PRESENTACIÓN DEL LIBRO LA MIRADA PÚBLICA

PRESENTACIÓN DEL LIBRO LA MIRADA PÚBLICA

Graffiti y Arte

La práctica sociocultural del graffiti, al igual que algunas otras formas de expresión urbanas que nos invitan a pensar en la posibilidad de creación de nuevos mundos, ha sido ignorada por varios años al considerarla como opuesta a las formas más estandarizadas del arte moderno.

Esto ha hecho que algunos intelectuales, guardianes de ese orden social tan rígido, impongan una visión en la que el graffiti es definido como una práctica antiestética, sin método y técnica y, por consiguiente, con escaso valor y poca utilidad. Todo ello, desde luego, siempre ligado a la noción predominante a las élites económicas que piensan que si cierta actividad cultural no les crea beneficios y no cumple con la función ideológica de re-producir esa separación entre lo culto y lo popular, carece automáticamente de validez y, por lo tanto, de razones para fomentarla.

Sin embargo, en la medida en que nosotros pensamos que el cambio verdadero únicamente puede venir de las propuestas de los distintos sectores que componen a la sociedad y de que la igualdad es el imperativo básico para propiciar un mundo pleno de justicia social, nuestra concepción de las fronteras entre el arte y del grafiti no puede ser tan radical.

Incluso me atrevería a decir que, en contraposición a ciertas visiones posmodernistas, el graffiti se ha convertido en muchas ocasiones en una actividad de crítica mucho más radical como en sus orígenes fue el arte moderno. No hay que olvidar que en sus inicios, grandes pintores fueron considerados como excéntricos o fuera de las normas sociales y luego con el transcurso de los años llegaron a ser reconocidos como fundadores de nuevas escuelas.

El graffiti, en este sentido, si bien es una práctica que implica el juego con formas, colores y espacios por parte de sus creadores, también exige el mismo tiempo y dedicación que cualquier obra de arte que haya sido realizada. Al mismo tiempo, comunica sueños, ideas y esperanzas y, a la vez, fomenta nuestra propia crítica como sociedad. Y lo que es más, en repetidas ocasiones, los autores deben enfrentarse a los estigmas sociales mientras realizan sus trabajos

“La mirada pública”

El libro que hoy se presenta revela con transparencia una práctica que se ha considerado la consecuencia de una anomia social desde los juicios más conservadores, sin embargo este libro no-convencional rompe con este estigma, prejuiciante de las expresiones artísticas de la ciudad.

“La Mirada Pública” tiene esta virtud, de reconocer el graffiti como una narrativa visual, que revalora esta práctica cultural, que rompe los cánones establecidos de la imagen de la ciudad y lo urbano, de su estética y de las normas urbanas. Es una práctica artística que se convierte en una estrategia de transgresión de una estética de la ciudad pre-establecida, lo que inyecta una efervescencia de colores e imágenes que estalla en una dimensión creativa de carácter colectivo. El graffiti entonces genera

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