La violencia representada en imágenes ¿reflejo intrínseco de la humanidad?

Violencia representada en imágenes, ¿reflejo intrínseco de la humanidad?

Luis Eduardo Rodríguez Cruz

UEA: Taller de investigación

Resumen

En este ensayo abordare el concepto de violencia a través de sus representaciones audiovisuales primordialmente, tratare de discernir de donde vienen todas esas imágenes explicitas llenas de sangre, huesos rotos, piel desgarrada, etc. Así mismo abordare la influencia de estas imágenes en la construcción de pensamiento en la sociedad, desarticulando todos los elementos que nos llevan a representar la violencia en nuestras pantallas.

Introducción

Entendiendo la violencia como aquella practica intencional hacia uno o más seres humanos que implica causar un daño para conseguir un objetivo en particular (el objetivo puede ser directamente el de causar daño), se puede decir que la violencia es un rasgo inherente a la historia de la humanidad, casi todo hecho histórico importante en la humanidad fue precedido por un conflicto, principalmente conflictos armados o guerras, conocemos las profundidades de la violencia, hemos visto derramar sangre en nombre del territorio, de la fe, de la economía, de la supervivencia y de la paz.

En la actualidad la violencia no ha cesado; guerras, terrorismo, secuestros, linchamientos, peleas, inseguridad y de más fenómenos que involucran y operan en medio de la violencia, que acaparan nuestro contexto inmediato, Nuestro imaginario colectivo tiene consigo imágenes violentas que son alimentadas por el noticiero de la noche, el periódico de la mañana, los videos de Facebook y Twitter. Todos estos medios están distribuyendo imágenes violentas que son parte de nuestra realidad, algunos de ellos censuran de cierta forma la imagen para que sea menos violenta, sin embargo, muchas de estas imágenes/videos son captados por civiles que después subirán el material a redes sociales, sin ningún tipo de censura. Así que lo brutal de las imágenes podrá ser admirado por cualquier persona con acceso a internet.

Entonces nuestro imaginario está siendo alimentado por violencia brutal que forma parte de nuestra realidad, pero también está siendo abrumado por otro tipo de imágenes, al menos en el modo de que están son producidas, me refiero a las imágenes que no captan la violencia de nuestra realidad, sino a las imágenes que representan la violencia de manera ficticia, es decir todo aquel medio audiovisual que dentro de su contenido exprese y represente violencia explícita, ya sean películas, una animación, una serie televisiva, etc.

Estas últimas imágenes nos servirán de objeto de estudio para iniciar la búsqueda del origen de la violencia, ¿son estas imágenes las que han influenciado y aportado a construir una sociedad inmersa en la violencia? O ¿son estas imágenes solo una sustracción de la violencia de nuestra sociedad? Es posible que la respuesta sea más compleja que este par de preguntas, pero teniendo como objetivo la búsqueda de una mejor coexistencia de los seres humanos podremos llegar a una conclusión libre de cualquier principio moral, religioso, político o económico.  

Cuantas veces no hemos oído afirmaciones hacia películas, caricaturas o series, acusándolas de violentas e inapropiadas, porque al parecer la violencia representada ahí es la culpable de las practicas violentas en cualquier espectro de la vida cotidiana del ser humano, es muy fácil deducir que aquel niño que fue criado en un ambiente violento, se convertirá en alguien con prácticas similares a las que el experimento y apropio, tiene mucho sentido cuando eres víctima de la violencia, sin embargo es necesario considerar el entorno donde la violencia se desenvuelve, en un sitio donde el fuerte se tiene que imponer al débil, la violencia es la única opción para conseguir la supervivencia. Por eso un niño que ha experimentado la violencia de tal manera, va a internalizar y a conceptualizar la violencia de una manera que probablemente no sea la más adecuada para coexistir entre personas. Sin embargo, el origen de la violencia no es el entorno familiar de aquel niño, ni de cualquier otra persona, según Freud la violencia es algo instintivo e inherente al ser humano

“Nuestro inconsciente es tan inaccesible a la idea de la muerte propia, tan sanguinario contra los extraños (…) Nos despoja de las superposiciones posteriores de la civilización y deja de nuevo al descubierto al hombre primitivo que en nosotros alienta.” (Freud, S, 1915).

Al parecer los psicoanalistas consideran que la violencia es intrínseca de los seres humanos motivada por impulsos y deseos que son resultados de características primitivas, y por otro lado, hay otras teorías apegadas a corrientes filosóficas que sostienen que la violencia fue adquirida gracias a diversos fenómenos en nuestro contexto social, es decir que la violencia fue aprendida y construida en el pensamiento gracias a las diversas circunstancias sociales en las que se vio envuelto el ser humano, mientras tanto José Sanmartín en su libro “La violencia y sus claves” encuentra un punto medio entre las dos posturas:

“La cultura juega un papel fundamental en la configuración del ser humano como pacifico, un ser humano que, como cualquier otro animal, tiene una biología que le induce agresividad. Pero la cultura también puede hacer lo contrario e hipertrofiar la agresividad natural convirtiéndola en violencia.” (Sanmartín, J, 2000)

Entonces la agresividad es inherente a la naturaleza del ser humano, pero la transformación de ésta, gracias a otro rasgo intrínseco del ser humano; como lo es la significación y la construcción de pensamiento, la convierten en lo que conocemos como violencia.  

Pensar en el origen de la violencia como una cuestión cultural pareciera pintar el camino hacia la conclusión de que las imágenes que representan violencia creadas intencionalmente, efectivamente son inapropiadas para la coexistencia de las personas (pensando que no queremos más violencia en nuestra realidad, claro está), entonces ¿debemos dejar de crear estas imágenes? yo creo que no y Olivier Mongin en su libro “Violencia y cine contemporáneo” tampoco lo cree así:

“Fingir que uno se sustrae a la violencia con solo rechazar sus imágenes, hacer como si las representaciones de la violencia no tuvieran que ver estrictamente con la violencia efectiva de nuestras sociedades supone una renuncia oculta tras una pretensión moral.” (Mongin, O, 1997).

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