La xenofobia y la necesidad de aprender a vivir con la diferencia

La xenofobia y la necesidad de aprender a vivir con la diferencia

Durante siglos la raza humana se ha visto enfrentada entre sí. Una de las manifestaciones de menosprecio  de unos pueblos contra otros,  es la xenofobia, la cual deja ver, como de manera irracional los extranjeros enfrentan situaciones difíciles lejos de su tierra, donde tienen que vivir el rechazo, la humillación, agresiones, trabajos forzados, incluso asesinatos  y  toda clase de violación a los derechos humanos, por lo tanto vale la pena preguntarse  ¿Es justo que los seres humanos vivan en un mundo hostil y se nieguen a sí mismos las posibilidades de  gozar de la filantropía y la solidaridad?, es una pregunta difícil que puede generar bastante controversia, más hoy cuando vemos primar los interés particulares sobre los comunes, sin embargo parece urgente hacer una reflexión al respecto.

Muchas veces se ha escuchado eso de “ponerse en los zapatos del otro” y tal vez  a título personal, pero es tan complicado, cuando el egoísmo y la competencia priman en la vida del ser humano. Siendo idealistas se podría pensar que esa sería la mejor forma de solucionar muchos problemas sociales, pero en la realidad todo es más difícil y generalmente, la gente que tiene propósitos altruistas también es atacada y  sus ideologías son frustradas por la crueldad  y ambición del hombre.

Un caso particular  de xenofobia se da al interior de los países, donde no se puede hablar de unidad nacional.  Algunos grupos regionales se creen superiores a otros y hay diferentes estigmas y prejuicios frente a otros compatriotas. En el caso de Colombia, a pesar del reconocimiento del Estado colombiano como multicultural, son muchas los vejámenes  que han sufrido los afrocolombianos  quienes son la población más golpeada por el desplazamiento forzado, pasan más hambre y son más pobres que los mestizos. Sus niños mueren a una tasa más alta y sus viejos son menos viejos porque la esperanza de vida afro es menor que la mestiza, como si fuera poco no se recogen datos sobre ellos en las encuestas, lo que a la vez impide probar que sí existen, que tristeza está situación que se empeora cuando estas personas son desplazadas por los grupos armados ilegales y en muchas ocasiones realizan desplazamientos internos y son maltratados por sus mismos compatriotas.

Ampliando el tema, se evidencia que los colombianos son vistos en el exterior como seres inferiores, que cargan con los estigmas del narcotráfico, la corrupción, aún de la guerra y son tratados como mano de obra barata.  Aquí es imperante citar a Gustave Le Bon quien sostenía que los extraños alteran el alma de los pueblos y son vistos como un elemento perturbador o en otras palabras un competidor frente a los recursos existentes. De la misma manera el 63% de los estadounidenses, cree que los inmigrantes se benefician de ello, y porcentajes similares aparecen en la mayoría de países europeos. “En su conjunto, una mayoría en todos los países encuestados cree que los inmigrantes se benefician más de la salud pública o servicios sociales que lo que contribuyen mediante sus impuestos”, explicaron los responsables de la encuesta realizada en 2010 por la firma Transatlantic Trenes, en ocho países; pese a esto quienes están favor del turismo  y sobre todo de las migraciones internacionales, argumentan que estas equilibran el mercado mundial del trabajo y además en un sentido muy solidario, permiten la sobrevivencia de los compatriotas que no migran.

Los países a donde más migran los colombianos son Ecuador, Panamá y Venezuela, en los cuales no se cumplen satisfactoriamente las obligaciones estatales con la población inmigrante. La xenofobia muchas veces proviene de los gobiernos que no facilitan la integración local y estigmatizan a los colombianos, apoyados de los medios de comunicación, quienes  adjudican la inseguridad a la presencia de colombianos vinculándolos con bandas delincuenciales y grupos armados ilegales y como si fuera poco a las mujeres las estereotipan con trabajadoras sexuales. Por lo anterior es imperante que los estados detengan los pronunciamientos oficiales que promueven prácticas discriminatorias, de la misma manera deben realizar campañas de concientización y educación que permitan  una integración local adecuada de la población inmigrante, además hay obligación para el Estado colombiano, para la cancillería, las embajadas y los consulados quienes deben velar por la situación de los colombianos y realizar esfuerzos conjuntos tal como lo ha promulgado la Corte Constitucional. (Tacha, 2012).

También Colombia ha protagonizado la xenofobia contra la población venezolana. Desde el año 2016  hay una masiva migración de venezolanos a Colombia a causa de la crisis económica y social que vivió el vecino país. Al respecto el alcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández, aseguró en mayo de este año que su ciudad se estaba "llenando" de "limosneros", prostitutas y "desocupados" de Venezuela, olvidando que los colombianos durante décadas viajaban a Venezuela huyendo del conflicto armado, y que siguen atravesando la frontera como víctimas del paramilitarismo, pero pese a que ellos  llegan para realizar compras de la canasta básica o medicamentos, para visitar familiares, por trabajo, por turismo o por motivos educativos, entre otros, aun así han llegado y son explotados, porque son contratadas sin visa de trabajo y se les niega la seguridad social, por tales razones la Organización Internacional para las Migraciones, OIM, en julio de este año llamó a Colombia a prevenir la xenofobia contra los venezolanos.

No requiere mucho esfuerzo imaginarse el sentir de una persona, cuando es víctima en su lugar de residencia de la guerra y la violencia o de cualquier otro problema social, y muchas veces junto a su familia  debe abandonar dicho espacio para llegar  a otro en el cual  es atacado por su apariencia física, condición económica o simplemente por desconfianza. El acto de rechazo y la violación a los derechos humanos  es irreprochable, pues carece de sentido común, claramente el problema se ensancha cuando la persona es atacada sin la más mínima consideración.

Son muchas las causas estudiadas por expertos, respecto a la xenofobia. Dentro de las cuales se consideran las más importantes: La crisis económica mundial, la presión de los movimientos demográficos, las guerras, y sobre todo, la inseguridad y el miedo por el futuro ante el desempleo y la pobreza, este último tema es bastante preocupante, ya que el miedo y el estrés desencadenan actos humanos impredecibles y desconcertantes.  

También se podría pensar que son las condiciones de desigualdad a nivel social, económico y político, las causales de tanta segregación. Lo anterior debió haber unido a los hombres para surgir todos por igual, y sería práctico aceptar el  principio cristiano de amor al otro, para superar tantas  dificultades. Además citando a Teresa San Román (1996), quien sugiere que este camino supone, entre otras cosas, una de las más necesarias y tal vez más difícil,  la renuncia a las ventajas que otorga el poder, el cual es bastante codiciado y perseguido por los hombres, a costa de lo que sea, así tenga que pasar por encima del otro y olvidarse de él cuando ya esté en la cúspide.

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