Memoria del derecho familiar azteca
Enviado por garcia.om • 11 de Febrero de 2022 • Apuntes • 516 Palabras (3 Páginas) • 99 Visitas
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Los niños desde que nacían eran objeto inmediato de la religión, que en todo caso contenía preceptos jurídicos de comportamiento social. Igualmente el Matrimonio se encontraba previsto en las normas de la sociedad prehispánica. La edad ordinaria para contraer matrimonio era en los hombres entre los 20 y los 22 años aproximadamente; y las mujeres entre los 10 y los 18. En la ceremonia matrimonial, los novios se sentaban uno enfrente del otro, donde intercambiaban vestidos y se daban de comer mutuamente, como símbolo de ayuda solidaria para el futuro; en la ceremonia intervenía el sacerdote en las ataduras de vestidos y la bendición del lecho. Los jóvenes debían casarse en edad apropiada, era un deber social, sino lo hacían se les cortaba el pelo y se expulsaba del grupo juvenil; además Como había una fuerte presión social en contra del celibato (una vida sin sexo y sin una compañero/a o cónyuge) pasada la edad, ya no podía contraer nupcias y se tenía que mantener para siempre soltero y casto.
La legislación matrimonial, establecía que la mujer debía estar de acuerdo con la unión, no podían celebrase matrimonios entre hermanos o parientes cercanos, ni entre nobleza y el pueblo. La poligamia entre la nobleza estaba permitida, pero se reconocía a una esposa principal, cuyo hijo gozaba de derechos preferentes frente a los de las demás parejas, hubo una costumbre de casarse con la viuda del hermano.
EL divorcio era posible, permitían el divorcio voluntario y el necesario con intervención de autoridades en caso de comprobarse una de las múltiples causas como incompatibilidad, servicias, incumplimiento económico, malos trataos físicos a la mujer, esterilidad de la esposa, pereza de la mujer, que la esposa fuera pendenciera, descuidada y sucia. Al divorciarse los hijos se quedaban con el padre y las hijas con la madre. La mujer divorciada o la viuda tenía que tener un plazo de espera antes de poder volver a casarse. Predominaba el sistema de separación de bienes, combinado a veces con la necesidad de pagar un precio por la novia, a veces, en cambio, con una dote que la esposa traía al nuevo hogar.
El hijo pasaba por dos consagraciones, en las que el agua jugaba tal papel que los conquistadores les comparaban con bautismos; en la segunda recibía su nombre.
A la familia como tal le asistían varios derechos, en la patria potestad que tenía el padre podía hacer que un hijo desobediente pudiese convirtiese en esclavo; o bien tenía la posibilidad de ejercer este derecho cuando era época de hambre, o cuando el padre tenía deudas. Podía terminar con el matrimonio del hijo o de la hija, para el cual, empero, el consentimiento de los padres era necesario.
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