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La prostitución y su legalización genera un debate económico, social y sanitario


Enviado por   •  3 de Mayo de 2022  •  Ensayo  •  2.065 Palabras (9 Páginas)  •  109 Visitas

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La prostitución y su legalización genera un debate económico, social y sanitario.

Gabriela Durán Marín (00326142)

Universidad San Francisco de Quito

ESP-1001 Escritura Académica (2781)

Profesor: Alberto Gordillo

25 de abril del 2022


¿La prostitución es solo una fábrica de violencia y desorden público o también es una industria con una gran productividad económica? Dicho cuestionamiento es un motivo de discusión en las asambleas de varios países alrededor del mundo al momento de decidir entre la legalización o prohibición de la prostitución a escala nacional. La regulación y censura de la industria sexual tienen repercusiones serias a nivel nacional debido al poder político y económico de los gremios. De esta manera, el legalizar el trabajo sexual será analizado desde tres enfoques importantes que son: económico, social y sanitario para de esta manera entender los argumentos hechos a favor y en contra de dicha acción legal. No obstante, posterior a presentar las posturas es muy necesario dominar el contexto y las características principales que están detrás de la industria sexual.

El ensayo presentado a continuación unifica conceptos empleados en textos; además, este escrito considera que la prostitución hace referencia a toda conducta sexual que se lleva a cabo con el fin de realizar un intercambio económico tal como dinero, servicios o bienes materiales, sin tomar en cuenta juicios éticos, morales o religiosos. La prostitución es concretamente la venta, bajo libre consentimiento, de actos sexuales. Por un lado, aquellas personas que defienden la regulación de estos servicios solicitan el reconocimiento de la prostitución como un trabajo digno asalariado, para de esta manera contar con obligaciones y derechos laborales similar a otros empleos. (Brufao, 2008, p. 12). Aunque la legalización del trabajo sexual en países europeos tales como: Alemania, Austria y Suiza. Desde 2002 los trabajadores sexuales cuentan con la libre decisión de permanecer o no en la industria sexual, pero debemos tener en cuenta que las condiciones del entorno están llenas de abuso y explotación. Como lo menciona Weitzer (2007): “la mayoría ingresa al oficio en la adolescencia, alrededor de los 13 o 14 años de edad, la mayoría son engañados u obligados a comercializarse por traficantes sexuales, (…) la violencia de clientes contra los trabajadores es rutinaria y generalizada y las condiciones de trabajo son pésimas” (p. 30). Por consiguiente, las personas que están en contra de la legalización consideran que la prostitución legal sólo agravaría la ya existente problemática social. A continuación, será debatido la validez de los argumentos presentados por ambos bandos en base a los ejes ya mencionados.

El legalizar la industria sexual tiene personas defensoras desde un enfoque económico debido a que, por una parte, la prostitución como una industria legalmente establecida permitiría recaudar impuestos por los burdeles y, por consiguiente, el aumento de ingresos anuales para el estado. Como lo menciona Yondorf (1979): “una casa de Munich de alrededor de 100 mujeres paga aproximadamente USD 400 000 por año en impuestos” (p. 315). Aunque la cifra expuesta no se encuentra actualizada, la cantidad de impuestos que ingresaría al gobierno pueden resolver necesidades y problemáticas del país tales como la pobreza, la educación, escases alimenticia y la contaminación ambiental. De igual forma la regulación de la industria sexual incrementaría el crecimiento económico de una nación ya que, al realizar una cuantificación de los bienes y servicios comercializados por la industria el PIB del país aumentaría. Como evidencia, la descriminalización de la prostitución en los países europeos representó el 29,2% del PIB de la Unión Europea en el año 2010 y redujo la tasa de desempleo al crear cargos administrativos. (Adair & Nezhyvenko, 2016, p. 48) Dicho de otra forma, la prostitución de forma legal incentiva la economía nacional al mejorar el PIB del país.

A pesar de que la regulación de la prostitución y la industria sexual favorece a la economía a través de generación y recolección de impuestos existen personas que se oponen en el ámbito económico. En primer lugar, al momento de legalizar la industria sexual se generarían enormes gastos estatales para poder vigilar y controlar la existencia de permisos válidos además del pago correcto de impuestos y así operar de manera legal. En este sentido, Dalesandry (2014) afirma que los gastos administrativos que son destinados a la emisión de permisos para la prostitución legal en cada estado y distrito estadounidense oscilaría en 915.494.706 dólares anuales (p. 36), es una cantidad muy grande misma que podría ser destinado al campo de la educación o también a tratamientos médicos del sistema público. Además las personas recaudadoras de impuestos, por lo general no conocen con exactitud los ingresos reales de cada trabajadora sexual debido a la continua rotación (Yondorf, (1979), p. 355) Por otro lado, al momento de legalizar la industria sexual representaría una pérdida de ingresos estatales porque se eliminarían multas hacia propietarios de prostibulos ilegales. (Dalesandry, 2014, p. 36).  De esta manera los opositores están totalmente en contra a la prostitución legal con el argumento de que se generaría la pérdida de ingresos al estado además del desembolso extra de dinero para de esta manera cumplir con la ley.

El legalizar el trabajo sexual tiene defensores sobre la salud de aquellos que ejercerán, por lo que, así es como argumentan.

“El Sex Workers Outreach Project coincidió en que la despenalización lleva a una mejora de la situación sanitaria de este colectivo y le permite contar con elementos de cobertura estándar del mercado laboral, como seguros, programas de salud y seguridad ocupacional, y reglas de comercio justo.” (Singer, 2016, par. 9)

De esta manera igualando los derechos de todos los trabajos legales, los cuales deben de proteger al trabajador otorgándole un seguro digno de los peligros expuestos. Al legalizar se abre un camino para obligar al cliente para tener un buen uso de protección y trato a la persona que le brinda el servicio, así también evitando amenazas de no pagar o de utilizar de otros servicios.

A pesar de las consecuencias negativas que conllevaría la transmisión de enfermedades venéreas, la legalización de la industria mencionada anteriormente tiene también opositores en el campo de la medicina. En primer lugar, los incentivos que se ofrecen para que las trabajadoras sexuales tengan un uso responsable de anticonceptivos y chequeos médicos mensuales no elimina de manera total el riesgo de contraer y/o contagiar enfermedades de transmisión sexual. Como menciona Raymond (2008), si el sistema de la prostitución operara de manera legal únicamente habría un control de salud en las trabajadoras sexuales, por lo tanto, los clientes son los que podrían transmitir a las trabajadoras enfermedades venéreas. (p. 323). Además, existen clientes que ofrecen más dinero a cambio de no usar preservativos o también amenazan sobre escoger otros burdeles. (Raymond, 2008, p. 324).

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