Métodos Para Adultos

Ante el debate entre la motivación intrínseca o extrínseca, la conclusión

es que sólo los premios serán efectivos si logran estar relacionados más

significativamente con las experiencias de la persona en proceso de

aprendizaje. Pero sin olvidarse que es la motivación intrínseca la que

garantiza una relación directa y permanente con la tarea.

Los valores

Los motivos se ven reforzados por los valores: “Sólo podemos afirmar

que en el sujeto hay una previa capacidad que puede ser activada por

un valor. Si el valor no aparece, el motivo permanece dormido. Nuestra

preferencia concede a un objeto la capacidad de determinarnos. Sin

motivo no hay meta, pero sólo la meta activa el motivo” dice el filósofo

José Antonio Marina (1997).

La teoría de la expectativa del valor desarrollada en los años 60 a 80 del

siglo XX, refuerza la triada de la motivación hacia el aprendizaje. “El

aprendizaje ha sido una variable intermedia en muchas teorías, pero en

las modernas lo que importa no es tanto su capacidad para establecer

rutinas eficientes, cuanto las ideas y sentimientos que destilan acerca de

la accesibilidad del valor y de la propia aptitud para alcanzarla. El sujeto

se empeña en cosas que cree poder alcanzar basándose en el recuerdo

de antiguos triunfos” (Marina, 1997).

El filósofo José Antonio Marina mantiene que desde la Psicología, la

motivación se ha desligado de la decisión como dos procesos distintos

por lo que la acción humana queda sin explicar del todo. Se insiste en

las causas de la conducta excluyendo las razones de la acción. “El gran

debate teórico está en averiguar si la motivación facilita la acción o

dispara la acción. Tradicionalmente se decía que los motivos inclinaban

sin obligar. ¿Y ahora?” (Marina, 1997).

La voluntad

La voluntad sería pues el tercer factor determinante. La voluntad no es

una cualidad innata, sino que la componen cuatro habilidades

aprendidas: inhibir el impulso, deliberar, decidir y mantener el esfuerzo.

La voluntad ha estado desprestigiada en pos de la motivación pura y

dura. Pero la voluntad es finalmente, “la motivación inteligentemente

dirigida” (Marina, 2004) que proporciona al individuo la capacidad de

elegir entre las múltiples posibilidades que los motivos y sus valores le

proporcionan.

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