Las memorias de un loco
Enviado por JDxgame y Pato2710 • 30 de Mayo de 2017 • Trabajo • 3.210 Palabras (13 Páginas) • 281 Visitas
Memorias de un loco
I PARTE
Reprimiendo pensamientos
¡Estado tristeza! Llorar es de cobardes, reír no puedo, ¿entonces, quién soy? ¿Acaso estoy a merced de la soledad infinita? Voy a ver la vida pasar, sentado en el desván; o suelto corriendo en un desierto sin fin, donde ni el cactus sobrevive, ni el hombre muere.
Vida de luna, tras arboles marchitos en agua, humano, ahogado, por el aire puro del páramo ¡mírenme! Ustedes gozan de más suerte de la que yo poseo. Y así el agua continua llegando, ¿hacer sal?
Intentare decir un verso rápido, para escribirlo en tu epitelio amor, pronto lo voy a usar, no lo dudo; ya que mis manos están listas para el acto final. Tu hermoso cuello, tocare, amare, besare; pero solo con mis dedos en temblor constante lo hare.
Cabaré un hoyo, donde enterrare tu amor, junto con las llaves de la casa y cuarto. Esperare el desayuno en la mañana, esperare que lo prepares tú, te esperare hasta que regreses, de donde te deje.
Entonces ahí me lavare las manos, de esta pintura roja, que no me acuerdo donde me manche. ¿La camisa está sucia! Creo que es el mismo tinte del que se ha pegado en mis dedos, y los zapatos, están de lodo, provocado por el llanto del cielo; mas mis pantalones han llegado limpios, ¿me los he cambiado? ¿Dónde estás? No te veo, ni te escucho hablar, ¡tengo hambre!
Ha pasado un mes y medio perdóname por no esperarte. Han llegado locos vestidos de blanco. Me hicieron varias preguntas sobre ti ¡amor, no te veo!, estoy en un cuarto pequeño, no tiene ventanas ni puertas, más que un delgado espacio rectangular por donde pasan pan y agua. ¡Me han secuestrados!, ¡ayúdame!
Son tres meses y, no tengo señal de luz solar. E hecho un amigo, ¿no sé cómo se llama? Tendré que preguntarle hoy, a lo que pase por la pared. Le he hablado de ti, ¿se ha dado cuenta de lo mucho que te amo? Me dijo que va a buscarte, ya que es el único que entra y sale. Un señor de blanco, con guantes quirúrgicos ha entrado en mi habitación, no me acuerdo más, después de un pinchazo agudo en mi brazo izquierdo.
Despertar, eso no es más que una palabra que me causa dolor ¡amor, estoy llorando!
Hoy, en la mañana 6:00 am, soñé con volar, mas era yo y el suelo frio de un cuarto oscuro, en donde me tienen preso. Me duele no amarte (el hombre lloraba, triste mar hecho de agua dulce), ¡no sé dónde estás!, ¡maldición, estoy llorando!, (golpeaba su cuerpo maltrecho contra las paredes sin clemencia)
Soñé, sueño profundo, 4 de abril de 1994, me acuerdo por el calendario en la puerta de entrada. El cielo no era claro, llovía, yo llovía, (el hombre lloraba, llanto esplendido de agonía) Salí de mi casa, sin poncho de aguas, sin paraguas, tal como partí en la mañana al trabajo. Estaba parado en medio de la nada, la nada, en medio mío. Yo estaba con las manos de un tinte rojo, al igual que la camisa que me regalaste en mi cumpleaños 26, ¡pero, y mi leva!, ¿Dónde está mi leva! Corrí hacia la puerta principal de mi pequeña casa, entre, y mi pantalón estaba seco. ¿Qué paso!, ¡ayúdame! Ya no soporto, noche tras noche, el sueño es mi vida.
