La idea o propuesta para el mundo, del socialismo bolivariano, del socialismo del siglo XXI, por nuestro presidente Hugo Rafael Chávez Frías
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Propuesta de nuestro Presidente, para el mundo: El socialismo del siglo XXI o socialismo de la esperanza
Por: José Antonio Velásquez Montaño | Miércoles, 18/07/2007 10:13 AM | Versión para imprimir
La idea o propuesta para el mundo, del socialismo bolivariano, del socialismo del siglo XXI, por nuestro presidente Hugo Rafael Chávez Frías, implica el reconocimiento de que los dilemas sociales, económicos y culturales se manifiestan, al mismo tiempo, en el ámbito local, nacional, regional y mundial. En este Socialismo a la venezolana, se reconoce, necesariamente, que más y más el ámbito mundial ha adquirido cada vez más relevancia. Reconoce que las relaciones, los procesos y las estructuras de dominación y apropiación, al mismo tiempo que las de integración y fragmentación, se desarrollan a escala mundial y entran en la determinación de mucho de lo que es local, nacional y regional, El socialismo venezolano puede denominarse "nuevo" incluso porque hace un profundo análisis y evaluación crítica de los países socialistas como: la Unión Soviética, en los países de Europa central, China, Angola, Mozambique y otros más, para sacar con una pinza muy diminuta lo bueno de estos regimenes socialista. En estos casos, en los que evidentemente hubo muchas realizaciones importantes, hubo también equivocaciones y distorsiones. Pero es preciso reconocer que algunas distorsiones fueron provocadas por el clima ideológico y geopolítico creado con la guerra fría, orquestada por los gobiernos de Estados Unidos y apoyada por los países de Europa occidental, Japón y por países del entonces Tercer Mundo. La guerra fría funcionó incluso como un poderoso esquema geopolítico de militarización de los países alineados con Estados Unidos. Además, dinamizó y generalizó la expansión del capitalismo. Por esto, en parte, el agravamiento de algunas distorsiones sociales, económicas, políticas y culturales en los países socialistas; además de la militarización en gran medida inducida por el complejo industrial militar norteamericano.
En todo lo que ha sido innovador y realmente socialista, así como en todo lo que ha sido problemático y distorsionado, esas experiencias socialistas representan una base importante en la elección de medios y modos para la redefinición de nuevas propuestas para las condiciones y las posibilidades del socialismo en Venezuela y para el mundo. Sí, "socialismo para el mundo", no solamente en el ámbito venezolano. La globalización de las tensiones y de las contradicciones sociales, así como de las reivindicaciones y de las luchas, lanzan internacional o, mejor dicho, de forma global, lo que se ha imaginado, y se ha echo como viable en Venezuela.
Es en la escala de la sociedad global, tomando en cuenta la trama de sus relaciones, procesos y estructuras, así como el juego de las fuerzas sociales, donde se plantea la idea y la práctica de cambio, transformación o revolución de signo socialista. Es en este ámbito donde se revelan y se desarrollan las diversidades y las desigualdades, las interdependencias y las complementarias, las integraciones y las fragmentaciones, las tensiones y las contradicciones, las cuales tornan a la sociedad global en el nuevo palco de la historia.
Se trata de un nuevo palco de la historia en el cual se mueven individuos y colectividades, grupos y clases sociales, naciones y nacionalidades, geoeconomías y geopolíticas. Ahí se manifiestan las relaciones, los acomodos, las tensiones y las contradicciones entre capital y trabajo, mercado y planificación, propiedad privada y propiedad colectiva, asalariados y propietarios, mujeres y hombres, jóvenes y adultos, nativos y conquistadores, negros y blancos, orientales y occidentales, islámicos y cristianos. Son múltiples, diferenciados y encadenados los nexos, las articulaciones, los acomodos, las tensiones y las contradicciones que en todo momento se desarrollan en todos los lugares.
Este es el clima en el que se concreta, bajo muchas formas y en todo el mundo, la metáfora hegeliana de "siervo y señor". Las innumerables identidades y alteridades, diversidades y desigualdades, jerarquías y oposiciones pueden ser vistas como diferentes figuraciones de la contraposición "siervo y señor". Esta es la dialéctica presente, de forma manifiesta o subyacente, en todos los círculos de las relaciones sociales. Esta es la dialéctica presente en el contrapunto de las condiciones y posibilidades de las conciencias de mujeres y hombres, negros y blancos, orientales y occidentales, nativos y conquistadores, asalariados y propietarios,
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