MANIFIESTO COMUNISTA ANTE SALA DEL COMUNISMO

El Manifiesto Comunista (Manifest der Kommunistischen Partei, por su título en alemán) Carlos Marx y Friedrich Engels 1847 – 1848

MANIFIESTO COMUNISTA ANTE SALA DEL COMUNISMO

Por Laura Valentina Gonzalez Contreras.

Un fantasma recorre Europa: El fantasma del comunismo

Contra este fantasma se han conjurado en una santa jauría, todas las potencias de la vieja Europa, el papa y el zar, Metternich y Guizot, los radicales franceses y los polizontes alemanes.

¿Hay un solo partido de la oposición, a quien el gobierno no califique de comunista? ¿Hay un solo partido de la oposición, que no lance al rostro de la oposición más progresista lo mismo que a sus enemigos reaccionarios, la acusación estigmatizante de comunista?

De este hecho se desprenden dos consecuencias:

La primera, que el comunismo ya se ha reconocido como un poder por todas las potencias.

La segunda, que ya es hora de que los comunistas expresen a la luz del dia y ante el mundo entero sus ideas, sus tendencias, sus aspiraciones, saliendo asi al paso de esa leyenda del fantasma comunista, con un manifiesto de su partido.

Los anteriores párrafos corresponden al inicio de dicho manifiesto y se podría afirmar que es el llamado y la instrucción a todos los seguidores de la ya bien constituida ideología comunista del siglo XIX para organizarse política, social, económica y militarmente con el fin de  llevar a cabo la revolución comunista y establecer una forma de sociedad sin clases, sin Estado u organización social basada en la propiedad común de los medios de producción.

Este manifiesto es predecesor de las otras obras conocidas de Marx y Engels, Principios del Comunismo y El Capital.

Con el fin de profundizar sobre esta obra es necesario hablar brevemente sobre sus creadores:

Por un lado tenemos a Carlos Marx cuyo verdadero nombre era Kissel Mordechai, nacido en Tréveris, Prusia (actual Alemania), el 5 de mayo de 1818 y fallecido en Londres (Inglaterra) el 14 de marzo de 1883.

Se destacó como político, filósofo, y militante comunista alemán de origen judío del siglo XIX.

Fue el tercero de siete hijos de una familia judía de clase media. Su padre, Herschel Mordechai (luego Heinrich Marx), desciende de una larga línea de rabinos talmudistas, lo cual puede ser el indicio y explicar por qué Marx no solo estaba en contra de la religión Cristiana occidental si no constantemente la atacaba y le daba el calificativo de opio del pueblo occidental.

Y por el otro lado tenemos a Friedrich Engels nacido en Barmen, Renania, (Alemania) en 1820 y fallecido en Londres en 1895 quien fue un pensador y dirigente socialista alemán, amigo y colaborador de Marx, y coautor con él de obras fundamentales para el nacimiento de los movimientos socialista y comunista.

Sobre Engels es de resaltar que a diferencia de Marx provenía de una familia aburguesada, conservadora, religiosa y también que era un adinerado hombre de negocios.

Cabe resaltar que en el manifiesto comunista se da una especial atención a las condiciones del trabajador ingles de mediados del siglo XIX, esto es consecuencia de que Engels tenía su centro de negocios en Londres, lo cual facilito a  Marx su desplazamiento a Inglaterra, país donde llevarían a cabo el desarrollo de este manifiesto.

Entrando en materia se establece que el manifiesto es elaborado con el fin de darle a entender al lector que la historia de la humanidad no es más que la consecuencia de meras acciones económicas y que a su vez esta historia tiene dos claros protagonistas, los libres y los esclavos; de aquí parte el concepto base de la lucha comunista. EL LLAMADO A LA LUCHA DE CLASES.

Marx y Engels dan por hecho que la historia es un constante y repetitivo ciclo de enfrentamientos entre libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores feudales y siervos de la gleba, maestros y oficiales; en una palabra OPRESORES Y OPRIMIDOS siempre frente a frente unas veces de forma directa y otras veces de forma indirecta; este eterno y repetitivo ciclo de enfrentamientos suele terminar de dos maneras:

Primera: Con la transformación revolucionaria de la sociedad, o

Segunda: Con el exterminio de ambas clases enfrentadas.

Otra rasgo importante del manifiesto es el reconocimiento de la jerarquización de las sociedades según los periodos históricos más relevantes, por ejemplo de la antigua Roma donde las clases imperantes eran 4, los patricios, los equites, los plebeyos y los esclavos,  de la edad media eran los señores feudales, los vasallos, los maestros, los oficiales de los gremios y los siervos de la gleba y a su vez dentro de cada clase pueden haber otras.

Marx y Engels afirman que la moderna sociedad burguesa no ha eliminado estas diferencias de clase, solamente las ha bautizado con nuevos nombres, las ha hecho detentoras de nuevas actividades económicas y lo más destacado es que las ha simplificado, hoy es evidente que la sociedad a la que Marx y Engels dan por moderna la han separado en dos grandes grupos de enemigos tan opuestos como irreconciliables: LA BURGUESIA Y EL PROLETARIADO.

En el manifiesto se define a la burguesía como la continuación de las anteriores clases sociales, pero esta vez basada en un poderío económico sin precedentes que parte del comercio y de la producción y que por tanto son quienes siendo una minoría absoluta dirigen al mundo según su conveniencia.

Los burgueses hacen las veces de amos y señores, mientras que la mayoría hace de explotados y trabajan para sus fines, la riqueza y la prosperidad es patrón constante de los primeros, nunca hacen trabajos que requieren esfuerzos físicos, ni causen cansancio ni dolor, en síntesis respecto a esta idea los primeros, los burgueses viven a costa del sudor, sangre y lágrimas de los segundos, la clase proletaria, numerosa pero desposeída de toda garantía de una vida digna, de esta idea se desprende otro pila del Manifiesto comunista: LA DESIGUALDAD.

A pesar de haber sido escrito en la Europa del siglo XIX, la idea del manifiesto es calar en el pensamiento de todos los proletarios del mundo (Europa y América principalmente por ser las sociedades con mayor auge industrial), ya que su ideología es internacionalista y proclama estar por encima de toda división nacional, étnica, Religiosa o cultural, lo que es una clara afrenta y declaración de guerra a todos los valores tradicionales occidentales y un atentado al individuo ya que a groso modo el programa comunista pretende lo siguiente:

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