Novias en Venta y Otras Historias de la Vida Real

Novias en Venta y Otras Historias de la Vida Real

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‘Novias en venta’ es una canción que Sonita Alizadeh, rapera Afgana, compuso en contra de la tradición de su país nacida en su religión, el Islam. Contra toda corriente, Sonita pudo hacer realidad su sueño de ser rapera, pues el Islam les prohíbe a las mujeres ser cantantes. En la canción Sonita clama que si ella hubiese sabido que su padre a cambio de darle de comer, la vendería, ella hubiese preferido pasar hambre a pagar el costo de su alimentación de esa manera.  Los padres de Sonita querían venderla y casarla a un hombre completamente desconocido para ella, para que así, con ese dinero, su hermano pudiera comprar una esposa. En Afganistán las mujeres no pueden decidir si aceptan o no casarse, en Irán sí. Sonita estaba en Irán cuando le pidió ayuda a su maestra para que convenciera a su madre de dejarla libre. Esta fue más o menos su conversación:

        -Maestra: Señora, recuerde cuando a usted la obligaron a casarse, usted no era feliz.

        -Madre: No importa, aquí la felicidad no importa, si ella es feliz o no, eso no me interesa, esta es la tradición y la tiene que cumplir.

¿Hasta qué grado es aceptable seguir las tradiciones de un país cuando atentan contra la dignidad de las personas y te privan de libertades? No solamente es Sonita, son cientos de niñas que incluso tienen que vestirse como hombres para poder gozar de las mimas libertades que un niño, como es el caso de las ‘Bacha Posh’ en Afganistán. Cuando un padre no tiene un hijo, es una vergüenza, además que las niñas no pueden ayudar a su padre en los mandados. Es por esto que eligen a una de ellas y la hacen pasarse como niño, con la condición de que llegada la pubertad, tienen que regresar a ser señoritas. Esto es un choque tremendo para ellas, pues después de haber gozado de tanta libertad, regresan de nuevo a ser las mujeres recatadas, reservadas y sumisas que la sociedad quiere.

‘El movimiento talibán es un grupo de musulmanes seguidores de un idealismo ultraconservador del Islam. Una de sus tantas intenciones era crear ambientes seguros donde la castidad y dignidad de las mujeres fueran sacrosantas. Según el talibán, la cara de una mujer es una fuente de corrupción para hombres que no estén relacionados con ella. No tienen permitido tener un trabajo ni recibir educación  ‘ (Wikipedia, n.d.) Este régimen gobernó desde 1996 y fue derrocado en el 2001, sin embargo, es un movimiento que ha ido resurgiendo, entre 2003 y 2009, los talibanes cerraron todas las escuelas privadas y se prohibió la educación a las niñas.

‘Orzala Ashraf, una reconocida activista afgana por los derechos humanos, justifica  que la violencia contra las féminas en el país continúa siendo endémica, a pesar de los avances legales que en teoría se han dado. En 2009 el Gobierno aprobó una Ley para la Eliminación de la Violencia contras las Mujeres que, por ejemplo, castiga el maltrato, la venta o el matrimonio forzoso. La nueva Constitución, aprobada tras la caída del dominio talibán, también establece igualdad de derechos para ambos sexos.  Afganistán ha firmado y ratificado como país la Convención internacional para la eliminación de todas formas de discriminación contras las mujeres (CEDAW). Sin embargo, en la práctica todo se queda en papel mojado.’ (Elmundo, 2014)

Así entonces, a pesar de la lucha contra estos regímenes que reprimen totalmente a la mujer, esta debe seguir actuando según la serie de códigos del Talibán que permean lo válido, lo correcto y lo verdadero teniendo en cuenta que lo válido está respecto a un discurso importante, que en este caso es la interpretación del Islam, cuya ley rige lo correcto y lo verdadero. Es claro que en esta situación que se vive  no solamente en Afganistán, estamos dentro de un dilema ético ya que hay un conflicto entre lo válido, lo correcto y lo verdadero, tres aspectos que son impuestos por los hombres, sobre todo del régimen Talibán.

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