Migración rural: el impacto productivo y social del envejecimiento de las comunidades agropecuarias
Enviado por martincc2053 • 30 de Agosto de 2023 • Apuntes • 1.314 Palabras (6 Páginas) • 44 Visitas
Migración rural: el impacto productivo y social del envejecimiento de las comunidades agropecuarias
La tendencia migratoria de los jóvenes hacia los centros urbanos no solo impacta en la producción agrícola en sí misma, sino también en la innovación y el desarrollo tecnológico necesarios del sector rural
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por su sigla en inglés), a nivel mundial existen 570 millones de explotaciones agrícolas. De estas, más de 500 millones pertenecen a agricultores familiares. Este tipo de agricultura es básica para el mantenimiento de la seguridad alimentaria, ya que más del 90 por ciento de las fincas produce el 80 por ciento de los alimentos a nivel global.
Probablemente, los desafíos más importantes de este tipo de agricultura son la seguridad alimentaria y el desarrollo sustentable de estas unidades de producción familiar. Más del 75 por ciento de la población mundial que vive en estado de inseguridad alimentaria habita en zonas rurales. En consecuencia, la migración se constituye como la principal y más disponible herramienta para la búsqueda de soluciones que las familias rurales poseen.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) consigna que, en el año 2019, había aproximadamente 169 millones de trabajadores migrantes en el mundo y que constituían el 4,9 por ciento de la fuerza de trabajo global en los países de destino. Causas como conflictos, violencia o catástrofes se pueden definir como procesos de migración forzada, mientras que la búsqueda de mejor calidad de vida, educación de mayor nivel, etc., son procesos de migración voluntaria.
Además, deberemos considerar que, durante las próximas décadas, el cambio climático generará procesos de desertificación, degradación de suelos y fenómenos climáticos extremos que dañarán los rendimientos en forma significativa y la disponibilidad de recursos naturales para poder suplir las necesidades que exige una población en constante crecimiento. Esta situación se hace especialmente crítica para la agricultura familiar, que, en los países en vías de desarrollo, es pilar para la subsistencia de familias en medios rurales y que no siempre ofrece verdaderas oportunidades de ingresos que permitan una mejora en el nivel de vida. Esta realidad, frente a fenómenos posibles producidos como consecuencia del cambio climático, transformará la agricultura familiar en menos relevante económicamente.
MIGRACIÓN: DEL CAMPO A LA CIUDAD
En el año 2007, se marcó un hito de notable importancia y con alto potencial de influencia en el futuro de la humanidad: por primera vez en la historia, la población urbana superó el 50 por ciento del total de la población mundial. Además, se estima que, en 2050, más del 66 por ciento de la población vivirá en zonas urbanas. Las regiones más urbanizadas del mundo son actualmente América del Norte, donde el 82 por ciento de la población vive en ciudades, seguida de América Latina y el Caribe, con el 80 por ciento, y Europa, con el 73 por ciento.
Unesco estima que más de 760 millones de personas migraron dentro de sus países, en su mayoría fueron migraciones de zonas rurales a zonas urbanas. El proceso de urbanización también hace referencia a un cambio en la población, que pasa de estar en asentamientos rurales en los cuales la agricultura es la principal actividad económica, a estar concentrada en asentamientos urbanos de mayor tamaño y densidad, caracterizados por el predominio de la actividad industrial y de servicios.
Entre los años 1990 y 2015, el número de migrantes internacionales se incrementó de 153 millones a 248 millones, un tercio de ellos tienen entre 15 y 34 años. Son estos jóvenes los que mayoritariamente migran del campo a la ciudad. Los jóvenes abandonan la agricultura de baja productividad y pasan principalmente a actividades informales en servicios que suelen desarrollarse en zonas urbanas. Esta migración de jóvenes a las ciudades genera procesos de discontinuidad en la renovación generacional de las fincas y conduce al “envejecimiento” de la población en las áreas rurales-agrícolas con fuertes impactos en la fuerza laboral disponible.
Cuando la agricultura familiar pierde importancia, y no existen programas para desarrollar el sector rural-agropecuario que permitan emplear a dichos jóvenes, la consecuencia inmediata es la reducción de las oportunidades para las generaciones de menor edad, que buscarán una salida laboral en otros sectores de la economía. La incapacidad de estas unidades de producción de proporcionar ingresos rentables, sumada a temas relacionados con el bajo estatus del agricultor en la sociedad, son solo parte de la problemática.
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