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Matricida


Enviado por   •  12 de Junio de 2015  •  635 Palabras (3 Páginas)  •  280 Visitas

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MATRICIDA

(AUTOR: EFRAÍN ALATRISTE NAVA)

MUJERES Sobre el banquillo gris del acusado,

se encuentra un hombre de mirar perdido,

y de ver su semblante entristecido,

el corazón se siente apesarado.

AGUDAS Hundida entre las manos la cabeza,

y sumido en el mar de sus sollozos,

ante la ley brutal y los curiosos,

que mofándose están de su tristeza.

HOMBRES Grave y sereno el juez, fruncido el seño,

impasible se encuentra en el estrado,

sin embargo en la faz del magistrado,

se adivina un pesar jamás domeño.

TODOS ¡El turno es del fiscal!

Con voz de trueno ante la turba hostíl de odio segada,

lanza su acusación de hiel cargada,

HOMBRES ¡Cuál lanza la serpiente su veneno!

SOLISTA 1 ¡Ahí lo tenéis señores! ¡Es la bestia!

El hombre sin entrañas. ¡El ladino!

El ser más despreciable.

¡El asesino! Que priva de la vida sin molestias.

¡Es un chacal! Malvado y truculento.

Un mente sin piedad, ¡un matricida!

Quién con sus garras arrancó la vida,

de la mujer que le brindó el sustento,

de la mujer que lo velo de niño,

de la mujer que lo forjó en su sangre,

de esa mujer como toda madre,

lo arrulló alguna vez en su corpiño.

GRAVE ¿Y cómo le pago? ¡Que cruel delito!

TODOS ¡Que injusticia sin par!¡Que cobardía!

Arrancarle la vida en forma impía.

SOLISTA 1 ¡Señores, este ser es un maldito!

¡Es un chacal! Y al condenarlo en suerte,

que se cumpla la ley en su persona

y si Dios, su pecado le perdona.

¡Qué la justicia le condena a muerte!

MUJERES Calló el fiscal, la turba enardecida,

con rugido feroz gritó al momento.

TODOS ¡Muera, muera! Pero antes al tormento.

MUJERES ¡Que muera el indeseable matricida!

AGUDAS Habla por fin el juez desde su estrado,

imponiendo silencio al ruido hecho, y dice:

SOLISTA 1 Todo ser tiene derecho, que hable sobre el asunto el acusado.

HOMBRES Anegados los ojos por el llanto,

la faz ajada, hirsuta la cabeza.

MUJERES Jamás he visto tan fatal tristeza.

Jamás he visto sufrimiento tanto.

SOLISTA 3 ¡Yo soy el asesino! ¡¡La he matado!

Y lo juro ante Dios, no me arrepiento

si por ello me aplican cruel tormento

por su dicha lo doy por bien empleado.

Más miente los que dicen que con saña a mi madre mate, ¡miente la plebe!

Yo la mate sin el dolor más leve,

la mate con amor, y asi no daña.

La mate con ternura, suavemente se extinguió

...

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