He despertado a las doce, ¡drogas! Mi cuerpo estar maltrecho y veo sangre. Salí a caminar al campo, done los potreros estaban vacíos, no más que un caballo ¡blanco puro! Con su cola suavemente teñida de una negro azabache (hermoso y magnifico), galopamos por al menos dos horas, por un sendero donde las rosas expedían el aroma más bello que mis fosas nasales han percibido. Tú, el caballo y yo, surcamos monte arriba, para pasar nuestro corazón, por el hoyo cavado por el profundo amor adquirido. P.d. ¡te amo!
La imaginación es el arma más peligrosa que el hombre tiene a servicio inmediato, es igual a la belleza del agua, te da vida y, te la quita. Hoy, sentado en la esquina izquierda del cuarto redondo, en el que estoy obligado a “vivir”, me di cuenta que el techo, cada hora se va alejando de mí, del suelo, de su destino; entonces entro mi compañero por la derecha, tocándome la vista occidental, a lo que dijo: -no te levantes; he visto y no me ha gustado, he llorado, más feliz por mí, no por ti, me he puesto. A lo que el humo me era más visible que él; en un abrir y cerrar de ojos ha esculpido la duda en mí, y de mi ha desaparecido, sin dejarme responder, ¡tengo muchas dudas!, ¡ya no más señor!, ¿Dónde estás? Mira que estoy afligido en extremo, mira que ni la bella música de Queen ha calmado mis sentidos. ¿Quiero mi vida!
No me he bañado en cuatro meses y medio, debo tener el olor igual que el basurero de la ciudad, eso me causa hilaridad y ganas de vomitar.
Sentado en mi rincón he recordado la primera vez que te vi. Nos citamos a las 6:00 de la tarde en la catedral de mi pequeño pueblo, al lado del parque principal, llegue con 15 minutos de anticipación, en lo que vi al loco del parque, hablar gustosamente con el amor de su vida (literalmente) mientras que en la otra esquina estaba una viejita que vendía chicles, tabaco, y más chucherias, decenas de personas daban paso a prisa como si se atrasaran a todo, son nada. Faltaba 5 minutos para arribar la hora propuesta, yo estaba nervioso, con brazos cruzados y sueltos. Vi a lo lejos un grupo de amigas, y en la mitad a la mujer más hermosa y perfecta ante mis ojos, ante los ojos del mundo, (mundo que yo invente para ti) me quede inmóvil, mientras tanto, dos amigas tuyas, se acercaban para decirme: -ángeles te está esperando. Camine, lentamente como caballo de funeral, vi tus ojos, tu boca, tu cabello, te vi, me enamore y bese tus mejillas de ceda, el amor floreció, como las raíces en la tierra con agua. Mas la puerta, dejo entrar en mi cuarto una luz cegadora, mientas las sombras me abrazaban y el miedo me acosaba, vi, escuche y sentí, tu grata presencia en mi pesar, entonces llore, amargamente llore, triste mente llore, no pare hasta que tus brazos estaban en mi cintura.
-dejemos que tu vida continúe –dijiste- amor ya no estoy aquí.
-te miro, te toco, te veo – respondí- aquí estas, y este cuarto es un paraíso solo con tu presencia.
-vida, tus palabras me hacen volver a la vida.
Y la mañana llego, el llanto fue verdad por al menos una hora y más, mas tus palabras quedaron en el recuerdo de una noche hermosa, hermosa tu presencia, hermosa tú, ¡mi amor!, hermosa tú. Golpee las paredes, golpee el techo, golpee el suelo, golpee la nada, y la nada me golpeo a mí, con una bofetada que me dejo sordo y mudo, pero mirando al frente, como que la vida no existía.
Comí algo decente a los cinco meses de mi llegada a este hueco sin salida, ¡han tenido una sala amplia!, donde Beethoven se hacía presente con su quinta sinfonía, pinturas de picazo y Miguel Ángel que adornaban sus paredes blancas, claro todas eran copias, al fondo, una chimenea y en su columna un clavo que sostenía firmemente un reloj de madera con su largo minutero que daba el medio día de una existencia poco normal.
No sé como continuar, pero si bien se, la vida comienza, antes que el hombre nazca
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