PERSONALISMO VENEZOLANO

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PERSONALISMO VENEZOLANO

La República Bolivariana de Venezuela es una nación independiente que se ubica en la zona Norte de Suramérica. Posee una extensión territorial de 916.445 km2. Está conformada por 23 Estados incluyendo a las Dependencias Federales y un Distrito Capital, siendo la ciudad de Caracas la región urbana más poblada del país. Es una de los lugares con la mayor diversidad de fauna y flora. Entre los paisajes naturales que se encuentran “El Salto Ángel” es la caída de agua más larga a nivel mundial; también, los denominados “Tepuyes” elevadas formaciones rocosas que tienen una superficie plana en sus puntos más alto con su propio ecosistema; lo dicho anteriormente se ubica en el Estado Bolívar, en la región de Canaima.

La nación en los últimos 22 años le ha surgido distintos sucesos que han impactado de manera significativa las políticas interiores, al igual que, sus estructuras gubernamentales. En el año 1999, Hugo Rafael Chávez Frías es juramentado como 47° presidente constitucional de Venezuela. En ese mismo año, se sanciona una nueva constitución; ella representa el final de los 40 años de democracia representativa desde el pacto “Punto Fijo”. Como consecuencia, no solo una serie de eventos han llevado al país a una importante crisis económica sino, también a descarrilado a los valores de los venezolanos hacia una cultura de autoflagelación ciudadana. ¿No deberían las personas en momentos críticos brindarse el mayor apoyo que se pueda ofrecer para superar esas dificultades? En cambio, el venezolano se aprovecha de las desgracias de los demás para conseguir sus sustentos del día a día.

La mayor parte de la población venezolana le atribuye la responsabilidad del declive económico a los funcionarios del gobierno actual, vestigios de la presidencia de Hugo Chávez. Incluyendo el alto índice de corrupción que se ha reportado hacia los dirigentes públicos. No obstante, al otro lado del escenario político, los principales personajes de la oposición jugaron un rol crucial para asentar de forma permanente en el poder a individuos como Nicolás Maduro, Diosdado Cabello, Tibisay Lucena, Jorge Rodríguez, Delcy Rodríguez, Vladimir Padrino López, Tareck El Aissami, entre otros. Como se ha venido tratado lo dicho con anterioridad, el siguiente aspecto trata sobre elementos que he observado como ciudadano durante mi crecimiento, desarrollo y formación en la sociedad venezolana.

Bajo mi propia perspectiva es fundamental resaltar estas características no solo para comprender la situación y el comportamiento del venezolano del presente, sino que, al igual que comprendimos a las civilizaciones clásicas gracias al legado cultural que ellas dejaron para las generaciones contemporáneas, también los valores que se llevan aprendiendo y transmitiendo cada familia juega un papel importante en el comportamiento de hoy en día.

La representación tanto autoritaria como simbólica del personalismo como eje del poder se sitúa muy arraigada en la conciencia de las personas. Este tipo de conducta se ha observado desde los tiempos de la independencia del país del yugo español. Nuestra cultura ha moldeado la necesidad de buscar una personalidad de carácter fuerte, formidable, admirable y simpático para solucionar los problemas que se vayan presentando. Si bien, cada aspecto son requerimientos opcionales para cada dirigente de la rama ejecutiva de un sistema republicana, permitir que en sólo un individuo se centralice el poder político (siendo éste la máxima figura de los tres poderes) no podríamos calificarnos como un país sumiso del Imperio de las leyes. De acuerdo con Laureano Vallenilla Lanz en uno de sus fragmentos de su Críticas de Sinceridad y Exactitud (1921):

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