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Mujeres Y Cambio Climatico


Enviado por   •  26 de Enero de 2013  •  2.686 Palabras (11 Páginas)  •  464 Visitas

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CAMBIO CLIMATICO Y GENERO

Martha Pérez Said

Union de Mujeres Queretanas Nuevos Horizontes, A.C.

Tal parece que no hay región o grupo poblacional exento a los efectos del cambio climático en el mundo, es un efecto que transcurre global y localmente. Sin embargo, la diferencia reside en la capacidad para encarar los efectos, adaptarse a los cambios y en las condiciones que originan una mayor vulnerabilidad de las personas –pobreza, marginación, desigualdad- que determinan situaciones de riesgos diferenciadas. Esto no es un asunto trivial si se considera que la mitad de la población en México vive en condiciones de pobreza, además de ser uno de los países con mayores desigualdades en América Latina.

Los conocimientos alrededor de lo que se nombra cambio climático indican que estos fenómenos golpearán con mayor fuerza a las regiones ya las personas más pobres, quienes cuentan con menos recursos para hacer frente a los impactos de las frecuentes sequías, inundaciones y tempestades, el setenta por ciento de estos pobres son mujeres.

Es necesario que hombres y mujeres entendamos el proceso de cambio climático y compartamos información sobre cómo contrarrestar sus impactos negativos, que las mujeres tengamos un acceso equitativo al conocimiento, recursos y tecnología que son necesarios para influir en el cambio climático.

Frente a esta realidad las mujeres pobres pasarán apuros con los impactos del cambio climático y serán poderosos agentes de cambio. El empoderamiento de las mujeres en la planificación y la toma de decisiones, así como su participación en las medidas de implementación que influyen en el cambio climático, harán que los esfuerzos comunes resulten más efectivos, especialmente a nivel local, igualdad de género, equidad.

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Tanto hombres como mujeres, son libres para desarrollar sus capacidades personales y elegir sin verse limitados por estereotipos, roles rígidos de género o prejuicios. La igualdad de género supone que los diferentes comportamientos, aspiraciones y necesidades de las mujeres y los hombres se consideren, valoren y promuevan de igual manera. Ello no significa que mujeres y hombres deban convertirse en iguales, sino que sus derechos, responsabilidades y oportunidades no dependan de si han nacido hombres o mujeres. En este mismo sentido equidad de género significa un trato justo para mujeres y hombres, de acuerdo con sus respectivas necesidades. Esto puede incluir un trato igualitario o trato diferenciado que se ve como equivalente en términos de derechos, beneficios, obligaciones y oportunidades. En el contexto del desarrollo, un objetivo de equidad de género a menudo requiere incorporar medidas para compensar por las desventajas históricas y sociales de las mujeres. De ahí que, tanto la equidad como la igualdad de género deben procurarse en forma complementaria, donde el objetivo final sea la igualdad de género. En otras palabras, con el fin de lograr la igualdad de género, a menudo es necesario procurar establecer medidas de equidad de género. El logro de la igualdad de género no es una meta que se logra una vez. El progreso en esta área puede erosionarse con mucha facilidad, por lo que la equidad de género debe promoverse constantemente y sustentarse de manera activa. Existe gran resistencia a estos cambios que se agudiza en gran proporción por el temor de que las ganancias de las mujeres puedan significar pérdidas para los hombres, ya sea en cuanto a poder, prestigio o beneficios. Para lograr progresar frente a estas realidades, es importante reconocer estos temores y enmarcar el debate en términos de eficiencia y avance, dando margen para que los hombres entiendan que lograr la igualdad de género beneficiará no solo a las mujeres, sino también a los hombres. Para lograr la igualdad de género es necesario corregir las desigualdades relacionadas con el acceso a los recursos, y promover la equidad con el fin de rectificar las desventajas históricas y sociales que han vivido las mujeres

La condición especial de la mujer consiste en factores y mecanismos sociales, económicos y culturales que mantienen a la mujer en una situación de desventaja y subordinación con respecto al hombre. Esa subordinación se expresa de varias maneras dependiendo del contexto histórico y cultural. Utilizar la condición de la mujer como un instrumento conceptual y operativo para el análisis, conlleva la consideración de su condición material, o de hasta qué nivel se satisfacen sus “necesidades prácticas”, tales como, acceso al agua, electricidad, vivienda, asistencia médica, empleo y servicios que generan ingresos. Este concepto conecta el bienestar material de la mujer con circunstancias específicas que rodean su entorno social y los roles y responsabilidades que la sociedad otorga a la mujer.

Las consecuencias ambientales tienen consecuencias diferentes entre hombres y mujeres por lo que puede resumirse: a) el cambio climático afecta de manera diferente a mujeres y hombres, b) las diferencias se deben a razones de género, c) las diferencias de género se expresan en desigualdades entre mujeres y hombres que dan lugar a una situación de desventaja de las mujeres en: el limitado acceso a la tierra, al crédito, a la educación, al conocimiento y a la información, a los círculos de decisión y de toma de decisiones y, en última instancia, al poder; d) la vulnerabilidad está determinada por factores socioeconómicos, políticos y culturales.

Las mujeres no son vulnerables porque sean “más débiles por naturaleza”, sino porque las condiciones de vulnerabilidad que enfrentan hombres y mujeres son diferentes debido a su género. Las mujeres, al igual que los hombres, tienen vulnerabilidades y capacidades particulares generadas por la sociedad que se han ido desarrollando por medio del proceso de socialización. Sin embargo las mujeres son capaces de llegar a estar empoderadas. Las mujeres son agentes activos con capacidades diferentes para responder a los desafíos que plantea el cambio climático.

Las consecuencias del deterioro ambiental y, ahora en su fase crítica, del cambio climático, tienen ya una larga historia como fenómeno que, con diversos grados de intensidad y frecuencia, afecta la vida cotidiana, si no se toman en cuenta las diferencias entre mujeres y hombres y las desigualdades de género que caracterizan a nuestra sociedad, las políticas para enfrentar el cambio climático mostrarán vacíos y deficiencias que tenderán a profundizar las desventajas de las mujeres.

Cuando se habla de vulnerabilidades que las mujeres y los hombres pueden desempeñar como agentes de cambio, el punto de partida es un análisis de la relación diferenciada

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