Mujeres Luchadoras

Mujeres luchadoras

Alice Paul

(1885-1977)

Fue una sufragista estadounidense que cofundó el Partido Nacional de Las Mujeres para exigir el derecho al voto. A partir de 1916 ella y el grupo de las “suffragettes” (grupo que luchaba por los derechos civiles femeninos) se manifestaron frente a la Casa Blanca, exigiendo la aprobación de la Decimonovena Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, la cual prohíbe negar el derecho al voto por razones de sexo. Tras ser violentadas y encarceladas en respuesta a su petición, Alice Paul y sus compañeras protestaron con huelgas de hambre; y se le volvió a someter a tortura. Tras cuatro años de lucha, en 1920, sus objetivos se lograron y se aprobó la decimonovena enmienda.

Sor Juana Inés De La Cruz

Fue una escritora mexicana. Escribió desde poesía hasta teatro. Tuvo una vida complicada, sin

embargo consiguió lo que absolutamente siempre quiso, estudiar; por eso mismo se volvió

religiosa, debido a que en ese entonces eran los que tenían el privilegio de estudiar y leer libros.

La carta Respuesta a sor Filotea de la Cruz, seudónimo de Manuel Fernández de la Cruz, obispo

de Puebla. En 1690, éste había hecho publicar la Carta atenagórica, en la que sor Juana hacía

una dura crítica al «sermón del Mandato» del jesuita portugués Antonio Vieira sobre las «finezas

de Cristo», acompañada de una «Carta de sor Filotea de la Cruz», en la que, aun reconociendo

el talento de la autora, le recomendaba que se dedicara a la vida monástica, más acorde con su

condición de monja y mujer, que a la reflexión teológica, ejercicio reservado a los hombres.

A pesar de la contundencia de su respuesta, en la que daba cuenta de su vida y reivindicaba

el derecho de las mujeres al aprendizaje, pues el conocimiento «no sólo les es lícito, sino muy provechoso», la crítica del obispo la afectó profundamente, tanto, que poco después sor Juana Inés de la Cruz vendió su biblioteca y todo cuanto poseía, destinó lo obtenido a beneficencia y se consagró por completo a la vida religiosa.

Teresa Arteaga.

Durante la Revolución Mexicana participaron diversos sectores y clases sociales, las mujeres no fueron la excepción, en medio del descontento social, las mujeres desempeñaron diversos y relevantes papeles en los procesos políticos, económicos y sociales. La mujer se incorpora a la Revolución como compañera de los soldados, las mujeres se vieron enroladas en los ejércitos, desempeñando además de las tareas tradicionales, las que surgieron como parte de la guerra. Las soldaderas, en su gran mayoría mujeres campesinas, se encargaban del trabajo doméstico en condiciones adversas, lavaban la ropa, cuidaban a los hijos y alimentaban a los ejércitos; pero además atendían

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