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La relación de la Iglesia a una económica y social del sistema


Enviado por   •  13 de Octubre de 2014  •  Ensayo  •  2.082 Palabras (9 Páginas)  •  270 Visitas

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Uno de los temas que siempre evito tocar es el de la política, principalmente porque mi blog es de apologética (zapatero a su zapato), segundo porque se que estas reflexiones me pueden pasar factura algún día, sin embargo esas razones han dejado ya de influenciarme, por lo que heme aquí, tocando un tema que no es mi especialidad, y en el cual en muchos puntos se podría decir soy un completo ignorante.

Entiéndase que ahora lo que expongo es nada más que mi opinión personal, mi perspectiva del asunto. Recuérdese que la Iglesia no propone un sistema económico-social definido, pero si exige que estos deben promover y respetar la libertad y dignidad humana.

El Capitalismo.

El capitalismo como todo sistema económico ha demostrado en la práctica ventajas y desventajas. La principal ventaja es que se estimula de forma directa la productividad en la economía. Quien produce más, con menores costos, obtiene un mayor beneficio económico que a su vez puede volver a invertir generando en espiral una riqueza creciente. En los sistemas capitalistas se estimula la individualidad, la imaginación y la innovación, ya que el individuo quien figura como inversor es quien exprime sus neuronas buscando la manera de incrementar su beneficio económico. Se descubren nuevos nichos de mercado, nuevas formas de comercio, etc.

Es precisamente la innovación la que ha hecho que personas de la nada hayan hecho grandes fortunas gracias al capitalismo, como Bill Gates de Microsoft, Larry Page, Sergey Brin (de Google), Mark Zuckerberg (Facebook), Shawn Fanning (Napster), J. K. Rowling (escritora de Harry Potter), etc.

El problema en la práctica ha sido que como la finalidad de este sistema es aumentar la producción, ya sea aumentando el rendimiento, o reduciendo “costos”, esto muchas veces se ha traducido en la explotación inhumana del hombre, violando su dignidad humana. El hombre pasa a ser un recurso deproducción más. Suelen surgir poderosos grupos económicos que mantienen explotados y bajo condiciones injustas e infrahumanas a los más desposeídos, los cuales generalmente tienen pocas probabilidades de salir de sus condiciones marginales. No porque el sistema se los impida, sino porque su educación y cultura no les permite entender la forma de hacerlo. Salvo algunas excepciones, el rico se hace más rico, y el pobre se hace más pobre.

Se suelen llegar a extremos como los que se ven en Estados Unidos, donde bien puedes morir de hambre, como que si no estas asegurado más vale no enfermarte (A este respecto vale la pena ver la película John Q. Protagonizada por Denzel Washington, donde se dramatiza este tipo de realidad).

El Socialismo.

Años de explotación terminan por colmar el vaso y surge así el socialismo a manera de la revolución, engendrada por un rechazo a la opresión y explotación a la que han estado sometidos millones de personas por tanto tiempo.

Así, el socialismo surge como un deseo de buscar el bien común y la igualdad social, un sistema ideal donde todos son iguales, donde se busca una sociedad sin clases estratificadas unas subordinadas a otras. En pocas palabras el socialismo es una reacción ante los excesos de un capitalismo sin reglas o capitalismo “salvaje” como se le suele llamar.

La máxima expresión del socialismo es el comunismo donde no existe la propiedad privada de los medios de producción, estando estos en manos del Estado (es de este tipo de socialismo de que pretendo hablar). El socialismo busca primeramente el bienestar social antes del bienestar individual.

Muchos han sido los problemas en la práctica que han tenido los sistemas socialistas de tipo comunistas, y dos son los que considero más graves.

El primero es que frecuentemente ha caído en lo mismo que buscaba solucionar, cercenando la dignidad y la libertad humana en distintos ámbitos (religioso, político y económicos entre otros).

El segundo es que se ha demostrado ineficiente como modelo económico. La causa principal es quizá que depende exclusivamente del compromiso del individuo con el sistema, siendo que el motor no es el fin de lucro, poderoso como motivador en los sistemas capitalistas.

Cuando no se obtienen los resultados esperados en este tipo de sistemas, generalmente se debe a que el individuo no ve necesidad de esforzarse, porque trabaje lo que trabaje, ganará lo mismo que el compañero que trabaja a media máquina. No se hace común ver a las personas trabajando horas extras o esforzándose al máximo -a excepción de los idealistas, los cuales son siempre minoría-. Son menores las iniciativas también en el aspecto económico y productivo ya que no hay una recompensa proporcional al esfuerzo. Aunque esto intenta compensarse con adoctrinamiento, aún así estos sistemas suelen ser menos productivos que sus contrapartes capitalistas.

Si esto no fuera poco, los sistemas comunistas nunca han logrado la meta que han propuesto como ideal, una igualdad total sin diferencia de clases, y termina ocurriendo precisamente lo contrario: Una minoría formada por la clase dirigente termina teniendo acceso al poder y a la riqueza, a diferencia del grueso de la población. Esto sin hablar del nuevo tipo de discriminación con los disidentes de dichos regímenes que terminan siendo perseguidos, desterrados y en muchos casos condenados a muerte por ser enemigos del proceso revolucionario.

Regímenes comunistas, consecuencias nefastas de su implantación violenta.

Si estudiaramos los frutos de los distintos regímenes comunistas a lo largo de la historia encontraremos con no pocas violaciones a la dignidad humana.

En la China comunista, Mao Zedong demostró una ineficiencia colosal en políticas económicas cuando implementó durante la década de 1950 lo que llamó “el gran salto hacia adelante”. Mao volcó a toda la población a producir un solo producto (el acero) y así superar al Reino Unido en este rubro. Terminó ocasionando una colosal hambruna que costó la vida de entre 20 y 30 millones de personas.

Cuando Mao comenzó a perder poder debido a la ineficiencia de sus políticas, convocó lo que se llegó a llamar la “revolución cultural”, donde millones de jóvenes producto de un profundo lavado de cerebro llegaron a cometer atrocidades que iban desde matar a sus propios profesores, a denunciar a sus propios padres para ser brutalmente ajusticiados de forma pública sin la mejor oportunidad de un juicio justo. Aunque es difícil precisar la cantidad de víctimas de la revolución

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