."Mariguana is the healing of the nation"
Enviado por mrfuria • 12 de Marzo de 2016 • Apuntes • 1.316 Palabras (6 Páginas) • 686 Visitas
"Mariguana is the healing of the nation"
(No sabía qué título ponerle a esto y pues por cosas del destino recordé de una canción horrorosa de reggae que eso decía y me dio risa y lo puse de título)
Desde la secundaria yo quería probar la mota. Ni una borrachera me había puesto (en mí casa nadie bebe, es que es cosa del diablo), pero igual quería brincarme el paso e ir directo a lo natural goooooooei. Además creo que es más saludable y vacilador ser pacheco que borracho, y creo que sé muchas cosas.
Pero bueno. Si ni una cervecita se conseguía, ¿de dónde diablos iba a sacar yo un toque?
Un día Kissy, una de las únicas al-ter-na-ti-vas de mi salón, nos dijo: mi hermana consigue brownies, pásenme una lana y en la fiesta del Cuahtémoc de este sábado nos pondremos todos pachecos. Y un par de Víboras Malditas (así nos hacíamos llamar las del grupito de las "no-TAN-ñoñas") y yo le pasamos 50 varo por piocha y esperamos ansiosas que llegara el día.
Y llegó el día pero no el pastel. Tampoco nuestros dineros. Nos estafaron impunemente.
***
Ya en Prepa 6, la mota crecía en los árboles, pero sólo los chairos –clase dominante del plantel– tenían acceso a ella. Nadie me ofrecía un toque y yo ahogaba las penas de mi impopularidad en cerveza y aguas locas (¡hip!).
Poco a poco empecé a conocer más gente, algunos de ellos pachecones. Cuando vimos que EL GRAN DÍA se acercaba, mi mejor amiga de entonces, Vilchis, y yo hicimos un pacto: probaríamos la mota juntas. Porque ps qué tal que nos malviajábamos y no le agarrábamos el pedo y básicamente era mejor aprender juntas y en confianza.
Y un día la muy perra llegó y me dijo: Ayer fumé mota y estuvo poca madre.
Fue el principio del fin. Ella empezó a integrarse a la casta de los chairos, y yo a juntarme cada vez más con Mario y Edemege, y con chelas nos bastaba fíjenseeeeeen.
Y así por todo el primer año y la huelga, nosotros vírgenes en esto y vírgenes en aquello, pero igual felices fíjenseeeen.
***
Regresamos a la escuela tras nueve gloriosos meses de huelga. Una tarde fuimos a casa de Richie, gran bróder nuestro que también se codeaba con la realeza. Y ahí estaba la realeza y la realeza estaba preparando unos brownies "especiales goooooooooei". Y como la realeza chairina juega a ser incluyente, pues que nos ofrecen de su manjar-prohibido. Y que nosotros que decimos: zas.
Le hablé a mi mamá para pedirle consejo: Cuántos me como, qué voy a sentir, me voy a morir o cómo. Y ella: Sólo cómete uno, la mota comida es impredecible, y luego pues nada más disfrútalo. Y yo: Sí mamá. PERO. Pinches pastelillos estaban bien ricos, y yo imprudente y sin saber ni temer ps me comí dos. Y Edemege y Mario también.
Y bueno pssss no pasa nada mmmm nada ya nos vamos a Popotla sale bai.
Ya había pasado una hora de la ingestión de esas madres, y aún nada. Paseamos por Coyoacán, preguntándonos a cada ratito el uno al otro si había ya algún síntoma. Pero no, chale. Luego Insurgentes, ruta panorámica, caminar un poco. Nada. México-Tacuba, caminar más, ¿ya? No, nada. Dos horas: ya era evidente que no nos había puesto. Pues sigamos pa' aquí pa' allá, total. Tres horas: Esos chairos nos timaron, o nosotros somos de hierro y nada nos pega. Bueeeno, en vista del éxito obtenido qué hacemos hoy, vamos al cine o qué tal si v...
¡POING!
De golpe nos puso, casi al mismo tiempo a los tres, así de TÓMELA BARBÓN. Y bien fuerte, ps sí, si nos habíamos jampado más de la recomendación. Peeero estaba de poca madre, así de jijijojojo que se nos trepa el risueño jua jua jua, qué divertido es todo, hay que conseguir un guatota y fumar y me quiero subir otra veeeeez, JUAAAAR.
