La escritura como medio para discriminar a la mujer en la sociedad japonesa
Enviado por Melissa Lizbeth • 22 de Octubre de 2018 • Monografía • 843 Palabras (4 Páginas) • 105 Visitas
La escritura como medio para discriminar a la mujer en la sociedad japonesa
Durante varios siglos la figura de la mujer ha sido rebajada y menospreciada, ha sido consideraba el sexo débil y constantemente se ha visto en la necesidad de luchar por la igualdad de derechos, incluso hoy en día. Sin embargo, esta lucha no es particular de un país o cultura, y Japón, siendo un país lleno de tradiciones y costumbres que son impensables de romper, no podía ser la excepción.
Esta brecha de géneros todavía puede observarse bastante marcada en la actualidad a pesar de los esfuerzos por reducirla por parte de la comunidad feminista. Es preocupante que en pleno siglo XXI se aprecie esta tendencia en bastantes países asiáticos y Murakami (2016) menciona que es precisamente Japón “el país con mayor desigualdad entre el hombre y la mujer del G7”. También rescata una declaratoria por parte del presidente de la Asociación para el Progreso de las Mujeres Trabajadoras donde se expone una realidad innegable:
Aún persiste en el mercado laboral la idea de que es natural que principalmente los hombres con contratos a tiempo completo trabajen más horas, y por este motivo aún no hemos creado un sistema que permita a las mujeres continuar su carrera laboral después de tener hijos. (Murakami, 2016)
El día a día de la mujer japonesa se ve marcado por una discriminación cultural que tiene un peso histórico fundamental y para entenderlo primero se debe conocer el origen de los sistemas de escritura que se utilizan en la actualidad. Japón cuenta con tres tipos de escritura distintos: Kanji, ideogramas chinos, hiragana, una derivación del kanji para insertar el sistema silábico propio del habla japonesa y complementar mejor la escritura, y el katakana, derivación o extracto del kanji utilizado principalmente para adaptar extranjerismos al idioma.
Se puede observar la gran influencia que recibió Japón de China, empezando con el idioma, y fue así que “la expansión del budismo al Japón en el siglo VI motiva la necesidad de interpretación de los textos chinos” (Ruíz, Baño y Secadas, 1985). En el budismo, como en otras religiones, se le consideraba impura a la mujer por el sangrado que sufría, hecho biológico estudiado por la medicina, pero que en su momento se usó como justificación para aislar a la mujer de eventos sociales. Podría asumirse que la desigualdad de géneros que se vive en la actualidad tiene un origen principalmente religioso.
Retomando el análisis a los sistemas de escritura, es ahí donde se encuentra una importante diferenciación de géneros, donde el hiragana ( ひらがな) era considerado femenino y el katakana ( カタカナ) masculino. Si se observan los trazos, tomando una perspectiva desde los estereotipos de lo que se considera femenino y masculino, persiste una tendencia en los trazos; los de hiragana parecen más delicados y estéticos (delicados), en contra parte los de katakana son trazos más precisos y rectos (rudos). Patrones como estos no son coincidencia pues “aunque las cortesanas tenían acceso a la misma educación que los hombres, para ellas estaban vetados los kanji, (…) se consideraba que los kanji eran demasiado complicados para las mujeres” (Pler, 2017).
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