La procesión de la Bandera
Enviado por Anarosy42068 • 26 de Agosto de 2020 • Reseña • 963 Palabras (4 Páginas) • 155 Visitas
La procesión de la Bandera
La bandera roja y blanca la bandera y pensé que mejor momento para compartir con ustedes la historia que escuche desde niño que cada vez que la escucho me emociona y siento más amor por la roja y blanca ….al acabar la guerra entre Perú y Chile en 1883 y al perder Perú tuvo que ceder a Chile muchos de nuestros territorios pero según el tratado de paz las provincias de Tacna y Arica pasarían a manos de Chile y su soberanía seria definida por un plebiscito después de 10 años ese plebiscito por excusa de los chilenos, nunca se llevó a cabo por casi 50 años Tacna estuvo cautiverio en poder de Chile, por casi 50 años el gobierno chileno se dedicó a hostilizar a los peruanos de Tacna quería hacer desaparecer sus sentimientos patrióticos, pero ellos se resistieron Tacna resistió con heroísmo sus calvario vio cómo se cerraban sus escuelas, sus iglesias y sus diarios los chilenos no pudieron hacer nada ni las amenazas ni las cruces negras pintadas en las noches en las puertas de las casas, ni la muerte de los inocentes no se les enseñaba historia del Perú a nuestros niños en las escuela, sin embargo las maestras y las madres peruanas a escondidas les enseñaron a amar a su país y a su bandera, y los niños estaban prohibidos de decir la palabra Perú por lo que ellos le llamaban la patria Invisible una patria que no la podían ver pero si sentir, una bandera que no la podían tocar pero aprendieron amar.
El hecho que les voy a narrar ocurrió en julio de 1901 cuando Tacna todavía estaba ocupaba por los chilenos Era por entonces intendente de Tacna el Gral Don Salvador Vergara hombre serio y receloso una institución muy antigua y prestigiosa La sociedad de auxilios mutuos el provenir quizo hacer bendecir en la iglesia parroquial un estandarte de nuestra bandera y luego realizar una corta procesión por las calles el 28 de julio Día de nuestra independencia la negativa del general Vergara fue rotunda no quiero banderas en las calles provocan manifestaciones que alteran el orden público después de insistir tres veces el general Vergara accedió pero les dijo tienen ustedes el permiso que solicitan pero con la condición que al conducir las banderas por las calles el pueblo peruano no habrá manifestación alguna de carácter patriótico que no haya exclamaciones ni vivas ni el más breve grito que signifique una provocación al ejército chileno los tacneños dieron su palabra que sería así las cosas.
Al dia siguiente los diarios siguientes dieron la noticia a conocer pero sobre todo pedían que en la fiesta honraran con su actitud la palabra empeñada al gral chileno según Federico Barreto poeta tacneño y testigo presencial nos narra así estos acontecimientos llego en 28 de julio de 1901 la bandera fue bendecida en la iglesia San Ramón de Tacna y luego apareció en la puerta sostenida en alto hermosa y resplandeciente como nunca la bandera blanca y roja del Perú y entonces en aquel instante solemne ocurrió allí en la calle llena de sol y apretada de hombres de mujeres y de niños de toda condición algo inesperado y grandioso algo que no olvidare nunca algo que me hizo experimentar una de las emociones más hondas de mi vida apareció el estandarte en la puerta del templo y las 10 000 mil personas congregadas en el atrio y en las calles inmediatas se agitaron un momento y luego sin previo acuerdo como impulsadas por una sola e irresistible voluntad cayeron a la vez de rodillas extendiendo los brazos hacia la enseña bendita de la patria no se oyo una exclamación no se oyo ni un grito más insignificante sellados todos los labios por un compromiso de honor permanecieron mudos y en medio de ese silencio extraño y enorme que infundía asombro y causaba admiración la bandera levantada muy arriba muy arriba avanzo lentamente por en medio de aquel océano de cabezas descubiertas y paso la bandera y detrás de ella como enorme escolta avanzo el pueblo entero y aquella procesión sin música ni aclamaciones siempre en silencio siempre majestuosa recorrió imponiendo respeto por lo jirones más céntricos de la ciudad cautiva y ante aquel espectáculo a la vez sencillo a la vez sublime tuve que apretar los ojos para contener las lagrimas.
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