Malinowsky y Las Islas Trobriand
Enviado por ytatiana013 • 8 de Septiembre de 2021 • Ensayo • 1.363 Palabras (6 Páginas) • 239 Visitas
Malinowsky y Las Islas Trobriand
Camila Meneses Retavista
Giselle Valentina Sterling
Yurlandi Tatiana Muñoz
Yuliana Mercedes Ardila
Facultad de Economía y Administración, Universidad Surcolombiana
163355: Teoría del Conocimiento
Pedro Luis Huergo Tobar
25/08/2021
El presente texto tiene un propósito presentar los aspectos que nosotros como grupo consideramos fundamentales en la antropología funcionalista de Bronislaw Malinowski, lo anterior a través del análisis de seis campos sobre los cuales el antropólogo laboró durante su vida. Estos campos son la metodología de trabajo de campo, la noción de totalidad y función, la normatividad y la reciprocidad, los estudios sobre la génesis (que no origen) de la religión la magia, el testimonio y el mito; sus posiciones frente al psicoanálisis y la génesis de la cultura teniendo en cuenta el estudio de la cultura.
Bronislaw Malinowski fue un hombre cuya actitud era más bien antipática y de superioridad, y, por lo tanto, no era un modelo para los antropólogos más jóvenes, tenía un ardiente deseo por lo sensacional de lo anormal. Sufrió de una manía y paranoia de persecución y todo eso lo asociaba a su pobre salud y sus malos nervios. Su vida amorosa era caótica y errante, sentía grandes arrebatos de pasión y celos, pero, al mismo tiempo, es una mezcla de ser un completo y tonto lujurioso y este romántico que sentía. En el vídeo se puede observar a Malinowski como un hombre llevado al borde de la razón en su búsqueda apasionada, no solo de una nueva ciencia, sino de su propio poder y prestigio. Un hombre fascinado por la estructura social inglesa, y que por este motivo decidió formar parte de la clase alta. Malinowski no era solamente un científico, pues su peculiar y obsesiva personalidad encajaba de manera ideal con la tarea que tenía por delante, su vida se basó fue una larga lucha por la perfección personal, tanto mental como física. Confiaba plenamente en lo que sin duda alguna tenía “cerebro”, pues él decía que estaba determinado a ser aceptado en esa aristocracia siendo un eminente intelectual y, por ende, tenía que aprovechar su extraordinario intelecto logrando importancia. Y como se lo propuso, su cerebro lo llevó a London School of Economics, donde fue aceptado en Antropología con el objetivo de realizar el estudio del hombre.
Tras su camino de expansión en el imperio británico se encontró un mundo de tribus misteriosas, caníbales y tradiciones curiosas como los victorianos que eran quienes querían encontrar una forma de clasificar las culturas como bizarras y exóticas. Como parte de su proceso en darle sentido a la variabilidad humana era la colección de objetos que eran fabricados y usados en los pueblos siendo la representación de las sociedades que los poseían. Para los Victorianos los pueblos que fabricaban estos objetos eran salvajes, hacían magia con ellos, tatuaban sus cuerpos e incluso llegaban a practicar la promiscuidad sexual, de manera que, esa forma de vida causaba a los victorianos un espiral de pánico y terror moral. Los expertos y respetables caballeros quienes eran conocidos como los antropólogos de gabinete y que vivían en Londres, Oxford y Nueva York, que tampoco viajaron mucho, o incluso algunos no viajaron, pero aun así obtuvieron una serie de descripciones por medio de cartas de viajeros, oficiales, coloniales y misioneros de todo el mundo sobre las costumbres de los pueblos con los cuales ellos tenían contacto. Tras la revisión de sus investigaciones formularon una teoría sobre la vida salvaje, la idea era que estos pueblos, a los que se les llamaba "pueblos primitivos", eran equivalentes a los más antiguos de nuestros ancestros. Entonces, ellos representaban lo más opuesto, ellos mencionaban que, si ellos eran monógamos, los otros deben ser promiscuos; si ellos vivimos en casas, los otros deben ser nómades; si ellos eran personas racionales, los otros estarían completamente fascinados por la superstición. Llegando a la conclusión de que los salvajes parecían ser un retroceso hasta el pasado prehistórico y sus primitivas sociedades.
Los aborígenes australianos eran considerados como el punto más bajo de la escala evolutiva y existían sociedades, pueblos como los Tahitianos, entre otros, que eran considerablemente diferentes. Entonces venían las sociedades estatales de los chinos, risibles para nosotros.
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