales (emisión de radio nucleídos y generación de residuos radiactivos) estén muy por debajo de los límites establecidos por organismos reguladores independientes y la administración.

Sin embargo, la actividad relacionada con la energía nuclear, incluso en ausencia de accidentes, ha provocado una gran producción de productos radiactivos, lo que tiene graves consecuencias sobre la salud humana y el resto de seres vivos. Los principales daños a la salud se materializan por la capacidad de las sustancias radiactivas, especialmente cuando las ingerimos, de alterar el ADN de nuestras células, haciéndolas débiles ante el cáncer.

El nivel de exposición de la especie humana que, según estudios, es la especie más radio sensible al situarse entre las especies más recientes en la evolución y que, por lo tanto, se desarrollaron con un nivel radiactivo menor, a estas radiaciones, ha ido aumentando a partir de que entraron en funcionamiento, en 1942, el primer reactor nuclear ideado por Enrico Fermi.

El medio ambiente se contamina a través de radionucleidos presentes en el aire, la lluvia, los regadíos, el suelo, etc. procedentes de las fugas de las instalaciones nucleares, los almacenes de residuos o las explosiones de armas atómicas. Los radionucleidos pueden entrar en el ciclo de la materia, camuflándose en los productores primarios de la biomasa (vegetales, hongos, algas, bacterias, etc.), y a través de ellos pasar a los animales y a los humanos.

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