Los niños y la televisión.

UNIVERSIDAD DE AMÉRICA LATINA

PROTOCOLO DE TESIS

CINTHYA ASTRID ROLDÁN TORRES

CATEDRÁTICO: DR. CARLOS AUGUSTO RODRÍGUEZ GARCÍA.

TEMA

Los niños y la televisión.

TÍTULO

El comportamiento de los niños según los programas televisivos que ven.

ABSTRACT

La presente investigación busca una propuesta de solución al problema de conducta que provoca la violencia transmitida en los programas infantiles y caricaturas que ven los niños, y el tiempo que permanecen frente al televisor.

INTRODUCCION

Considerada como el medio de comunicación más importante e imponente del mundo, la televisión transmite producciones audiovisuales de todo tipo; influye, persuade, entretiene, educa e informa. La mayoría de los padres tienden a utilizar este aparato para evitar que sus hijos interrumpan sus actividades de trabajo y/o labores del hogar. Los sientan frente al televisor durante horas mientras ellos se desentienden de su educación olvidando el derecho inalienable que tiene cada individuo para elegir con libertad el contenido televisivo que influye en su formación y, confirmando así, el efecto de la televisión como un medio de control masivo.

La televisión es la actividad líder de los niños. Si en el ambiente del hogar los adultos pasan mucho tiempo frente a ella, consecuentemente se ven afectadas en forma considerable las relaciones interpersonales.

En promedio, los niños ven de 22 a 25 horas semanales de TV. Se puede decir que, en el transcurso del año, pasan más tiempo viendo la televisión que en la escuela. El total de tiempo dedicado a este medio de comunicación es a veces tan elevado que, aparentemente queda poco tiempo para comer, ir a la escuela o dormir. Esto se debe a que los niños ven televisión mientras hacen sus actividades diarias (comer, dormir, jugar, etc.). Es la televisión, más que otro medio de comunicación, la que proporciona una base común de información en las primeras fases de socialización del niño.1

La violencia transmitida en algunos programas infantiles, no favorece del todo el aprendizaje de un niño. Gran parte de las actitudes que se aprenden son por medio de lo que se percibe visual y auditivamente en el entorno y que se desarrolla a través de la interacción con otros sujetos que es principalmente ejercida por el daño tanto físico como psicológico, de quien la ejerce como de quien la recibe. Es importante señalar que estas conductas pueden desarrollarse por imitación a lo que se observa y se escucha en los medios de comunicación.2

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1Influencia de las caricaturas en los niños. Sitio web: http://daicoros.blogspot.mx/2009/12/influencia-de-las-caricaturas-en-los.html
2Violencia Visual e influencia. Sitio web: http://violenciavisualeinfluencia.blogspot.mx/p/caricaturas-violentas.html

Los niños son los más grandes explotados por la publicidad televisiva. Los fabricantes de juguetes ganan millones cada año por lanzar al mercado sus productos. Cuando ven demasiada televisión están expuestos a un mayor número de riesgos para su desarrollo intelectual y emocional.

Según estudios norteamericanos, se emiten una media de 23 publicidades por hora. Más de la mitad de la publicidad contiene información errónea, engañosa o ambas, pero que los niños creen como verdadera, de tal manera que, la televisión no solo ofrece sino que impone experiencias y condicionantes a los niños, pues ellos son el principal blanco al que van dirigidos la mayoría de los anuncios comerciales.3

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

La sociedad mexicana ha convivido con la televisión desde edad temprana, de manera que forma parte de la vida cotidiana. Giovanni Sartori en su libro Homo videns, señala que: “el ser humano aprende a tele-ver antes de leer y escribir”5.

Al proceso en el que los niños y jóvenes aprenden a ver televisión a partir de las prácticas que hacen los adultos en el ámbito familiar se le denomina, en esta investigación, consumo televisivo hereditario y se transmite de manera involuntaria. Se presenta cuando una persona, en este caso un niño, imita la selección de programas televisivos de los demás integrantes de la familia.

Los niños que miran demasiada televisión están en mayor riesgo de: 1) leer menos libros, lo que contribuye al mal desempeño escolar y a retardar la lectoescritura; 2) hacer menos actividad física, que es parte importante del desarrollo normal del niño; 3) tener problemas de sobrepeso; 4) disminuir la interacción social con otros niños y la familia; 5) desarrollan poca imaginación y creatividad.

El problema no está en lo que hacen los niños mientras ven la televisión; está en lo que no hacen. Específicamente, están programados para aprender interactuando con otras personas.

Solamente el hecho de tener encendido el aparato, incluso si nadie lo está viendo es suficiente para retrasar el desarrollo del lenguaje. Normalmente un padre habla 940 palabras por hora cuando su niño pequeño está cerca. Con la televisión encendida, ese número disminuye a 770; menos palabras significan menos aprendizaje.4

El cerebro de los niños crece significativamente durante los primeros tres años de vida, la masa del cerebro se triplica sólo en los primeros 12 meses. La experiencia estimulante de los niños durante este periodo influye en gran manera en el desarrollo del cerebro. Las imágenes en las pantallas se comportan de manera que difieren dramáticamente de aquellas en el mundo real. (David L. 2012)

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3Los efectos de la televisión en los niños. Sitio web: http://www.guiainfantil.com/educacion/efectostele.htm
4L. David. (2012). Dad to dad: Parenting like a pro. (American Academy of pdiatrics 2012)
5 Sartori Giovanni, “Hommo Videns”.

JUSTIFICACIÓN

Diversidad de estudios han comprobado que el efecto de la televisión como influencia en las relaciones interpersonales altera los procesos de comunicación debido a los diferentes contenidos que elige cada persona.

Cuando a un niño se le inculca la idea de utilizar la televisión como medio de entretenimiento, más que de comunicación, crece con una idea errónea lo que provoca que cuando él sea adulto, haga lo mismo con sus propios hijos. Este patrón se ha repetido durante años; ya es una costumbre ver la televisión todos los días, a cualquier hora.

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