La patria cap 1, 5 y 7

Capítulo 1

Infancia y toma de conciencia

El 18 de febrero de 1651 fue un día terrible para la ciudad de Santiago de Guatemala. Comenzó a retumbar el suelo y sacudirse violentamente, la plaza mayor de la ciudad que muchas veces fue testigo de fiestas y regocijo, se vio convertida en escenario de lamentaciones, pobres y ricos estaban anonadados por el pánico.

Entre la muchedumbre se encontraba un niño que jamás olvido las impresiones del terremoto, y que  40 años más tarde iba recordarlos en una crónica, su infancia debe haber transcurrido amen de los temblores, en un ambiente seguro, porque ahí estaban sus abuelos velando por su bienestar. Ahí estaba en su casa, ahí donde llegaban los indios. El los veía casi a diarios sudorosos y jadeantes trabajando. A  el resultaba tan difícil comprender  el desprecio que los mayores recomendaban para estos seres descalzos, no comprendía como a él no le permitían jugar con otros niños indígenas, cuando a muchos niños, hijos de gente rica eran amamantados por nanas indígenas.

Ciertamente había de esto absurdos incomprensibles. Para la logia de un niño y es que nadie viene a este mundo con una conciencia de clase ya formada, esta se va formando en el curso de los anos, según van siendo reconocidos como propios los intereses de grupo social. El poco a poco fue desarrollándose, la noción de sus intereses, fue aceptando todos aquellos prejuicios.

Herencia de sangre y herencia de poder

Francisco Antonio de fuentes y Guzmán, descendiente de los conquistadores y primeros inmigrantes españoles. Por la línea materna su familia entroncaba con el cronista Bernal Díaz del castillo, por la rama paterna, con Rodrigo de fuentes  quien se las arregló  para en lazar a sus descendientes con las familias más poderosas.

El viejo arraigo de sus familiares lo llevo a ocupar desde la temprana edad de 18 años el puesto de regidor, durante 38 años fue miembro del ayuntamiento, como aquellos puestos eran verdaderos miradores que ponían a la vista la organización de las provincias que Antonio adquirió en ellos un amplio conocimiento del país. También influyo en la configuración de su mentalidad reforzando la actitud de quien mira las cosas desde arriba, desde el punto de vista de los dominadores. Fuentes no solo era un descendiente de los conquistadores, si n o además un heredero de la conquista.

Es muy importante comprender la herencia de sangre y la herencia de poder; aunque generalmente marchaban juntas, no eran una misma cosa, en las primeras familias como la de fuentes se conservaba sin mestizaje.  Al  mismo tiempo esas familias tenían tierras, disponían del trabajo de los indios y controlaban ciertos puestos de autoridad, es decir que estos habían recibido una herencia biológica, y una herencia en términos de propiedad y autoridad.

El prejuicio de la superioridad hispana

 Alguien ha dicho que fuentes “sentía la tierra como un criollo” la palabra criollo designaban a los hijos de los españoles nacidos en américa sin ningún mestizaje. Al principio se utilizó para referirse  a los hijos de los conquistadores y primeros pobladores, sin embargo la constante inmigración le fue dando otros matices a la acepción primitiva.

Había ciertos aventureros de España, que sostenían que su inmediata procedencia de España valía más que cualquier abolengo. Y le daban a la palabra criollo un  tono decididamente despectivo, los criollos a su vez, preferían llamarse a sí mismos españoles, haciendo a un lado su lugar de nacimiento. Todos estos giros tenían su razón de ser en la sorda pugna que mantuvieron entre si los criollos y los españoles.

Pero a todo esto, el concepto de criollismo no se agotaba. Todos los matices señalados tenían un fondo común: se daba que el origen espanol acarreaba superioridad frente a los sectores indígenas y mestizos. Esta superioridad emanada de sus ancestros hispanos, era una convicción absolutamente básica en la conciencia social de los criollos. Para los criollos los blancos eran superiores porque eran blancos y los indígenas eran inferiores porque el tan solo hecho de ser indígenas.

La superioridad de los conquistadores

La conquista de américa fue el triunfo de un grupo de aventureros alejados de su ambiente, sobre vigorosas organizaciones indígenas que vivían a lo largo de inmensos territorios, el descalabro que sufrieron grandes ciudades, como la mexicana y la peruana y no digamos los pequeños cacicazgos de Guatemala, basta para indicar que había una aplastante superioridad de parte de los conquistadores.

A pesar de que la sociedad española era una sociedad de clases, y de que, por tal motivo, la cultura española no era patrimonio de todo el pueblo, es cosa sabida que muchos conocimientos y habilidades que van asociadas a las habilidades del trabajo productivo suelen ser dominio popular, hasta el más rustico de los conquistadores estaba familiarizado con ciertos procedimientos de producción, conocimientos generales para la elaboración de metales etc.

Todo esto eran elementos del desarrollo económico general de España. Eso determinaba que el conquistador tuviera un desarrollo intelectual superior al del sacerdote o indígena americano. Porque es obvio que la tecnología desarrollada otorga superioridad material. El conquistador que ataca a los indios tenía de ventaja el complejo de conocimientos y pensamientos para atacar.

Hay que destacar la importancia: de la superioridad de desarrollo tecnológico que conlleva a una superioridad intelectual que opera en las más variadas situaciones. Superioridad cultural, disponibilidad de más recursos materiales e intelectuales, que significan mayor dominio de la realidad. Esto da a demostrar que tal era la superioridad de los conquistadores sobre los indios al momento de la conquista.

La conquista como fenómeno económico

Explicar la superioridad de los españoles en la conquista, no significa todavía, haber explicado las causas por la que los indios  quedaron en una situación de inferioridad permanente que duro 3 siglos de coloniaje.

La conquista suele verse como un choque de armas, un suceso bélico,  y a ello se debe a que tengamos  una visión tan estrecha y falsa. Es necesario comprender que los indios no fueron conquistados por el mero hecho de haber sido derrotados, entender que aquellos sangrientos fracasos dejaron heridas en las sociedades indígenas, pero estos aún no se encontraban sometidos. Aquello solo fue un primer paso de la conquista y no su consumación. Vale decir que la lucha armada fue solamente un medio, para llegar al sometimiento económico y que este último fue el momento  decisivo de la conquista. Aun puede demostrarse que la evangelización  fue una tercera fase de sometimiento ideológico necesario, al igual que la fase militar para la consolidación de la conquista económica.

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