ORÍGENES Y EVOLUCIÓN DEL ESTADO LIBERAL. IDEOLOGÍAS Y MOVIMIENTOS POLÍTICOS

TEMA 3. ORÍGENES Y EVOLUCIÓN DEL ESTADO LIBERAL. IDEOLOGÍAS Y MOVIMIENTOS POLÍTICOS

1. INTRODUCCIÓN

Una de las consecuencias directas que trajeron consigo los diferentes conflictos bélicos desarrollados en Europa durante los siglos XVI y XVII, provocados por el movimiento de la Reforma protestante, se corresponde con el surgimiento de una serie de cambios económicos y sociales que llevaron a la desaparición del viejo orden feudal y del Estado absolutista y al inicio de los regímenes capitalistas de producción, dando paso a una corriente intelectual que proclamó la idea de la libertad del hombre en todas las manifestaciones de la vida tanto de tipo económico, político, social y cultural.

Por lo que a esta exposición interesa un análisis del origen y evolución del Estado liberal conducirá al estudio de las ideologías y movimientos políticos más destacados de esta corriente.

2. ORÍGENES Y EVOLUCIÓN DEL ESTADO LIBERAL

2.1. Orígenes del Estado liberal

Siguiendo a JOSÉ LUIS GARCÍA RUIZ, la configuración de los llamados Estados-Nación, que se organizaron en su primera fase bajo la fórmula del Estado Absoluto, dieron paso posteriormente al llamado Estado Liberal y, más tarde, al Estado Democrático.

Por lo que atañe al Estado liberal, el siglo XVIII o “siglo de las luces” alumbró una filosofía liberal, cuyo máximo exponente es JOHN LOCKE, que logró materializar un cambio profundo en el concepto de Estado al cuestionar la legitimidad tradicional. La piedra angular de esta filosofía radicó en la sustitución de la teoría del origen divino del poder por la del origen popular del mismo, lo que supone la aparición en la historia de la teoría del poder constituyente. Correlativamente, el liberalismo dio origen a dos técnicas concretas de organización del poder como son la separación de poderes y las declaraciones de derechos.

Aparece así el llamado Estado Liberal, que tiene un doble significado:

a) Político, al entender que el ejercicio del poder se halla limitado por el constitucionalismo.

b) Económico, al entender que el ejercicio del poder no debe interferir en la vida económica, pues ello es lo mejor para conseguir el bienestar de la población.

Las vicisitudes históricas peculiares de los distintos países han influido notablemente, como no podía ser de otra manera, en el devenir concreto de sus modelos de Estado. Sin embargo, independientemente de los fenómenos de asincronía que derivan de esta situación y que hacen que las fases evolutivas del Estado Liberal no hayan estado sincronizadas en el tiempo, es cierto que puede percibirse claramente la existencia de una serie de rasgos comunes y determinantes, comenzando por la aparición de una clase social emergente, la burguesía, que constituirá la base social del Estado Liberal y cuyo relevante papel motivará una “apropiación” de los privilegios de la aristocracia para transformarlos en derechos constitucionales, al mismo tiempo que impulsa la aparición de una serie de técnicas concretas de organización del poder que hacen posible que el ejercicio de este se oriente a la salvaguarda de tales derechos, como es el caso del principio de la separación de poderes.

En este sentido, la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano, surgida tras la Revolución Francesa en 1789, es paradigmática e ilustrativa a estos efectos. Concretamente, su art. 2 determina que “la meta de toda asociación política es la conservación de los derechos naturales e imprescriptibles del hombre. Estos derechos son: la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión”.

Por consiguiente, el Estado Liberal será un Estado en el que la libertad y la propiedad estén aseguradas. Los demás rasgos que se vayan perfilando serán a menudo necesarios, pero siempre instrumentales para que la libertad y la propiedad estén aseguradas.

La libertad únicamente encontrará como límites aquellos establecidos por la ley, entendida como la expresión de la voluntad popular. Y por lo que a la propiedad se refiere, el art. 17 la declarará un derecho inviolable y sagrado, solo limitado por una necesidad pública legalmente contrastada, con la condición de una indemnización previa.

Todas estas notas conducen a la configuración de un Estado-policía cuya misión no consistirá en asegurar el orden y la tranquilidad para que, en ese marco estable, se desarrolle libremente la actividad de la sociedad.

2.2. Evolución del Estado liberal

De acuerdo con ENRIQUE ÁLVAREZ CONDE, la crisis del absolutismo y la génesis del liberalismo van a presentar singularidades relevantes en cada país, resultando complicado extraer las características comunes a todos ellos. Quizá la única nota común sea la existencia de esa burguesía a la que se ha hecho referencia, como clase social en ascenso, que ya detentaba el dominio en los sectores económico, comercial y financiero, y ahora va a ocupar el aparato del Estado.

A la hora de analizar la evolución del liberalismo hay que aludir inevitablemente al proceso de consolidación del capitalismo. Así, mientras que en el siglo XVI puede señalarse un capitalismo premonopolista, con un carácter financiero y no industrial, la primera Revolución Industrial, que aparece en los Países Bajos y en Inglaterra, va a propiciar el auténtico tránsito de una sociedad estamental a una sociedad de clases.

Esta Revolución propondrá, además de una nueva distribución de la riqueza, una profunda modificación del sistema de valores: a partir de este momento cuestiones tales como la seguridad personal de la garantía de la propiedad o la libertad de empresa se convierten en cuestiones determinantes.

Este nuevo sistema de valores resultaba incompatible con los planteamientos del mercantilismo, considerado por ÁLVAREZ CONDE como el primer movimiento intervencionista estatal. Por ello van a aparecer nuevos movimientos, como el de los fisiócratas, que conducirán a la proclamación del liberalismo económico. A fin de garantizar el derecho de propiedad y la seguridad jurídica, se elaborarán determinadas concepciones por autores como Adam Smith, Malthus, Ricardo (Escuela de Manchester), que afirmarán que el individuo, persiguiendo su propio interés, sirve frecuentemente de forma más eficaz al interés de la sociedad que si realmente persiguiese servirla. La ley de la oferta y la demanda se impone en el mundo económico y político.

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