Los Pulong, una sociedad cerrada

Los Pulong, una sociedad cerrada.

El reportaje sobre los Pulong, la sociedad campesina localizada en el nordeste de Myanmar (Birmania), nos muestra la dinámica y funcionamiento económico de la vida rural de sus habitantes. Agricultura diversificada, producción autosuficiente basada en el trabajo familiar, economia sustentada por pequeñas explotaciones agrícolas o un sistema tradicional de cerimonias y creencias basadas en relaciones de parentesco patriliniales, son algunas de las características que determinan a los pueblos campesinos. Tal y como ocurre con los Pulong, su escaso control sobre los mecanismos de distribución, ya sea de sus medios de producción —recordemos que se asentan sobre una tecnologia muy simple y conservadurista—  o por una falta de gestión de sus productos en un mercado cada vez más globalizado y menos adaptado a las necesidades rurales, provocan en la población campesina un estado casi permanente de pobreza; otro rasgo más que une a los pocos pueblos de base campesina que aún subsiten.  

No obstante, este estado de escasez que concierne a las sociedades rurales-campesinas no es exclusivamente por la poca eficiencia (entendida en una lógica de maximización de beneficios y acumulación de capital) relacionada con la tenencia, producción y distribución de las tierras, sino que además, y poniendo de ejemplo el pueblo de los Pulong, el estado ejerce un control sobre la zona rural y se lleva una gran parte de los fondos recaudados a través de impuestos sobre la población que no se ven revertidos en ninguna inversión para la mejora social o infraestructural. Por estos motivos, los Pulang son un ejemplo de sociedad cerrada o corporativa —tal y como distingue Wolf— a diferencia de las sociedades abiertas. Estos se muestran reticientes al extraño y a su vez, muestran una gran desconfiaza y rivalidad hacia el Estado, causante de las corruptelas políticas y económicas que se realzan con el mercado internacional. Estos factores llevan consecuentemente a que la población campesina se resista a los cambios e innovaciones tecnológicas o agrarias, y se presenten como una sociedad rígida, aislada, conservadora y suspicaz frente actitudes o mecanismos diferentes. Estamos ante la cuestión, tratada a clase, sobre el dilema o paradoja del campesino sobre el equilibrio de las demandas externas con las necesidades internas: el rechazo a las presiones externas alimenta la cohesión interna y con ella aumenta la productividad y el trabajo del grupo doméstico para el autoconsumo.

Por otra parte, Narotzky nos habla sobre la agroecologia como nuevo paradigma del desarrollo rural acompañado de los movimentos en pro la sobirania alimentaria con el objetivo de obtener ganancias dentro de una lógica campesina orientada a la reproducción en el hogar.  Con ello, la finalidad de los nuevos campesinos sería obtener más ingresos con la intensificación de la mano de obra, que perteneciaran a la subsistencia de la família y la supervivencia de la producción alimentaria centrada en la artesania o el empleo doméstico. No obstante, la dependencia con otras culturas donde se llevan a cabo actos de reciprocidad e intercambio de prestigio economico, social o espiritual muy elevado difultan esta propuesta de innovación.

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