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Los Sistemas Sociales


Enviado por   •  23 de Enero de 2014  •  8.429 Palabras (34 Páginas)  •  331 Visitas

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CAPÍTULO PRIMERO

LA AUTOCONCIENCIA, LA CONCIENCIA

DE LO REAL Y LOS SISTEMAS SOCIALES

Se vive el mundo del lenguaje y no, el mando de lo concreto

I. La construcción de la autoconciencia, la lucha por el recono-

cimiento y las sociedades civiles resultantes. . . . . . . . . 3

II. La conciencia de lo real, la construcción de la realidad y la

ideología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5

III. El poder-colaboración o el poder-dominación como medios

y el sistema productivo como fin. . . . . . . . . . . . . . . 6

1. El poder-colaboración en los pueblos nahuatlacos del an-

tiguo México . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

2. El poder-dominación de Occidente . . . . . . . . . . . . 12

IV. El mundo de lo artificial, el sistema social, y el sistema de la

universal inclusión. El mundo de lo concreto y el mundo del

lenguaje . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15

V. Los sistemas sociales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18

1. Los controles sociales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20

2. La universal inclusión y la universal exclusión . . . . . . 22

CAPÍTULO PRIMERO

LA AUTOCONCIENCIA, LA CONCIENCIA DE LO REAL

Y LOS SISTEMAS SOCIALES

Se vive el mundo del lenguaje y no, el mundo de lo concreto

I. LA CONSTRUCCIÓN DE LA AUTOCONCIENCIA,

LA LUCHA POR EL RECONOCIMIENTO

Y LAS SOCIEDADES CIVILES RESULTANTES

La desobediencia a las normas sociales de control que han impuesto los

sujetos que controlan el poder, se ha interpretado en la historia de diver-

sas maneras, pero, generalmente, ha sido el “hombre sometido a la domi-

nación” individualmente o colectivamente considerado sobre quien ha

recaído toda la responsabilidad de su transgresión.

En cambio, el “poderoso” que ha creado las prohibiciones y ha defini-

do los delitos desde su perspectiva y para su beneficio, ha permanecido

como el actor bien intencionado, en esa relación desigual entre domi-

nante y dominado.

El dominante, por lo general, ha sido un sujeto individual o colectivo

autoconsciente,1 dueño de sí, que ha comprendido su posición de supe-

rioridad en los espacios en que se ha movido y cuya voluntad ha impues-

to destinos a otros individuos o a colectividades humanas.

La autoconciencia consiste en ser sí mismos, por sí mismos y para sí

mismos en la unidad individual. Esto implica identidad, que no puede ser

por otros, ni para otros, sino que requiere construirse, teniendo como es-

pejo a los demás y siendo diferente a ellos. Si se copia a otros, el sujeto

será el otro y no él.

Es un proceso de superación de los sujetos para convertirse en perso-

nas realizadas, esto es, alcanzar el nivel de Espíritu logrado, alcanzado y

1 Hegel, G. W. F., Fenomenología del espíritu, La Habana, Editorial de Ciencias

Sociales, Instituto Cubano del Libro, 1972.

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SISTEMAS IDEOLÓGICOS Y CONTROL SOCIAL

concreto, que contiene en sí a la naturaleza pero superada. El individuo

es naturaleza y a través de su inteligencia o sagacidad logra comprender

su propio mundo y alcanzar metas que lo hacen lograr su plenitud, y

cuando las circunstancias vitales lo impulsan, se convierte en dominante

de otros. Si en el mundo sólo existiera un individuo, no requeriría cons-

truir su autoconciencia, porque sería la totalidad; sin embargo, como se

vive en comunidad, entonces se encuentran otras autoconciencias, con las

cuales es preciso confrontarse a muerte, para decidir en quién reside la

verdad de sí.

En esa lucha se pueden dar las siguientes hipótesis:

1. Que la autoconciencia “A” venza a la “B” y la mate.

2. Que la autoconciencia “A” venza a la “B” y la deje viva, pero si la

“B” valora más la libertad que la vida, entonces se suicida para no

ser dominada.

3. Que la autoconciencia “A” no venza a la autoconciencia “B”, ni és-

ta a la “A”, por cual, no les queda otro camino que reconocerse y

respetarse recíprocamente.

4. Que la autoconciencia “A” venza a la “B”, y “B” prefiera la vida a

la libertad, y entonces se subordina y se deja dominar por la “A”.

De la contienda, entonces, puede resultar la tercera hipótesis, en que

se den entre ellas un reconocimiento mutuo. Ninguna autoconciencia do-

mina a la otra y la sociedad

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