Las diversas interpretaciones de la obra de Doris Salcedo Schibboleth

Las diversas interpretaciones de la obra de Doris Salcedo Schibboleth, a partir del documento Doris Salcedo Schibboleth de Ivonne Pini.

El texto “Doris Salcedo Schibboleth”, escrito por Ivonne Pini pertenece a la revista ArtNexus Arte en Colombia, publicada en la edición de marzo-mayo de 2008. Por medio de una explicación conceptual del significado de la obra, permite un análisis de la discusión en el arte con lo referente a la variedad de interpretaciones, su carácter multidisciplinario y la temporalidad abordada desde la visión de la artista, los críticos, la población y el museo^[1]. El artículo permite identificar las principales posturas interpretativas de los anteriores actores.

Para entender la importancia de este documento como fuente primaria, es necesario examinar la relevancia que representa para entender el desarrollo y las características de la situación colombiana respecto al arte. La revista aborda la discusión provocada por el arte en el contexto colombiano. De esta manera, se reconoce un arte que no es indiferente a los cambios sociales, políticos y culturales, reflejados en los ideales y la mentalidad del momento, permitiendo así una respuesta a los acontecimientos del diario vivir^[2]. Es por eso que el documento perteneciente a esta publicación, sigue con los lineamientos de la misma y los traduce en una crítica a la obra de Doris Salcedo.

El artículo presenta una interpretación oficial de la obra, pues consulta directamente con la artista, por medio de conversaciones y entrevistas. La obra muestra la historia de la modernidad y la compleja relación entre el imperio y la colonia ya que el primero utilizó su condición de superioridad y explotó a los países en desarrollo para alcanzar el progreso. A partir de esta dicotomía, se expresa el racismo y la discriminación, tomando un papel importante dentro de la historia de la modernidad.

Otro aspecto de la obra es el uso del abismo para representar la incapacidad de atravesar las diferencias creadas por este racismo^[3]. En este punto el documento admite una nueva discusión al cuestionar qué tan crítica puede llegar a ser la autora , teniendo en cuenta que la exposición fue financiada por una multinacional^[4]. Este aspecto sería irrelevante si no se tuviera en cuenta que muchas veces estas se encargan de explotar a los trabjadores, territorios y recursos, aprovechándose de la debilidad democrática de ciertos países, y todo encaminado a aumentar sus riquezas sin representar algún tipo de beneficio para las naciones explotadas^[5]. Esto lo podemos relacionar específicamente con el caso colombiano y tantos actos de violencia como la masacre de las bananeras.

Aunque este aspecto de la obra es criticado, hay otras perspectivas que posicionan a Doris Salcedo por su trayectoria y por la construcción de una propiedad intelectual de la violencia la cual Colombia no tiene^[6]. Lo anterior admite demostrar que una obra puede concebir múltiples interpretaciones y no una visión única e indiscutible de la misma. Esto evoca el lado multidisciplinario presente en la escultura, ya que utiliza recursos de la literatura, de la historia y del pensamiento del siglo XX para construir su trabajo. Así la obra se permea de “los ready-mades de Duchamp, los 4’33’de Cage, “lo que ves es lo que es” de Frank Stella, el minimalismo, Kafka, Beckett, Wittgenstein: “No todo lo que es posible pensar puede ser dicho”. Buceando en el “entre dos” con la poesía de Celan”^[7].

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