“La ley es solo para los de ruana”

Alejandra Romero

Fundación Universitaria Unimonserrate

Cultura y vida cotidiana

Segundo semestre

“La ley es solo para los de ruana”

Colombia, así como es considerado un país rico en biodiversidad, cultura, recursos naturales y tierras fértiles que permiten el desarrollo de actividades agropecuarias para el sustento de su población, también se ha dejado envolver por el “monstruo” de la corrupción que día a día conlleva a problemáticas sociales donde los más afectados resulta ser la población vulnerable o de bajo recursos debido a la culpabilidad de las personas que tienen el poder en sus manos y manipulan la justicia a su antojo.

La típica expresión colombiana “la ley es solo para los de ruana” es muy aplicable en este contexto, ya que, a pesar de que Colombia es, o está en proceso de ser, un estado social de derecho donde se busca el bienestar del pueblo, muchas veces este último resulta ser el más afectado por el tipo de  justicia que se maneja en el país.

Por un lado, las leyes colombianas son creadas por aquellos personajes con influencias políticas que tienen el poder en sus manos y que lo que buscan, supuestamente, es actuar en beneficio del pueblo, lo cual se contradice en el momento de que estas leyes no son aplicables para su caso ya que son “galanes” de cuello blanco o de corbata. Del mismo modo, tampoco son aplicables para personas adineradas que no precisamente se encuentran involucradas con el gobierno pero que cuentan con los recursos para alterar los procedimientos legales.

La expresión “la ley es solo para los de ruana” perfectamente nos lleva a pensar que no todos somos iguales ante la ley o justicia colombiana ya que, como lo manifiesta una frase que se ajusta al contexto, cuando el dinero habla, la justicia calla. Es decir, en nuestro país, la gente adinerada cuenta con el privilegio de evadir todos los procedimientos legales sin importar la gravedad de sus delitos, mientras que el pobre si es tratado con todo el peso de la ley así sus “delitos” hayan sido mínimos e insignificantes.

Para los colombianos de recursos medios y bajos que les interesa estar informados día a día de lo que se vive en nuestro país resulta inolvidable casos tan “leves” como robarse unos cubos de caldo de gallina donde, para los altos tribunales de justicia influenciados por factores externos (dinero), el “delincuente” debe pagar una pena de cárcel de dos a seis años. Pero, ¿qué se podría decir de casos realmente graves como los de los borrachos al volante que causan innumerables tragedias en las familias colombianas y donde la justicia es dócil en el momento de impartir acciones legales?  Noticias Caracol emitió un reportaje donde se evidencia que si estos conductores ebrios cuentan con la capacidad económica para indemnizar lo hacen y eso tiene una disminución de las consecuencias en el proceso pero si no cuentan con los recursos no disminuye las consecuencias del delito y se da ese fenómeno de injusticia donde la ley ha sido aplicada de forma distinta.

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