Movilidad ideal

MOVILIDAD IDEAL

¿Cómo sería la movilidad ideal para la ciudad? ¿Es realmente esa la cuestión? se preguntaría acertadamente, un Hamlet contemporáneo interesado en las problemáticas sociales de su población.

La cuestión anterior surge gracias al adjetivo presente en la pregunta inicial, siendo esta, la razón de ser del presente ensayo. Estamos hablando por supuesto, de la palabra ideal, definida por la real academia española como aquello que no existe sino en el pensamiento, algo que se acopla perfectamente a una forma, o simplemente como algo excelente.

Y es que, si tenemos en cuenta las dos primeras definiciones de la RAE, se podría estar tentado a pensar que dicha situación -la movilidad ideal- nunca tendría lugar en nuestra realidad. Afortunadamente ese no es el caso, y las connotaciones con las que se debe entender esas palabras, son los sinónimos de algo excelente, lo mejor posible.

A pesar de ello, una situación algo paradójica, ocurre en la actualidad con algunas de las problemáticas que aquejan nuestra sociedad; y es el conocer la solución de un determinado contratiempo, pero no traducir en acciones las medidas necesarias para resolverlo. Es aquí donde cobra relevancia la primera definición de ideal, pues, la ya mencionada carencia de acción implica la no materialización de las ideas y, por lo tanto, su existencia se limita única y exclusivamente al mundo de los pensamientos.

Un ejemplo muy claro que refleja lo anterior, es la forma en la que los humanos se hacen cargo de los desechos que producen, si se sigue la línea de pensamiento que busca lo ideal, todas las personas estarían en la obligación de realizar en sus respectivos domicilios, la separación de la basura en materiales reciclables, no reciclables y orgánicos. Aunque existen países en donde esto se cumple, todavía hay una gran mayoría que no tienen en cuenta estos parámetros, por diversos motivos o circunstancias… ignorando el hecho de que está a su alcance la oportunidad de deshacerse de una dificultad que podría tener repercusiones futuras.

Dicho todo esto, es preciso mencionar que la movilidad no es la excepción, actualmente en muchos de los grandes centros urbanos de diferentes países del mundo -las ciudades- tienen problemas para llegar a desarrollar en su punto más álgido, más optimo o eficiente, los aspectos que resuelven los desplazamientos de sus habitantes, aquello que conocemos como sistemas de transporte. Todo esto, aun sabiendo o teniendo directrices y aproximaciones muy claras y concisas sobre como deberían concebirse las ciudades, con sus espacios y conexiones.

Solo por poner algunos ejemplos de pautas que sugieren los especialistas en el tema de movilidad en ciudades emergentes o en crecimiento, encontramos la posible ampliación, geometrización uniforme y control riguroso de las municipalidades, para lo que Benjamín Caldas, considera el principal medio de movilización en la ciudad, los andenes.

La búsqueda de distancias cada vez más cortas entre los trayectos a recorrer por una persona, ya sea, de la casa al trabajo o a los establecimientos de servicios; es también otra medida recomendada por los expertos. Y es algo en lo que coinciden Jaime Lerner y Saskia Sassen, aunque ambos lo justifican de forma diferente, para Lerner esto es una oportunidad de desincentivar el uso del automóvil particular y hacer más sostenibles las ciudades, mientras que para Sassen, la concentración y formación de nodos de actividad en las ciudades es la respuesta a la búsqueda de esos desplazamientos más cortos.

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