Modos de narrar

Según Piglia, a partir del texto “modo de narrar”, vemos que la narración es una práctica de la vida social, una de las más estables; debido a que siempre contamos y nos cuentan historias. Podemos decir “narrar” es un modo de intercambiar experiencias; asimismo, el “buen relato” sería el que posee implicación, tiene participación o interés tanto de quien narra como de quien recibe la narración.

Dado que, siempre existe una persona que nos convoca a narrar, como mencionamos anteriormente siempre intercambiamos relatos; y se puede decir que todos somos narradores con mayor o menor pertinencia y calidad. Pero, un “buen narrador” es aquel que tiene la experiencia, el sentimiento de ella, y también la capacidad de transmitir esa emoción a quien le cuenta.

Etimológicamente, el narrador es “el que sabe” y “el que conoce”, podemos ver hay distintos modos de narrar; Piglia nos explica dos formas: “relato como viaje” y “relato como investigación”. En el primero, el que relata conoce otro lugar y vuelve para construir una historia de todo lo visto o sucedido en ese sitio. Y en el segundo, intenta narrar lo que no está o no se comprende a partir de ciertas huellas, indicios que están presentes.

Teniendo en cuenta la Poética de Aristóteles,  la peripeteia es el paso del hogar a la aventura, es decir, el viaje. Por otro lado, la anagnórisis o la investigación, es el paso de la ignorancia al conocimiento, se observa a Ulises y a Edipo como protagonistas de esos relatos básicos, esto quiere decir, grandes modelos del Relato y de la construcción de la subjetividad.

Para finalizar, tuvimos en cuenta que, la acción de relatar es uno de las formas estables del uso del lenguaje, ya que es la condición que posibilita surgir o se constituya como tal. Por lo tanto, usamos las palabras para reproducir una realidad o relaciones de casualidad, señalar algo que está ausente, unir los acontecimientos y establecer un orden.

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