Los Nuevos Emparejamientos. Las Familias Reconstituidas

Los nuevos emparejamientos. Las familias reconstituidas

Este fragmento analizado a continuación llamado “Los nuevos emparejamientos. Las familias reconstituidas” tiene origen de un capítulo titulado: “Divorcio, monoparentalidad y nuevos emparejamientos” escrito por Mª del Mar González y Beatriz Triana.

El término de familias reconstituidas recoge a aquellas parejas que han optado por un matrimonio, pero por unas razones u otras se han divorciado y después de esto vuelven a emparejarse iniciando así una nueva convivencia, con o sin vínculo matrimonial. Estos nuevos emparejamientos tienen distintos grados de complejidad dependiendo principalmente de si hay al menos algún hijo o hija del matrimonio anterior.

En el artículo se denomina este fenómeno como aun reciente en nuestro país, hecho que creo que ya está bastante avanzado. Actualmente es más común que los matrimonios tengan una duración menor, ya que el matrimonio era “un pacto” que duraba para toda la vida. Por “x” razones, tales como las críticas sociales al estar separado/divorciado, en el caso de la mujer, como también la poca o nada de economía que éstas disponían, entre muchas. Esto ha cambiado por eso ha aumentado los divorcios y las familias que vuelven a emparejarse con otras, normalmente también divorciadas.

Paperrnow (1993) fue quien describió la evolución de éstas agrupándola en tres grandes fases, aunque se complementan con la de Visher y Visher (1993). La primera fase sería la de los estadios tempranos, se empieza por un estado de fantasía donde los adultos creen en el surgimiento de un llamado “amor instantáneo” entre sus hijos/as y las nuevas personas de la casa, o imaginan que la nueva familia surgida es como la primera unión. En los niños se crea la idea del padrastro o la madrastra malvada así como la posible reconciliación de los progenitores. Y es en esta etapa cuando empiezan a surgir los problemas y conflictos entre los hijos/as y la nueva pareja. La segunda fase, los estadios intermedios, también denominada de movilización y acción, los miembros confrontan sus necesidades e intentan negociar, optando por una actitud flexible para ser capaces de integrar las diferentes tradiciones y costumbre de cada familia. Y por último, en los estadios finales, de contacto y resolución, la familia acaba sintiéndose una única unidad, ya que las normas impuestas anteriormente permiten un funcionamiento más sencillo y fluido.

A parte de esta división, hay tres elementos claves para que surja con buen resultado: uno de ellos es construir una sólida relación de pareja ya que a los niños les da más seguridad y les quita el miedo a una posible ruptura por parte de la nueva pareja. En cuanto a las relaciones entre los niños/as y la nueva pareja, el rol de este nuevo miembro tiene que ser adquirido poco a poco. Primeramente tiene que ser la persona adulta amiga y cariñosa, involucrada en la vida de los menores y apoya la labor del progenitor, pero no ejerce con autoridad, dependiendo de la edad del niño/a cojera un rol más paterno o no. Y por último, el padre o la madre biológicos y sus hijos tienen que preservar una relación

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