Organizacion contingente 2

La Organización Contingente    [pic 1]

La teoría de la contingencia indica que no hay una forma universal más correcta de administrar una organización, sino que dependerá de los factores externos e internos del entorno en donde se desarrolla, la cual surge a partir de una serie de investigaciones desde una perspectiva empírica, mediante estudios realizados a un grupo determinado de empresas, para verificar cuáles son los modelos de estructuras organizacionales más eficaces en determinados tipos de industrias, en donde concluyeron que no hay una única y mejor forma de administrar u organizar. Desde 1962, se inició con el desarrollo de esta teoría, en donde argumentan los grandes autores, la importancia  de que la compañía responda a situaciones contingentes que le afecten, implementando una mejor estructura, dependiente de factores tanto internos como expertos, como los son: el entorno, la tecnología y el tamaño de la organización. Con base en lo anterior, a continuación se desarrollará el concepto e importancia de la estructura organizacional y sus factores anteriormente nombrados, además como se reflejan tanto en grandes empresas como en PYMES. Finalmente se exponen las limitaciones de esta teoría dentro del campo organizacional.

Esta teoría surge desde los años 60, con aportes de Woodward, Burns y Stalker, Chandler, Lawrence y Lorsh, Thomson, entre otros, los cuales contribuyeron al desarrollo del postulado contingente, donde denominan, que no hay nada absoluto en las organizaciones o en la teoría administrativa, ya que todo es relativo y dependen de los factores del entorno donde se desenvuelva. El enfoque contingente explica que existe una relación funcional entre las condiciones del ambiente y las técnicas administrativas apropiadas para el alcance eficaz de los objetivos de la organización (Rivas, 2009).

Como se mencionaba anteriormente, la teoría de contingencia destaca la eficiencia de las decisiones y actividades administrativas emprendidas en una situación, en contra de cierta forma estandarización, comprendiendo a la organización como un sistema abierto, la cual mantiene transacciones e intercambio con su ambiente. De acuerdo con ello, la empresa para obtener el éxito esperado debe adaptarse a ciertos factores mejorando su estructura, entre los cuales se  encuentran: tecnología, entorno y el tamaño.

Dentro de la Teoría Contingente, uno de los aspectos importantes es la estructura, comprendida como la herramienta que le permite a una organización alcanzar sus objetivos, mediante la construcción de un esquema o modelo que permita la interrelación e interacción de sus elementos (Universidad Minuto de Dios, 2017). De este modo, los sociólogos Burns y Stalker en 1961, identificaron la interrelación que existe entre la organización con el entorno, clasificando a las organizaciones en mecanicistas y orgánicas, la estructura mecanicista considerada como la organización rígida, reduccionista, con sistemas de comunicación inflexible de forma vertical, de poca participación por parte de los empleados en la toma de decisiones, y por otro lado, las estructuras orgánicas las cuales son flexibles, apoyan y favorecen al trabajo en equipo, el flujo de comunicaciones es más abierta, menos jerárquica, hace énfasis en criterios de desempeño, como la eficacia, adaptabilidad, sensibilidad hacia la necesidad de cambios.

Según Covin y Slevin clasifican según su estructura a grandes y pequeñas empresas, donde considera que la estructura mecanicista se evidencia en grandes empresas dado que son altamente jerarquizadas e integradas verticalmente,  las cuales son más efectivas en el desarrollo en las ventas competitivas basadas en los costes (Camisón, Boronat, y Villar). Mientras que, la estructura orgánica se ve mayormente reflejada en las PYMES, ya que obtienen un mejor desempeño en ambientes hostiles o dinámicos, alcanzando mejores resultados, mediante su organización simple y comunicación informal.

Afirmando lo anterior, Camisón determina tres estructuras organizativas dentro de las PYMES: es un modelo independiente y adaptable estableciendo estrategias de especialización, además del alto grado de cooperación y confianza entre los integrantes de la empresa y, finalmente el modelo de distrito industrial con un alto grado de participación ofreciendo una flexibilidad productiva (Camisón, Boronat y Villar, 2010).  

Complementando el precedente, Michael Porter, dentro de las estrategias competitivas identifica el liderazgo de costes y la diferenciación, donde las grandes empresas generalmente adoptan la estrategia del liderazgo debido a sus grandes inversiones en tecnología, disminuyendo sus utilidades, en tanto que las PYMES implementan la diferenciación mediante la producción de bienes o servicios enfocados a ciertos nichos de mercado, aumentando su mercado (Camisón, Boronat, y Villar, 2010). Adicionalmente las principales ventajas estratégicas de las pequeñas empresas son la flexibilidad,  capacidad innovadora, capacidad para la generación, gestión y acumulación de conocimiento, además de la orientación estratégica emprendedora y el uso de prácticas organizativas de alto rendimiento.  

Como bien se mencionaba, la estructura organizativa es un modelo estable en el cual se relacionan sus elementos, mediante actividades y procesos estratégicos técnicos y operativos, clasificadas en tres dimensiones: centralización, formalización y complejidad (Zapata, 2015). Dentro de la centralización indica que la toma de decisiones recae o se centraliza sobre una persona o grupo en específico de individuos, a fin de optimizar el sistema de trabajo de una organización o administración de una empresa (Significados.com, 2018).

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