Nos instalamos en casa de Mario, porque su mamá estaba fueras dando clases, y el jardín los sillones la azotea la música el espacio el mundo el refri eran solo para nosotros. Comimos galletas Oreo y escuchamos a Metallica y vimos al techo y aquello era fabuloso.
PERO.
La mamá de Mario ya iba a regresar, y nosotros seguíamos incompetentes y con los ojos rojos. No podía vernos así, había que huir, ¡PRONTO! Pero en ese estado no podíamos andar por las calles de Popotla, porque qué tal que nos asaltaban o nos daban un balonazo o se nos aparecía CARLOS TREJO en Cañitas. ¡Ay no! Y empezó el malviaje.
Para colmo yo estaba llame y llame a mi casa para hablar con mi mamá y que ayudara a desmalviajarme, pero no estaba y no estaba, se había ido al super, y en esos tiempos no había celulares. Qué hacemos, qué hora es, güey, ya va a llegar, falta media hora, sí pero qué tal que llega, qué hacemos, se nos nota mucho, no mames, nos vamos a morir, nos escondemos en la azotea o qué, no cómo crees porque qué tal que nos caemos.
Al fin mi mamá contestó el teléfono, y nos dijo que nos fuéramos para el depa de la Santa María en el que vivíamos. Agarramos un taxi y en el camino yo no reconocía las calles y creí que el chofer nos estaba secuestrando y que nos iba a descuartizar toditos y que luego iba a regar nuestros cachos por el norponiente de la ciudad. Y entonces supe lo que era la paranoia pacheca, cosa muy fea.
Llegamos y mi abuelo, que estaba bien loco, había hablado al Seguro, y ahí le habían dicho que teníamos que provocarnos el vómito. Y él nos decía: Vomiten. Y mi mamá nos decía: Ay no cómo creen, échense y disfruten el viaje. Y eso hicimos. Nos sentamos y disfrutamos de lo mullido de los sofás y del atardecer y de la tele y del pancito y de la tranquilidad. Edemege empezó a decir: No mames a mí ni me puso no mames estaba bien chafa pero no mames cierro los ojos y veo una máquina llena de engranes que brilla y se mueve y echa lucecitas y nosotros somos parte de esa máquina y no mames vale madres está poca madre pero no me puso la mota pinche chairos hijos de puta son unos blandengues puteques garrapatas pero güey no mames el piso se mueve no mames no lo sienten jajaajajajaajjajajajajaja no mames no me puso.
En eso estábamos cuando nos habló el Carlitos, nuestro amigo metalero de Ciudad Victoria Tamaulipas, y nosotros no hallábamos cómo explicarle que no podíamos tener una plática normal porque estábamos pachecos y él no entendía qué era eso porque él nomás pisteaba y brbrbr los silencios incómodos. Ahí aprendimos la importancia de pachequear sin estar al alcance de personas cuya presencia exija pensar convencionalmente.
Y ya, se nos bajó, y Mario y Edemege se regresaron a sus casas. Yo no hice mi tarea y me fui a la cama antes de las 9 PM. Dormí más rico que nunca.
Al día siguiente seguíamos azorados por los efectos del día anterior, y juramos que lo haríamos muy seguido. Pero cómo ven que no: pasaron muchos meses antes de que alguien nos volviera a convidar mota. De hecho, según recuerdo, Edemege se fue a Gales sin haber pachequeado de nuevo. Y qué bueno, porque qué tal que nos quedábamos en la forever y Edemex perdía el vuelo y nosotros terminábamos en la universidad "Univer" (jojojoj).
***
Tiempo después me hice fanática de cocinar con mota. También le quité la virginidad pacheca a un par de amigos, y noté un fenómeno muy interesante: Si la comes y es la PRIMERA vez que consumes mariguana en tu vida, tarda MUCHO MÁS TIEMPO en ponerte. Como nosotros aquella vez. Tonklis tiene el record: tardó en pegarle CUATRO HORAS Y MEDIA (jujuju, ¿te acuerdas?). La siguientes te ponen rápido, como después de 45 minutos.
¿Alguien sabe por qué ocurre eso?
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