Monumento
Enviado por • 22 de Septiembre de 2014 • 1.639 Palabras (7 Páginas) • 256 Visitas
Monumento
“Por monumento, en el sentido más antiguo y primigenio, se entiende una obra realizada por la mano humana y creada con el fin específico de mantener hazañas o destinos individuales (o un conjunto de éstos) siempre vivos y presentes en la conciencia de las generaciones venideras. Puede tratarse de un monumento artístico o escrito, en la medida en que el acontecimiento que se pretende inmortalizar se ponga en conocimiento del que lo contempla solo con los medios expresivos de las artes plásticas o recurriendo a la ayuda de una inscripción. (…) La creación y conservación de estos monumentos ‘intencionados’, que se remonta a los primeros tiempos documentados de la cultura humana, no ha concluido hoy ni mucho menos, pero cuando hablamos del moderno culto y conservación de monumentos prácticamente no pensamos en estos monumentos ‘intencionados’, sino en los ‘monumentos históricos y artísticos’, (…). Según la definición más usual, obra de arte es toda obra humana apreciable por el tacto, la vista o el oído que muestra un valor artístico, y monumento histórico es toda y cada una de estas obras que posee un valor histórico. (…).
Patrimonio histórico nacional
En los últimos años las investigaciones sobre los agentes que modelan la memoria histórica de una sociedad así como los recursos y dispositivos empleados para ello ocupan un creciente interés en el campo historiográfico. Más aún, la circulación de reflexiones al respecto trasciende los límites del ámbito científico, atrapa el interés de la opinión pública propiciando la intervención de una pluralidad de agentes y de alguna manera interpela a los historiadores y cientistas sociales que intentan explorar acerca de la selección, interpretación y los usos que se hacen del pasado.
Por otro lado, el estudio de las colecciones de los museos orientados a diferentes disciplinas ligados a la circulación de objetos, a las prácticas de los coleccionistas y a la sociabilidad erudita es un campo de investigación ya consolidado a nivel internacional que ha impactado en América Latina y también en la Argentina. Pero aun teniendo en cuenta la proliferación de enfoques y perspectivas diversas conviene destacar la escasez de investigaciones sobre la instalación de museos argentinos asociados a la historia, la conformación de sus colecciones y su relación con el campo historiográfico.
Desde el siglo XVIII los diccionarios de la Real Academia Española han definido al patrimonio como los bienes propios heredado y los bienes pertenecientes a la corona o dignidad real. Y que recién en 1985 aparece asociado también a los bienes de una persona jurídica y al Estado. En lo que respecta al adjetivo “histórico” - definido desde el siglo XVIII como “perteneciente a la historia” y asociado al oficio de historiador-, en 1925 se le agrega la noción de “comprobado o cierto por contraposición a lo fabuloso o legendario” y se califica como tales a los hechos “dignos de figurar en la historia”. Recién en 1989 se alude a “la persona que ha tenido existencia real o al hecho que verdaderamente ha sucedido”. considerando las transformaciones y redefiniciones de las palabras en el uso castellano y la escasa intervención de la historiografía argentina en la definición y conceptualización del término “patrimonio histórico”, el proceso de construcción del mismo vinculado a la nación es entendido aquí como el proceso mediante el cual se afianzó el interés y el poder del Estado por imponer su política y su ley para preservar lo que considera testimonios irrecusables del pasado y por lo tanto representativos de la identidad nacional.
En la Argentina, podemos situar sus inicios hacia fines del siglo XIX con las primeras iniciativas para constituir exposiciones específicas de objetos y documentos a los que se les asignó valor histórico. Recordemos que antes de ello, éstos formaban parte de las colecciones del Museo Público de Buenos Aires fundado en 1823. También albergaban “colecciones históricas” el Museo de Corrientes (1852), el Museo Nacional de Paraná (1854) instituido luego de la batalla de Caseros en la ciudad capital de la Confederación Argentina al frente del presidente Justo José de Urquiza y el Instituto Bonaerense de Numismática y Antigüedades (1874) instalado en Buenos Aires. Recién en 1889 se organizó el Museo Histórico de la Capital, que en 1890 pasó a depender de la administración nacional como el primer instituto establecido de manera permanente dedicado exclusivamente a constituir colecciones de objetos y “reliquias” vinculadas a la historia nacional. Y en 1893, acompañando el proceso de especialización disciplinar, se constituyó la Junta de Historia y Numismática Americana (JHNA) integrada por coleccionistas, numismáticos, historiadores, hombres de letras y eruditos vinculados a la recopilación documental y la investigación histórica. En las primeras décadas del siglo XX proliferaron múltiples iniciativas – algunas más firmes y duraderas que otras- tendientes a instalar espacios de exhibición públicos para las colecciones de objetos consideradas de valor “histórico”. Sin embargo recién en 1938 el Poder Ejecutivo Nacional decretó la creación de la Comisión Nacional de Museos y Lugares Históricos y definió a los sitios y reliquias como el “patrimonio moral de la Nación que el gobierno tiene el inalienable deber de custodiar” para lo cual requería la preparación de una legislación adecuada.
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