PRECIO DEL PETROLEO: MÁS QUE UN JUEGO ENTRE OFERTA Y DEMANDA

PRECIO DEL PETROLEO: MÁS QUE UN JUEGO ENTRE OFERTA Y DEMANDA

El mercado mundial del petróleo en crudo ha tolerado diversos cambios en los últimos años, principalmente por tres aspectos importantes. En primer lugar, el considerable aumento en la producción petrolera de Estados Unidos, que paso de ser un importador a un exportador de petróleo y que de acuerdo con la Administración de Información de Energía (Energy Information Administration), pasó de 8.3 millones de barriles diarios en promedio en 2005 a 9.7 millones en 2010 y cerró en 14.0 millones en 2014, gracias a ello, desde el 2013 Estados Unidos se convirtió en el principal productor de petróleo en crudo del planeta y en 2014 participo con el 15% de la producción mundial. En segundo lugar, el incremento y desarrollo de la economía a nivel mundial no ha sido lo esperado, situación que ha afectado con una baja eficiencia de la demanda de energéticos. Y por último, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ha determinado no utilizar, por ahora, su “capacidad reguladora” en cuanto a aspectos de producción para perturbar este nuevo tiempo de mayor abundancia parcial de crudo.

En consecuencia a ello, en el último año los precios del petróleo han tenido cambios notorios y con esto la perspectiva sobre su transformación futura. El precio del Brent (tipo de petróleo, hoy en día producido principalmente por E.E.U.U. y referente relevante para los crudos colombianos) pasó de estar por encima de los USD 100 por barril durante comienzos de 2014, y alcanzar incluso USD 114,8 a mediados de 2014, a USD 48,8 a finales de enero de este año.

A pesar de todo esto, Colombia no se considera una economía dependiente del petróleo en crudo: la extracción de petróleo y gas simbolizan el 7,1% del PIB. Sin embargo, es sensible a variaciones en el precio de los hidrocarburos como las que se están presentando. En el 2014, las exportaciones de petróleo en crudo fueron más del 50% de las exportaciones totales, la inversión extranjera directa que llego al sector de hidrocarburos fue superior al 30% y los derivados que paga Ecopetrol a la Nación representaron en promedio un 17% de los ingresos con respecto a los últimos 3 años (Ministerio de Hacienda – Mayo 2015).

Teniendo en cuenta lo anterior, la economía colombiana cuenta con diversas herramientas para hacer frente a esta difícil situación. En cuanto a los aspectos externos, el régimen de tipo de cambio flexible permite acoplar el impacto petrolero y amortiguar sus consecuencias, ocasionando condiciones de mayor competitividad para que sectores como el industrial, el agropecuario y el turismo exporten más, y los productores nacionales estén en condiciones más favorables de competir con las importaciones. En cuando a la inversión extranjera directa, es que los inversionistas interesados en invertir directamente en Colombia se han diversificado sin mencionar que como consecuencia de la devaluación, los activos denominados en pesos se han abaratado en dólares, mejorando su atractivo para los inversionistas extranjeros.

En realidad, Colombia esperaba que al unirse aspectos como el alza del  precio del petróleo, la baja en el precio del dólar y el fuerte invierno que golpea año tras año al país, se sufriera mucho más, en cuanto a derrumbarse un tanto la estabilidad económica, se estimaba un alza en la inflación mucho más fuerte, y con esto llegarían diversos problemas como el desempleo o la reducción en las importaciones.  Si bien la devaluación se traslada a través de diferentes canales a los precios domésticos y afecta la inflación, la credibilidad de la política monetaria se ha mantenido, en la medida en que las expectativas de inflación del mercado se mantienen ancladas en 3%. La solidez del entorno en el cual actúa el Banco de la República está mostrando una vez más su capacidad en una circunstancia en la que la inflación ha mostrado incrementos temporales por factores principalmente de oferta.

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