La época De Las Reformas Borbónicas Y El Crecimiento Económico, 1750 - 1808.

Se dice que una forma de comprender la realidad de algo se necesita conocer su pasado y sus causas. La Nueva España comenzó a inicios del siglo XVIII un desarrollo burgués, el mismo tipo de desarrollo que tuvieron las que hoy son, o en algún momento fueron, las potencias económicas mundiales. Comenzó a desarrollarse en la colonia del imperio Español un cierto grado de independencia económica, política e institucional, lo cual propicio el desarrollo de ciudades en las zonas productivas, como lo fue la zona del Bajío. El desarrollo de esta zona es muy importante, pues propicio no solo el auge de la minería, sino de otras actividades varias, algunas de ellas son la venta de textiles y el establecimiento de rancherías y haciendas, las cuales vienen a ser un antecedente de los latifundios. En el ámbito social el matiz es más grisáceo. Si bien los criollos y mestizos comenzaron a incursionar en actividades antes vedadas para ellos – llámese gobernabilidad- y a involucrarse más en el las labores productivas, esta entrada tuvo como causa la disminución de la mano de obra indígena y la necesidad de suplirla en dichas actividades.

Si en la Nueva España se presentaban las mismas circunstancias favorables que permitieron la independencia económica de otros países que, actualmente o en su momento, llegaron a liderar la economía mundial, ¿Qué hizo que nuestro desarrollo fuera en retroceso? Las reformas Borbónicas que la Corona intento implantar en sus colonias intento restablecer el orden dentro de las mismas, esto implicaba recuperar el control económico, redituándole los excedentes a la Corona, instaurar monopolios que le aportaran más capital al imperio, restándole a la Iglesia y al Consulado de Comercio las ganancias y el poder que habían adquirido gracias al financiamiento brindado a los mineros. Instaurar un nuevo orden institucional: restándole autoridad al virrey, instaurando un ejército funcional a sus intereses, creando y eliminando organismos gubernamentales que consideraba corrompidos o muy poderosos, erradicando la venta de cargos públicos y – para puntualizar el impacto social que tuvieron dichas reformas- dejando definitivamente fuera del poder a los criollos, dejándole la responsabilidad gubernamental a los peninsulares. Las reformas Borbónicas son una de las causas por la cual ese desarrollo se vio sesgado, además de las ideas de la Ilustración que se filtraron, especialmente en el clero y en las clases altas, a inicios del siglo XIX. Y también todo lo anterior es causa directa de un movimiento forjador de la nación que ahora tenemos: la guerra de independencia.

Un error cometido por los Borbones que merece ser explicado a detalle es la división de la elite gubernamental y económica. El Consulado de Comercio y el clero se volvieron los poderes económicos más importantes al momento en que los Habsburgos dejaron de cumplir las necesidades de la Colonia, en particular de la naciente industria minera, al enviar el mercurio destinado a la Nueva España a Perú. Tomare como ejemplo la Iglesia en primer lugar. La Iglesia en la Nueva España fue una institución instaurada desde la Conquista de México – Tenochtitlan con el fin de hacer el proceso de dominación menos problemático para los peninsulares, lo cual le otorgó un control ideológico sobre la población de indígenas evangelizados y las castas que surgieron posteriormente. “La nueva configuración económica le otorgó a la pequeña minoría blanca los medios para asegurar su dominio sobre la población indígena y mestiza” (FLORESCANO & GIL Sánchez, 1976). Esta diferencia se hizo más marcada cuando los Borbones enviaron a la Nueva España a peninsulares para hacerse cargo de diversas actividades gubernamentales.

Dejando de lado el tema ideológico, antes de los Borbones, “la corona cedió a la iglesia el impuesto del diezmo (el 10 por ciento de todos los productos de la tierra que se recogían en Nueva España), y vio con indulgencia como se convertía en el mayor acaparador de bienes materiales” (FLORESCANO & GIL Sánchez, 1976). Estas concesiones económicas otorgadas al clero por parte de los Habsburgos fueron las que le permitieron otorgar créditos a la minería y a otras actividades productivas cuando la misma Corona le retiró su apoyo. Estas acciones fortalecieron de forma exagerada el capital libre y los bienes materiales del clero novohispano. Y es natural que, cuando los Borbones dirigieron sus ataques a ese poder imperante en la colonia, se frenara el desarrollo de la economía y creara descontento entre otras elites con las que compartía el poder, llámense hacendados, comerciantes, grandes mineros y agricultores.

La compra de cargos por parte de los estratos más poderosos de la colonia es una muestra de la fragilidad institucional, característica que perdura hasta nuestros días. Tal y como lo señala el texto:

Los comerciantes del Consulado de México {…} suplían al Estado en el cobro de impuestos de las mercancías que entraban y salían de los puertos {…} Cuando ya muy avanzado el siglo XVII la Corona puso en venta casi todos los puestos públicos {…}, fueron los grandes comerciantes y los ricos mineros y agricultores quienes acapararon esos cargos, {…} De este proceso y de esta época proviene la concepción del cargo público como instrumento de beneficios y riqueza personal {…} y no como servicio y deber público. (FLORESCANO & GIL Sánchez, 1976)

Antes de la llegada de los Borbones y de sus reformas, esta era la manera en la que se manejaba el gobierno en la Colonia. Cuando el visitador Gálvez llega a la Nueva España, por mandato de la Corona, para intentar restablecer el orden, uno de sus primeros intentos de cambio político fue eliminar este sistema. Para ello, la Corona envió a funcionarios calificados,

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