Las Reformas Cardenistas
Enviado por esaum • 9 de Abril de 2012 • 1.510 Palabras (7 Páginas) • 1.067 Visitas
LAS REFORMAS CARDENISTAS
En la Convención Nacional del PNR en diciembre de 1933, se enfrentaron dos concepciones opuestas: la callista tradicional y la renovadora. El resultado fue la elección de Lázaro Cárdenas como candidato a la presidencia y la elaboración de un plan sexenal cuyo contenido, acorde en gran parte con los postulados radicales, serviría de base al próximo gobierno.
Lo intenso y extenso de la campaña realizada por Cárdenas le permitió conocer a fondo el país que iba a gobernar; los conflictos, anhelos y necesidades de su gente. El l de julio de 1934 Cárdenas ganó sin dificultad las elecciones con más de 2 millones de sufragios. Siguiendo los lineamientos del Plan Sexenal, el apoyo que Cárdenas otorgó desde los inicios de su gobierno a las demandas de obreros y campesinos despertó una fuerte oposición entre los grupos de filiación callista, quienes veían amenazadas sus posiciones e intereses ante el rumbo que estaba tomado la situación en el país.
Las reacciones del Jefe Máximo no se hicieron esperar. En una entrevista de prensa concedida al senador Ezequiel Padilla, en junio de 1935, el general Calles condenó el clima de agitación laboral y se manifestó en contra de las divisiones en el interior del Partido entre callistas y cardenistas y cuestionó la aparición de '' Alas de izquierda '' en las Cámaras por considerar que esto fomentaba el individualismo político.
La crisis política que sobrevino con este enfrentamiento reveló que la mayoría de los diputados y senadores, así como el PNR, ya no representaban al grueso de los sectores obreros y campesinos, sino solamente a los intereses de grupos articulados en el callismo, es decir, a gobernadores, líderes sindicales, etc. Así que, ante la emergencia de distintas fuerzas sociales, se hacía necesario un proceso de reestructuración tanto en las filas del partido y el Poder Legislativo como en el ejército y en los gobiernos de los estados, que respondiera a las nuevas exigencias y expectativas creadas en el país.
En la sesión de la XXXVI Legislatura de la Cámara de Diputados, efectuada el 17 de diciembre de 1935, un grupo de diputados encabezados por Luis Enrique Erro, Ignacio Gamiochipi, Manlio Fabio Altamirano y Jacinto Riva Palacio, presentaron formalmente una iniciativa (apoyada por 110 diputados) tendiente a que la Cámara baja (Diputados) se solidarizara con las disposiciones tomadas por el presidente y el Senado de la República con objeto de afrontar y resolver la situación planteada por el general Calles en contra del derecho de huelga, de las organizaciones y de sus líderes y en defensa de las instituciones, de los principios revolucionarios y de la paz pública.
Por su parte, los obreros crearon el Comité Nacional de Defensa Proletaria para manifestar el apoyo de los sindicatos obreros a las medidas adoptadas por el presidente. También entre los campesinos organizados, se realizaron importantes acciones de apoyo a la política gubernamental. Esto, sin duda, significó un elemento de suma importancia para resolver de manera satisfactoria la difícil situación que enfrentaba el país.
En 1936, luego de que Calles y los callistas fueron expulsados del país, concluyó el proceso de transformación política: las cámaras dejaron de ser callistas y se convirtieron en cardenistas, el PNR sufrió cambios no sólo en su dirigencia, sino con relación a sus objetivos y, en algunos de los estados se declararon desaparecidos los poderes o se concedió licencia forzosa y se procedió a la designación de gobernadores provisionales leales al poder central. De esta forma, los conflictos entre el ejecutivo y el legislativo en los años posteriores a la Revolución, fueron desapareciendo en la medida que el Estado pos revolucionario logró consolidarse, teniendo como base el predominio de la institución presidencial, la uniformidad del partido oficial y el apoyo de los diferentes grupos sociales.
Sobre todo a raíz de la fundación del PNR, el Congreso fue dejando de representar los intereses locales, más aún después de la expulsión de Calles y con la desaparición del poder del Maxi mato se fortaleció el presidencialismo y el Congreso dejó de ser la instancia de mediación entre las distintas facciones, lugar que asumió el Poder Ejecutivo.
La obra legislativa que caracterizó este periodo estuvo orientada a fomentar el nacionalismo y la soberanía a fin de establecer un sólido principio de independencia económica en favor de los trabajadores. En este sentido, el Congreso de la Unión concedió facultades extraordinarias al Ejecutivo para legislar en lo que a bienes de propiedad federal se refiere, por lo que el 31 de agosto de 1935 se publicó, en el Diario Oficial, la Ley de Nacionalización de Bienes cuyo objetivo fue asegurar
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