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PROPUESTA PARA LA MOVILIZACIÓN SOCIAL DE BARRANQUILLA COMO CIUDAD DE ENCUENTRO A NIVEL INTERNACIONAL


Enviado por   •  28 de Julio de 2013  •  3.858 Palabras (16 Páginas)  •  692 Visitas

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PROPUESTA PARA LA MOVILIZACIÓN SOCIAL DE BARRANQUILLA

COMO CIUDAD DE ENCUENTRO A NIVEL INTERNACIONAL

Pensar globalmente, actuar localmente

Jonh Naisbitt

Nadie sabe cómo será el futuro pero sabemos que será muy distinto del presente y que son nuestras decisiones individuales y colectivas, sustentables o no, las que lo determinen.

Nuestras decisiones a su vez guardarán relación con nuestra cultura, que es básicamente nuestro sistema de creencias, valores, actitudes, costumbres e instituciones. La cultura determina las relaciones sociales, de género y de raza, afecta la forma en que percibimos al mundo y a nosotros mismos, modifica nuestra interacción con otros y con la naturaleza.

Por lo tanto, una sociedad sustentable únicamente podrá ser conformada a partir de un mosaico de culturas sustentables en el plano local. Implica entonces una ética global que será conformada desde la diversidad cultural y que dependerá de decisiones individuales que tome cada persona en su comunidad.

Debemos respetar y valorar la diversidad de culturas pero debemos también llegar a un entendimiento global respecto de la necesidad de adoptar un nuevo estilo de desarrollo que sea sustentable en el largo plazo y que abarque a toda la población mundial.

Debemos cambiar, debemos actuar y debemos hacerlo en los ámbitos en los cuales cada uno de nosotros se desempeña. Pero siempre debemos hacerlo siendo consientes de que nuestras decisiones afectan a otros y que las comunidades locales se encuentran insertas en una realidad más amplia.

Debemos entender que es importante que el mundo se ponga de acuerdo respecto al futuro porque las decisiones de uno afectan a los otros. También es importante entender que no hay un único camino y que cada pueblo desea para sí mismo cosas distintas, que el futuro sustentable que se forje debe contemplar.

No estamos diciendo que seamos iguales a los otros. Imagínense por un momento que rasgos culturales perderíamos si fuéramos todos parte de una única sociedad homogénea. Es por esto que buscamos siempre fortalecer y conservar esas características únicas que nos han definido como pueblo, como civilización y como sociedad.

La presente propuesta busca posicionar a la cultura como elemento fundamental para el desarrollo de cualquier región, más pertinente aun, en tiempos de globalización.

1. PROBLEMA

Las desigualdades económicas y políticas entre países y clases sociales son situaciones cotidianas en el mundo contemporáneo, mundo de contacto entre sociedades y culturas, diálogos, malentendidos, alianzas y conflictos. Como consecuencia natural se incrementan los reclamos de autonomía política o reconocimiento cultural de los más diversos grupos: movimientos indígenas y de mujeres, minorías étnico-nacionales y de migrantes reclaman no solo sus derechos a la igualdad sino también sus derechos a la diferencia.

De manera consecuente y a lo largo del siglo XX, las ciencias sociales fueron colocando el énfasis en el contacto de culturas y en las culturas de contacto (Grimson, 2000). Los estudios se desplazaron de las comunidades a las relaciones de comunidades, de lo grupal a lo intergrupal, a las relaciones intersocietales e interculturales. Otro desplazamiento conceptual implicó dejar de concebir a las "comunidades" como entidades fijas y objetivas, y reponer el carácter de imaginación que implica el sentido de pertenencia a un colectivo. Estos desplazamientos son decisivos en un contexto mundial de nuevos agrupamientos étnicos y nacionales, atravesado por un amplio proceso de culturización de las disputas políticas en donde la cultura aparece en el centro de la arena de las luchas de poder. Esta propuesta se ocupa específicamente de los contactos entre personas y grupos de sociedades y culturas diferentes, fenómeno característico en la ciudad de Barranquilla.

Desde mediados del siglo XX la ciudad de Barranquilla viene atravesando una serie de crisis en el proceso de consolidación de su modernidad. Pasó de ser una ciudad industrial y portuaria, a una ciudad comercial y financiera, situación que a largo plazo puede convertirse en su talón de Aquiles, como muy bien lo manifiesta el economista Parada Corrales (2003: p. 50).

Esta serie de transformaciones en el campo económico de la coyuntura histórica nacional e internacional, ha traído como consecuencia el deterioro progresivo de la situación social de sus habitantes: al aumento de las tasas de desempleo y al avance de la delincuencia de todos los matices, se le suman la consecuencia de las permanentes, rápidas e impactantes olas migratorias que vienen a sumarse a una ciudad que no está preparada para asumirlas (Ospino y Buelvas).

Aunque desde un comienzo Barranquilla ha sido una ciudad eminentemente receptora de población migrante, en la actualidad el fenómeno cobra unas dimensiones alarmantes, por el mismo proceso de desaceleración de la economía que impide albergar a ese alto contingente de desplazados por la violencia. Según Buelvas (2003: p. 66) la intensidad del fenómeno lo agrava; el desplazamiento se produce demasiado rápido para una ciudad que no está preparada para recibirlos; además el desplazamiento es repentino y por ello no logran ni tienen tiempo suficiente para reelaborar sus cargas culturales, produciéndose un colapso que se expresa en la dispersión o fragmentación intensa de los imaginarios colectivos urbanos; y para los nuevos habitantes hay poco tiempo para la consolidación de un sentido de pertenencia, que es bombardeado constantemente por otras olas migratorias.

La lógica de esos migrantes es la desesperación por la supervivencia. Llegan de los Montes de María, la Sierra Nevada de Santa Marta, poblaciones del departamento del Cesar, Alto Sinú, Urabá, huyéndole a la violencia. Este oleaje de gente viene a buscar la vida, la seguridad de los centros urbanos, pero a cambio encuentran "frustración, desarraigo, stress, aislamiento, dificultades para organizarse en comunidad", Fernández (1998, El Tiempo). Estas situaciones sociales van formando habitantes despreocupados por el sitio en que viven, con un bajo sentido de pertenencia y de ciudadanía.

A pesar de lo anterior, hay señales que nos permiten salir del pesimismo: la actividad portuaria se recupera, se discute sobre macroproyectos portuarios, alimentados por el carbón y nuevos hechos en el área metropolitana indican impactos en los procesos de industrialización y comercialización.

Como se puede observar, el panorama que presenta la ciudad es bastante complejo. Sacar

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