METRÓPOLIS Y EL MITO DE LOS RASCACIELOS

METRÓPOLIS Y EL MITO DE LOS RASCACIELOS

Arquitectura y cine se encuentran estrechamente vinculados en cuanto toda escena requiere un espacio cinematográfico en que se desarrolle la acción. Muy a menudo esos espacios suelen ser decorados, escenografías de carácter arquitectónico. Por tanto, podemos esclarecer que el nexo de unión entre estas dos disciplinas es el espacio. A través del cine es posible representar la tridimensionalidad de la arquitectura en las dos dimensiones de que está provisto el plano de proyección, pero añadiendo una dimensión adicional, el tiempo. Pese a todo esto es necesario puntualizar que si bien el cine consigue esta representación única del espacio y, concretamente, del espacio arquitectónico, los elementos de que se vale para ello son anteriores a la invención del cinematógrafo, ya sea la escenografía o la propia arquitectura o el paisaje. Por ello no es extraño encontrar numerosos directores con formación arquitectónica, como el propio Fritz Lang.

El cine se configura desde sus orígenes como una potente herramienta de difusión ante el público generalizado. Durante su etapa inicial y sobre todo, gracias al expresionismo alemán, la arquitectura adquiere un papel de primer orden en las películas de principios del siglo XX. Los arquitectos-directores alemanes de los años veinte, periodo en que se inscribe Metrópolis, se valen del cine para representar y difundir las ideas arquitectónicas expresionistas por dos razones principales:[pic 1]

La Primera Guerra Mundial había paralizado las exposiciones internacionales de arquitectura, por lo que encuentran en el cine un medio de propagación eficaz.

Era sustancialmente más sencillo y económico realizar decorados que llevar acabo dichas obras utópicas que podían resultar más propias del ámbito fantástico cinematográfico que de la Europa de la posguerra.

A través del cine los expresionistas pretendían exponer la visión utópica del futuro que la arquitectura no había conseguido mostrar, construyéndolo en el presente mediante la ficción cinematográfica.

En este contexto se rueda Metrópolis, donde se nos presenta una megalópolis de enormes proporciones con un alto nivel de desarrollo tecnológico y de una estética que nos hace pensar de forma directa en la arquitectura de los grandes rascacielos de Nueva York o Chicago de los años veinte y treinta.[pic 2]

Comparación arquitectura americana de la escuela de Chicago y Metrópolis

Estas similitudes responden a la estrategia de la industria cinematográfica alemana que buscaba reproducir el carácter del cine americano con la finalidad de competir con el mismo.

Como hemos citado anteriormente, el director de Metrópolis, Fritz Lang, era un gran conocedor de la arquitectura y el diseño, lo que quedó reflejado en gran cantidad de su obra y en sus escenografías. Precisamente, el propio Lang afirmó que la historia de Metrópolis surgió a raíz de su visita a los Estados Unidos, cuando llegó a Nueva York en barco y pudo ver el espectacular juego de luces que emanaban de los rascacielos durante la noche.

Son esos mismos rascacielos los que surgen en las principales ciudades de los Estados Unidos como respuesta a la reestructuración urbana que tiene  lugar en el Siglo XIX, donde se dividen los terrenos de forma racional y se crean grandes avenidas que los atraviesan. Gracias al progreso de las técnicas constructivas y a la invención del ascensor se consigue alzar edificios de gran altura cuyos muros ya no ejercen acción portante, lo que a su vez permite abrir grandes ventanales que dotan a las edificaciones de una imagen de funcionalidad y gran modernidad. Esta última característica tiene se pone de manifiesto en la escena del despacho de Joh Fredersen al comienzo de la película a través de cuyo gran ventanal es posible observar la inmensidad de la ciudad. Para tratar el mito de los rascacielos y el desarrollo urbanístico de las megalópolis nos centraremos en el análisis de la nueva realidad urbana a que se encuentra expuesta la ciudad de Nueva York en el comienzo del siglo XX.

Los rascacielos son construcciones que contribuyeron de manera decisiva a forjar el carácter urbano de Nueva York como una auténtica Metrópolis hasta el punto de que no somos capaces de concebir esta ciudad sin ellos.

Los grandes rascacielos neoyorquinos surgen debido a las limitaciones orográficas que Manhattan presenta al encontrarse rodeado por dos ríos que actúan como bordes o fronteras al desarrollo urbanístico. La necesidad de construir nuevas oficinas dado el papel de primer orden que Nueva York ocupaba en la economía del país, y que aún hoy sigue ocupando a nivel mundial lleva a la edificación de estas estructuras que nacen, tal y como asegura el holandés Rem Koolhaas, por etapas entre 1900 y 1910 siendo el resultado de tres innovaciones urbanísticas fundamentales:

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