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Mas Alla Del Cargo Y El Abono


Enviado por   •  18 de Julio de 2012  •  5.025 Palabras (21 Páginas)  •  2.445 Visitas

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Hoy en día resulta muy difícil triunfar en el ámbito profesional, las personas que han finalizado un logro académico es evidente que han conseguido una victoria, mas no el éxito. El éxito va mas allá de conseguir un título, bienes, un trabajo, en cualquier profesión es una balanza entre el desarrollo profesional y el humano.

Los abogados tenemos como en cualquier otra profesión necesidades materiales y psicológicas; ¿pero a que se traducen estas necesidades? Involucran relaciones sociales, los abogados tendemos a manejar nuestro éxito por las relaciones sociales que logremos, y si bien es parte de esto, es solo una porción de nuestro éxito y nuestra felicidad. La familia, la salud física, mental y espiritual forman parte de la estructura de un abogado triunfador, aquel que logra tener una familia, hijos, conservarse en buena condición física, ser emprendedor y positivo, cuidar de sus creencias y religión en las cuales puede encontrar esperanza y consuelo, hará de él una persona íntegra y por consiguiente exitosa, que habrá alcanzado un equilibrio físico y emocional.

Tomo comienza una vez que tenemos un titulo y una cedula en mano; cuando por fin nuestra primera meta está cumplida. Para ejercer la profesión se necesita carácter, vencer miedos y salir a probar suerte; caernos y levantarnos cuantas veces sea necesario, la realidad se palpa fuera de las aulas y no se compara ni siquiera un poco con el abrigo que nos brinda la universidad. Formarse una buena reputación es imprescindible para el abogado puesto que de esto dependerá que sea contratado. Puede ofertar un servicio de calidad, pero si el pago de honorarios resulta demasiado oneroso, la demanda de trabajo se verá disminuida. Ahora bien, se trata de cobrar honorarios con mesura permitiéndonos competir en el ámbito laboral, exigiéndonos un buen servicio donde cliente y abogado ganemos paralelamente.

Mantener una empresa hoy en día resulta difícil, se debe proveer día a día las estrategias optimas para mejorarlo, innovarlo, administrarlo, etcétera. De igual forma el abogado debe preocuparse por contar con la tecnología necesaria, instalaciones adecuadas, un contador eficiente, un equipo de trabajo acorde a sus necesidades; encontrarnos preparados para las adversidades que puedan surgir, porque el abogado tiene como objetivo motivar la esperanza y abrir diversas posibilidades, meta que se alcanza con conocimiento y voluntad para aplicarlos.

Los valores son otro aspecto muy importante para la formación de un abogado, estos deben cimentarse desde la universidad y son precisamente los profesores los comisionados para perfeccionar estos valores entre sus alumnos: la honradez, la honestidad, la justicia son palabras claves para la formación de un abogado, este deberá conducirse siempre con verdad, procurando la justicia, que aunque no está en sus manos impartirla si tiene el deber de reclamarla, pues recordemos que somos los depositarios de la confianza de nuestros clientes los que ponen en nuestras manos cosas materiales tan importantes como es el patrimonio, o sus derechos fundamentales como la libertad. Pero tan importante son los valores que aprendemos en la escuela como los que nos enseñan en casa; en el núcleo familiar desde pequeños nos inculcan valores para vivir en armonía en casa, en la escuela, en el trabajo, etc. Y estos valores aprendidos en diferentes entornos sociales tienen como objetivo en la vida una convivencia donde gobierne la armonía. Quienes carecen de valores no puede existir en ellos calidad humana entendiendo la calidad humana como una mezcla curiosa: La dignidad de sentirnos nosotros mismos y la humildad de reconocer que podemos ser mejores. Consiste en cuidar las relaciones con los demás, en rehacer nuestros afectos y en tener una filosofía, una actitud y un estilo de vida que sea realmente el que nosotros sintamos en nuestro interior. Debemos de ser conscientes que el mundo material no posee ningún valor por sí mismo, depende de la aplicación que hagamos de él y la felicidad que genere al compartirlo. La calidad humana debe llevar inherente a ella lo más valioso, el cultivo de la bondad personal, el deseo de hacer bien las cosas de acuerdo a las leyes universales, mejorar cada día un poco más uno mismo y en colaboración con los demás, cumpliendo así, la evolución individual y colectiva, a fin de lograr un mundo mejor para todos los seres vivos de este maravilloso planeta llamado tierra. La calidad humana no se mide por el éxito ni por el prestigio. Si por el deseo de ser seres humanos más éticos y morales cada día, más conscientes y más capaces de ser útiles a los demás y a nosotros mismos.

Aunque como ya se menciono, la calidad humana nada tiene que ver con el éxito, si resulta gratificante la terminación feliz y exitosa de un negocio. El éxito es la culminación a propósitos previamente establecidos, es la recompensa psicológica de todo ser humano, tiene mucho que ver con la salud mental del individuo y la superación personal. Los objetivos cada vez serán más grandes, y por tanto, más gratificantes al momento de culminar lo que hará de todo ser humano una autoestima fuerte.

El éxito debe enfocarse en cuatro dimensiones laboral, social, familiar y espiritual; cuando alguna de estas se encuentra débil no se puede hablar de éxito, ya que el éxito es un todo, ni tampoco podemos enfocar el éxito a una sola cosa, como por ejemplo, puede ser que laboralmente nos encontremos en el mejor momento como profesionistas; trabajando para una empresa de gran renombre, con el puesto que habíamos soñado toda la vida, pero tal vez nuestra situación familiar este pasando por una crisis que no te permite disfrutar de las metas culminadas laboralmente, por tanto el éxito no cabe para este sujeto quien solo trabajo en el aspecto laboral dejando de lado todos los demás. Más allá de su formación académica, de su experiencia y de sus conocimientos profesionales, el éxito demanda a sus miembros valores como la capacidad de trabajo en equipo, la honestidad, la integridad, el entusiasmo y la creatividad en la dedicación a las tareas encomendadas de los cuatro campos en cuestión.

Existen diversos tipos de valores entre ellos se encuentran los valores intelectuales, materiales, espirituales pero no se trata solo de acumular información o aspirar bienes materiales por el mero hecho de acumularlos, es más bien, acumular riqueza ideológica, técnicas que nos facilite alcanzar nuestras metas más fácilmente. Los valores espirituales forman una parte esencial de los abogados hoy en día, y es que se tienen plasmados por escrito como debe ser la conducta interna y externa de un abogado, tan es así que existe un decálogo del abogado mismo que aborda diferentes aspectos importantes que resultan imprescindibles.

El decálogo del abogado es un buen manual a seguir

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