¿La movilidad urbana en vehículos, ¿Solución o desafío?

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¿LA MOVILIDAD URBANA EN VEHÍCULOS, ¿SOLUCIÓN O DESAFÍO?

Artículo de Opinión

Presentado por:
Aymar Marklin ANAHUA LAYME

COLECTIVOS Y CONGESTIÓN: ¿LA MOVILIDAD URBANA EN VEHÍCULOS, ¿SOLUCIÓN O DESAFÍO?

¿Qué eliges cuando se trata de elegir cómo moverte por la ciudad? A duras penas encontramos una solución que no nos cueste un ojo de la cara, y cuando parece que los taxis colectivos podrían ser esa luz al final del túnel, resulta que quizás nos estamos pasando de la raya al considerarlos una panacea. Llontop (2023) menciona que los colectivos han hecho una demanda insatisfecha, transportando a miles diariamente.^[1] Por un lado, parece que han dado en el clavo al ofrecer un servicio más directo y flexible. Además, no podemos hacer oídos sordos a su capacidad para matar dos pájaros de un tiro: movilidad y economía. Facho (2023) resalta que el aumento de colectivos echa leña al fuego en la ya caótica movilidad urbana.^[2]  Por otro lado, su informalidad y falta de regulación ponen el dedo en la llaga, exponiendo a usuarios a riesgos innecesarios. Asimismo, lejos de ser una solución, estos vehículos serían un cero a la izquierda en términos de eficiencia y sostenibilidad del transporte. Ante este tópico, hay personas a favor argumentando que los colectivos salvan el día al brindar acceso a zonas desatendidas por el transporte formal. Sin embargo, otros argumentan que, lejos de contribuir, los colectivos son ave de mal agüero para el desarrollo de un sistema de transporte público integrado y sostenible. Por eso surge la siguiente pregunta controversial, ¿crees que los taxis colectivos contribuyen a la mejora del sistema de transporte público? Considero que los taxis colectivos no contribuyen a la mejora del sistema de transporte público. A continuación, presentaré la defensa de mi tesis con argumentos sólidos.

Considero que los taxis colectivos no contribuyen a la mejora del sistema de transporte público porque operan de manera altamente informal, sin adherirse a regulaciones de seguridad. Por un lado, no podemos hacer oídos sordos a la realidad de que el transporte en Lima y Callao se ha vuelto un caos; según Cruz (2023) cerca de 11 millones de habitantes han demandado un servicio eficiente que, a duras penas, se está cubriendo con los 800 buses de los cinco corredores existentes.^[3] Asimismo, esta situación se agrava con la informalidad y las condiciones poco competitivas del transporte público actual, que lejos de ser pan comido, requiere de aproximadamente 5.000 buses para satisfacer la demanda actual. Además, la propuesta legislativa de formalizar los taxis colectivos, aunque suena prometedora, podría estar echando leña al fuego al no abordar el núcleo del problema: la necesidad de un sistema de transporte integrado y regulado. Por otro lado, el Comercio (2023), la experiencia de otros distritos como San Juan de Lurigancho, con la mayor concentración de habitantes, muestra que el servicio de transporte actual está entre la espada y la pared, lidiando con la informalidad y la inseguridad.^[4] Al respecto, el enfoque debería estar en cortar por lo sano, buscando soluciones integrales que promuevan un sistema de transporte público eficiente y seguro, en lugar de poner parches con la formalización de los taxis colectivos. Por consiguiente, la solución a largo plazo para Lima y Callao no debería ser buscar tres pies al gato con los colectivos, sino invertir en un sistema de transporte que realmente atienda las necesidades de la población y promueva la movilidad sostenible. ¡Es hora de poner el dedo en la llaga y actuar con agallas!

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