Mito de roma y origen de bogota

Una sociedad espectacular

Como cualquier historia de origen, con su mística odisea, Roma no es la excepción, siendo la ciudad más emblemática de Italia, convirtiéndose en su capital, también fue el resultado de un importante intercambio entre civilizaciones diferentes: la cultura griega y las culturas desarrolladas en Oriente, Mesopotamia y Egipto.

Se dice que Roma fue creada por dos gemelos engendrados por una mortal y el Dios Marte, recibiendo el nombre de Rómulo y Remo. Crecieron como cualquier niño de la época, siendo abandonados, en este caso por el tío de su mamá (Rey de Alba Longa)  en las orillas de un rio, llevados por su suerte, la cual se manifestó cuando una mujer llamada Acca Lairentia, los encuentra y los cría. Al crecer, los gemelos conocen su historia y deciden vengarse, matando a Amulio (Rey de Alba longa), y le devolvieron su reino a Numitor, el hermano que desterró.

Luego de cometer semejante aventura, estos jóvenes llenos de espíritu y con ganas de hacer algo importante, como cualquier joven de la esa época- “muy parecidos a los de ahora”- deciden hacer su propia ciudad un poco más lejos. Lo siguiente que hicieron fue discutir sobre el nombre de la ciudad, ganaría el que más pájaros viera ese día, siendo Rómulo el vencedor, se le puso el nombre de Roma. Lo siguiente que hicieron fue aparear dos bueyes, hicieron un surco y construyeron murallas jurando matar a cualquiera que osara cruzarlas, pero Remo, aun estando malhumorado por perder ante su hermano gemelo dijo que esos muros estaban muy frágiles y decide darles una patada. Rómulo, siendo muy fiel al juramento antes dicho, mata a Remo.

No es muy diferente a los mitos que existen sobre la fundación de Bogotá.  Bien sabemos que fuimos acribillados y dominados por los españoles, tomando todo lo que nos pertenecía puesto que nos “descubrieron” y  se tomaron la tarea noble de “civilizarnos”, siendo no muy distante a lo que sigue sucediendo hoy en día.  

El gran fundador principal de lo que hoy se conoce como Bogotá fue Gonzalo Jiménez de Quesada. Pero se especula que no fue uno sino tres los que dieron vida a esta ciudad. Se dice que Sebastián de Belalcazár, y Nicolás de Federman fueron los fundadores en la parte jurídica, y también quienes entablaron un pleito por la posesión de estos territorios el cual  se resolvió a favor de éstos tras su viaje a España.

Pero además de esta disputa de estos tres españoles sobre a quién le pertenecía tierras que eran totalmente ajenas a ellos, también se dice que la idea de fundar una ciudad en el altiplano no fue de Quesada sino de Belalcázar, según tesis del historiador Eduardo Posada publicada en su libro Narraciones, de 1906. “Quesada no pensó entonces en levantar una ciudad que llegase a ser populosa, sino levantar una especie de aduar (pequeñas tiendas de campaña) para pasar las horas de la conquista, y sobre todo, a fin de dejarles sus casas libres a los pobres indios allá en Bacatá, y poner en sitio aparte su vivac” (campamento militar o refugio improvisado). El historiador insistía en que la propuesta fue de Belalcázar, quien venía del Perú dejando un reguero de pueblos fundados porque, “no solo era un soldado audaz que derribaba con su brazo de atleta las nacionalidades indígenas, sino un hábil organizador que fundaba nuevos pueblos sobre los escombros de las tribus caídas”.

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