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Caverna Mito


Enviado por   •  9 de Marzo de 2012  •  23.895 Palabras (96 Páginas)  •  572 Visitas

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VII

514a I. -Y a continuación -seguí- compara con la siguiente escena el

estado en que, con respecto a la educación o a la falta de ella, se halla

nuestra naturaleza. Imagina una especie de cavernosa vivienda

subterránea provista de una larga entrada, abierta a la luz, que se

extiende a lo ancho de toda la caverna y unos hombres que están en ella

desde niños, atados por las piernas y el cuello de modo que tengan que

b estarse quietos y mirar únicamente hacia adelante, pues las ligaduras les

impiden volver la cabeza; detrás de ellos, la luz de un fuego que arde

algo lejos y en plano superior, y entre el fuego y los encadenados, un

camino situado en alto; y a lo largo del camino suponte que ha sido

construido un tabiquillo parecido a las mamparas que se alzan entre los

titiriteros y el público, por encima de las cuales exhiben aquéllos sus

maravillas.

-Ya lo veo -dijo.

-Púes bien, contempla ahora, a lo largo de esa paredilla, unos

c hombres que transportan toda clase de objetos cuya altura sobrepasa la

515a de la pared, y estatuas de hombres o animales hechas de piedra y de

madera y de toda clase de materias; entre estos portadores habrá, como

es natural, unos que vayan hablando y otros que estén callados.

-Qué extraña escena describes -dijo- y qué extraños pioneros!

-Iguales que nosotros -dije-, porque, en primer lugar ¿crees que los

que están así han visto otra cosa de sí mismos o de sus compañeros sino

las sombras proyectadas por el fuego sobre la parte de la caverna que

está frente a ellos?

b -¡Cómo -dijo-, si durante toda su vida han sido obligados a

mantener inmóviles las cabezas?

-¿Y de los objetos transportados? ¿No habrán visto lo mismo?

-¿Qué otra cosa van a ver?

-Y, si pudieran hablar los unos con los otros, ¿no piensas que

creerían estar refiriéndose a aquellas sombras que veían pasar ante

ellos?

Forzosamente.

-¿Y si la prisión tuviese un eco que viniera de la parte de enfrente?

¿Piensas que, cada vez que hablara alguno de los que pasaban, creerían

ellos que lo que hablaba era otra cosa sino la sombra que veían pasar?

-No, ¡por Zeus! -dijo.

c -Entonces no hay duda -dije yo- de que los tales no tendrán por real

ninguna otra cosa más que las sombras de los objetos fabricados.

-Es enteramente forzoso -dijo.

-Examina, pues -dije-, qué pasaría si fueran liberados de sus cadenas y

curados de su ignorancia y si, conforme a naturaleza, les ocurriera lo

siguiente. Cuando uno de ellos fuera desatado y obligado a levantarse sú-

bitamente y a volver el cuello y a andar y a mirar a la luz y cuando, al

hacer todo esto, sintiera dolor y, por causa de las chiribitas, no fuera

d capaz de ver aquellos objetos cuyas sombras veía antes, ¿qué crees que

contestaría si le dijera alguien que antes no veía más que sombras inanes

y que es ahora cuando, hallándose más cerca de la realidad y vuelto de

cara a objetos más reales, goza de una visión más verdadera, y si fuera

mostrándole los objetos que pasan y obligándole a contestar a sus

preguntas acerca de qué es cada uno de ellos? ¿No crees que estaría

perplejo y que lo que antes había contemplado le parecería más

verdadero que lo que entonces se le mostraba?

-Mucho más -dijo.

e II. -Y, sise le obligara a fijar su vista en la luz misma, ¿no crees que le

dolerían los ojos y que se escaparía volviéndose hacia aquellos objetos

que puede contemplar, y que consideraría que éstos son realmente más

claros que los que le muestran?

-Así es -dijo.

-Y, si se lo llevaran de allí a la fuerza -dije-, obligándole a recorrer la

áspera y escarpada subida, y no le dejaran antes de haberle arrastrado

516a hasta la luz del sol, ¿no crees que sufriría y llevaría a mal el ser arrastrado

y, una vez llegado a la luz, tendría los ojos tan llenos de ella que no sería

capaz de ver ni una sola de las cosas a las que ahora llamamos

verdaderas?

-No, no sería capaz -dijo-, al menos por el momento.

-Necesitaría acostumbrarse, creo yo, para poder llegar a ver las cosas

de arriba. Lo que vería más fácilmente serían, ante todo, las sombras,

luego, las imágenes de hombres y de otros objetos reflejados en las

aguas, y más tarde, los objetos mismos. Y después de esto le sería más

fácil el contemplar de noche las cosas del cielo y el cielo mismo, fijando

su vista en la luz de las estrellas y la luna, que el ver de día el sol y lo que

b le es propio.

-¿Cómo no?

-Y por último, creo yo, sería el sol, pero no sus imágenes reflejadas en

las aguas ni en otro lugar ajeno a él, sino el propio sol en su propio

dominio y tal cual es en sí mismo, lo que él estaría en condiciones de

mirar y contemplar.

-Necesariamente -dijo.

-Y,

...

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