Narcoterorismo: Entre control e hipocresía

Narcoterrismo: Entre control e hipocresía

En el presente ensayo se realizará un análisis de la obra “Rehenes: ¿Por qué ejecutaron a los periodistas de El Comercio?” de los autores Arturo Torres y María Belén Arroyo del año 2019 haciendo énfasis en el narco-terrorismo y en como el gobierno ecuatoriano y colombiano han actuado frente a esta problemática. Se abordarán temas como su origen y el porqué de los ataques al Ecuador, la violencia que se produce en su entorno, la economía por el narcotráfico en el país vecino y en como los gobernantes tiende a cubrir y ser cómplices en el narcotráfico velando por sus intereses lo cual dificulta y hace que el problema siga avanzando a gran escala.

En primer lugar ¿Qué es el narcoterrorismo? También conocida como la guerra del nuevo siglo en américa latina, surge de la alianza entre la industria del narcotráfico y los grupos armados revolucionarios donde estos conseguían protección ante el gobierno y las organizaciones de narcotráfico los recursos, en la obra nos enfocaremos en Siniestrra el frente conformado por una fracción disidente de la güerilla colombiana de las FARC liderado por Alias “Guacho” y el Cartel de Sinaloa y sus múltiples ataques terroristas al estado ecuatoriano por sus cooperación antiterrorista con Colombia. El acto que encendió todas las alarmas en el Ecuador fue la detonación de un coche bomba en el cuartel de San Lorenzo producida la noche del 27 de enero del 2018 y posteriormente el secuestro de los tres periodistas ecuatorianos en marzo del mismo año esto como un acto de venganza por parte de la organización por el incauto de varios kilogramos de cocaína y el apresamiento de tres hombres de confianza de Alias “Guacho” consideraremos por ejemplo, que “El secuestro de los tres periodistas, en Mataje, pudo ser, entre otros desencadenantes, un acto de retaliación”, (Torres & Arroyo, 2019, p. 23) Pese a los duros golpes recibidos el gobierno se mantuvo fuerte y en respuesta intensifico la política de intercambio y cooperación con Colombia firmando en acuerdo de Pereira, un acto de hipocresía teniendo en cuenta lo que había hecho el gobierno tiempo atrás tema que lo abordaremos más adelante.

El gobierno ecuatoriano actual empezó muy fuerte en su lucha contra el narcoterrorismo, pero ¿Por qué esta problemática había llegado a este punto sin problemas? Pues se estima que los grupos narcoterroristas auspiciaron la campaña política de entonces candidato presidencial Rafael Correa Delgado, uno de los eslabones entre el grupo guerrillero y los carteles mexicanos Jefferson Ostaiza aseguro haber entregado 1,6 millones de dólares a Correa lo cual se comprobó con grabaciones donde era visitado por los asesores políticos de entonces candidato a la presidencia y el que Alianza País no pudiera justificar el origen de más de medio millón de dólares en su campaña del 2006, Rafael Correa tras empezar a liderar las encuestas presidenciales en ese entonces ofrece el retirar de su territorio la Base de Manta consideraremos lo que propone Arús (2008): “Los gobernantes, por su parte, se empeñan en hacer del terrorismo un motivo de dinámica política, conversando con los terroristas para demostrar que son demócratas y disimulando sus delitos (como si la persecución de estos fuera una decisión discrecional del Gobierno)”, (p. 10). Otras de las artimañas de Correa mientras cumplía como primer mandatario fue limitar la cooperación de las Fuerzas Armadas con el gobierno colombiano y des-intensificar los controles en las fronteras estableciendo fuertes relaciones con los grupos narcoterroristas.

Colombia es considerado como el principal productor de cocaína y estupefacientes a nivel mundial tomaremos en cuenta lo que dice García (2000): “Para la comunidad internacional la influencia del narcotráfico sobre la economía colombiana es motivo de permanente discusión y confusión. Muchas personas, fuera de Colombia consideran que el país está completamente sumergido en la economía de las drogas.”, (p. 13) en esta actividad en la que están involucrados carteles, bandas criminales conformadas por ex paramilitares y disidencias de la desmovilizada guerrilla de las FARC como el Frente Oliver Sinisterra, la producción y venta de estupefacientes mueve más 10 billones de pesos colombianos en la economía del país se afirma que de cada 100 kilogramos de cocaína producidas en el país, las fuerzas militares colombianas y fronterizas en conjunto con la Policía Nacional solo se logran confiscar 42 kilogramos correspondientes a menos del 50% de la producción, sus mayores compradores son los Carteles provenientes de otros países y los grupos guerrilleros mismos que distribuyen la droga para poder tener efectivo, armamento y municiones estos temas están arraigados directamente con la violencia que genera su entorno Noguera (1995) no señala que:

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